El reality show The Osbournes salió al aire por primera vez el 5 de marzo de 2002 por la señal de cable MTV. Mucho antes de esa fecha, bajo los efectos del alcohol y los estupefacientes, el cantante y compositor británico Ozzy Osbourne (uno de los protagonistas del programa) intentó asesinar a su esposa Sharon (su manager y otra de las protagonistas del reality) y en uno de sus conciertos le arrancó la cabeza a una paloma con sus propias fauces frente a una multitud atónita; más atrás todavía, en su calidad de frontman de la banda de rock Black Sabbath fue señalado como uno de los fundadores del género conocido como heavy metal, un cetro que conserva hasta el día de hoy.
The Osbournes resultó un éxito rotundo en todo el mundo, al punto de revolucionar el medio hasta convertirlo en una seguidilla de realidades televisadas y segmentadas hasta el extremo del fetichismo. En principio, el gran éxito del canal –que nació para emitir videoclips musicales– no era otra cosa que el registro de la vida de la familia integrada por Ozzy, Sharon y sus hijos adolescentes Jack y Kelly (Aime, la otra hija de la pareja, no quiso participar en el proyecto; el cantante tiene otros tres hijos de un anterior matrimonio).
El episodio final del programa salió al aire el 21 de marzo de 2005. Luego de cuatro temporadas de aventuras no tan salvajes, como la de encontrar un control remoto perdido en los pliegues de un sillón, la fama del cantante mutó a una popularidad para todas las edades, y el impacto de tanta y constante exhibición también cambió la vida del resto de la familia de manera drástica.
Jack, como antes lo había hecho su padre, probó cuanta droga le fue regalada en sus primeros años como mediático; se casó, tuvo hijos, fue diagnosticado de esclerosis múltiple, se divorció, volvió a estar limpio y encontró su vocación en los viajes por el mundo y la producción de nuevos programas de televisión. Kelly se convirtió en cantante, diseñadora y policía de la moda, y en 2022 nació su hijo Sidney. Sharon también se aferró a la tevé y entró al quirófano para innumerables cirugías estéticas mientras organizaba y sostenía todo el negocio de su marido y su tratamiento contra el cáncer.
Ozzy siguió su carrera musical como solista y figura principal del festival Ozzfest, volvió a reunirse con los miembros originales de Black Sabbath para una gira de despedida y editó más discos. En 2019 un accidente doméstico le provocó una lesión de columna y se vio obligado a desarmar la habitual rutina de shows y a cargar con una placa de metal incrustada en sus vértebras en el marco de una mala praxis médica. En 2020 fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson. Los dolores extremos y las operaciones continuaron hasta que debió decirles adiós a los escenarios tras constantes cancelaciones.
“No puedo más”, dice el cantante en el segundo episodio de The Osbournes podcast, estrenado esta semana y disponible en Youtube. “Los médicos descubrieron que mi cuello ya está bien, pero hay dos vértebras que se desintegraron. No sé qué carajo van a hacerme, todo lo que sé es que siento mucho dolor e incomodidad”, asegura antes de afrontar una nueva, y oficialmente última, operación en su cuello.
En el primer episodio, Ozzy, Sharon, Jack y Kelly vuelven a estar juntos con la simple escenografía de unos podcasteros principiantes: una mesa compartida, micrófonos y el encanto de cada uno.
Sharon, el alma máter de la familia en más de un sentido, es una profesional de las cámaras, acostumbrada a los melodramas reales y de fantasía, como panelista en The View y jurado de America's Got Talent; Kelly luce como la más relajada, mientras que su hermano Jack es el responsable de mover el timón en esta nueva y arriesgada aventura. Igual, todo se enciende cuando el humor y el ingenio de Ozzy aparecen revueltos en una misma frase, como siempre. Con gran esfuerzo y envidiable vitalidad, el artista lo sigue intentando y deja una pequeña esperanza para aquellos que sueñan con volver a verlo vestido para interpretar “Crazy Train”. Aburrido de hablar de su cuerpo “hecho mierda”, comparte con su familia lo bien que le hacen las clases de canto que volvió a tomar y el entusiasmo que encuentra en componer canciones para un nuevo disco. “Creo que estás cantando mucho mejor”, le dice su esposa, sentada a su lado. Jack felicita a su padre por sus recientes premios Grammy y explica las virtudes de vivir en una miniván. Kelly actualiza las novedades de su estatus materno y confiesa su adicción a las drogas y al alcohol, por la que estuvo bajo tratamiento en los últimos dos años.
“OK, ¿quién se mandó una cagada ahora?”, pregunta Sharon al comienzo del segundo episodio. Ozzy responde “bastante bien”, y cuenta que cuando sube una escalera sus pies le pesan como dos bloques de cemento. También hablan del paso del tiempo, Willie Nelson, Sean Penn, buenos lugares para la crianza de los hijos, gatos, el culto de los illuminati, el delito en la ciudad de Los Ángeles, la coronación del rey Carlos III y el estrés reinante de la vida urbana. Ozzy, charlatán y reflexivo, pregunta a su hijo: “¿No creés que la sociedad está construida para mantenerte nervioso?”.