Entre la constelación de islas que conforman Gran Bretaña se encuentra la isla de Wight. Separada de la Inglaterra continental por el estrecho de Solent, alberga 150.000 habitantes y es reconocida como el área más soleada del reino. Ahí fue donde, en 2019, Rhian Teasdale le preguntó a su amiga Hester Chambers: “¿Y si hacemos una banda?”. Seis años después, Wet Leg es la sensación del indie rock mundial: destronaron a Oasis en lo alto de los rankings e instalaron la tendencia de una corriente alternativa más divertida, menos solemne.

Originalmente un dúo, Wet Leg editó su homónimo debut en 2022, con gran recepción de oyentes y crítica: ganaron dos Grammy, reclutaron a Henry Holmes, Josh Mobaraki y Ellis Durand como sesionistas para el vivo y salieron de gira con Harry Styles. Tres años después, moisturizer (estilizado en minúsculas como cada track, en una decisión estética muy centennial) encuentra a los cinco integrantes consolidados como banda desde la etapa compositiva; tanto el bajista Durand como el guitarrista Mobaraki están acreditados en la mayoría de las canciones y participaron activamente en las ruedas de prensa.

Algunos factores clave siguen intactos desde Wet Leg: el sarcasmo liviano pero incisivo, ligeramente arrogante, susurrado y gritado intermitentemente sobre guitarras de ataque marcado, el manejo de lo explícito cuando la canción lo amerita y la guía de un bajo elástico que embriaga.

El álbum abre con “cpr”, hipnótica pieza de la escuela de T.Rex (Marc Bolan y los suyos son una de las influencias más frecuentes de la nueva generación de rockeros). La voz de Teasdale va desde el murmullo lacónico al falsete, pasando por un tono de ultratumba que se funde con la base rítmica. Al comparar el enamoramiento con una emergencia médica, la canción marca la línea del material: no deja de ser un conjunto de canciones de amor, pero aborda el romanticismo de forma liviana, ridiculizándolo sin mayores pretensiones.

Los gemidos frenéticos de Teasdale se enredan con el riff áspero para dar paso a “liquidize”, que sopesa la ansiedad y el deseo desde un punto de vista bastante neogrunge, incorporando un colchón de sintetizadores a una base nirvanesca. En el dance-punk “catch these fists”, Wet Leg esgrime su capacidad de escupir letras entre divertidas y ácidas, desplegando una suerte de manifiesto feminista juguetón al ritmo del bajo contundente de Durand. Áspera y obsesiva, “jennifer’s body” tributa a la película de terror clase Z convertida en clásico de culto para las nuevas generaciones y “pokémon” coquetea con el shoegaze entre sintetizadores y rítmica ochentera tras la aguda voz.

En contraste, “davina mccall” –nombrado así en honor a una conocida presentadora de televisión británica– aparece como el quiebre suave y melódico del álbum: la voz de Teasdale es gentil y consistente, más cercana al estilo de Fiona Apple que a sus característicos vaivenes de intensidad.

En este sentido, la mezcla, a cargo de Alan Moulder y Finn Howells, imprime especial intención en tracks como “pillow talk” y “don’t speak”, en los que la voz tenue sale del frente para perderse en la instrumental, guiñando la intimidad de sus nombres, como un secreto compartido en la oscuridad.

Arriba de los Gallagher

Un álbum de Oasis en el número uno suena vintage, aunque previsible con el regreso de los Gallagher. Lo inesperado fue que su compilado Time Flies... 1994-2009 compitiera cabeza a cabeza con moisturizer por la cima de los charts británicos, transportándonos a tiempos en los que Billboard detentaba mayor relevancia que Instagram.

Finalmente, Wet Leg ganó la contienda y lo celebraron con una curiosa publicación en redes sociales: una foto de la cantante utilizando una camiseta de Oasis, sólo que con la fotografía de Jim Carrey y Jeff Daniels en Tonto y retonto en lugar de Liam y Noel. El posteo fue acompañado de la leyenda: “Yay, eat shit Oasis hehe”.

En medio de reivindicaciones constantes de destacadas mujeres en el ámbito del rock que defienden las luchas que han librado para ocupar ese lugar, la dupla líder de Wet Leg rompe con la solemnidad y se aferra a las conquistas divirtiéndose. El resultado es un disco que pide a gritos encabezar la grilla de los principales festivales y, con un poco de suerte, desembarcar en el Río de la Plata: nadie mejor que el particular público de la región para corear el riff de “cpr” con la impronta de cancha que merece.

moisturizer, de Wet Leg. Domino Recording Company, 2025. En plataformas.