¿Qué análisis hacés de estos 12 años en el proceso de selecciones nacionales?

En primera instancia, de manera muy general, me parece muy positiva esta etapa. Desde lo mío, puntualmente, ha sido un crecimiento, desde que entré hasta hoy, por las experiencias que he vivido, los entrenadores con los cuales he compartido cosas. El aprendizaje ha sido muy grande, he cambiado mucho como entrenador en estos años. En lo grupal también ha sido muy bueno; los resultados en general han sido positivos, siempre compitiendo de igual a igual, y desde lo individual he cooperado, seguramente, en el crecimiento de la persona, de los chiquilines, aportando, entre otras cosas, el potenciamiento de futbolistas, que se destaquen en sus clubes y que en definitiva, tarde o temprano, lleguen a la selección mayor.

En estos 12 años el mundo, las tecnologías, la manera de vivir, vestirse, entre otras cosas, cambiaron mucho, ¿y en lo futbolístico qué cambió?

Mucho. Yo he cambiado mucho. Empezás a distinguir lo importante y a hacer hincapié en muchas cosas que te distraen, a darle más espacio al crecimiento humano y futbolístico del jugador: que aprendan jugando. El concepto está claro y ellos empiezan a experimentarlo y a tomar decisiones que los hacen crecer y madurar. Y he ganado muchísimo en confianza, por supuesto, es un proceso lógico; los primeros partidos se encaraban con mucho nerviosismo y ansiedad, y hoy esa sensación frente a un partido de fútbol sigue estando pero con otro respaldo, con otra seguridad de lo que podemos llegar a hacer, sabiendo también que el resultado nunca se sabe antes de jugar. En conclusión, creo que estoy más consolidado como entrenador, para mi rol dentro del cuerpo técnico y también en mi relación con los futbolistas.

¿Pensás que también cambió el modo de pensar del público con respecto a la selección, o el día en que el resultado no llegue volverá a ser igual que antes?

Creo que sí. La televisión ha traído un cambio enorme en el fútbol, antes nos informaban los que relataban por radio, y para nosotros esas eran las personas que sabían. Luego empezó a televisarse y todos empezamos a tener acceso y una opinión al menos general del fútbol. Hoy, admirando y observando un poco el fútbol internacional la gente ha ido mejorando en su análisis de la observación de un partido. La opinión es más calificada en base a lo que conocen y a lo que ven. Lo otro que cambió es que se ha vuelto a sentir a la selección como un equipo propio, el equipo de todos. Eso es muy importante y muy real, lo sentimos así. Han venido señales desde adentro de la selección muy significativas: la permanencia de los futbolistas en la selección, más o menos intuir cuáles van a ser los futbolistas considerados para las competiciones que se vienen, y eso da sensación de continuidad. Además, ha logrado un relacionamiento que hace que nos sintamos identificados con la selección. Los resultados también han motivado que la gente esté esperanzada y espere la nueva participación de la selección, sea juvenil o mayor. Esa expectativa de sentirse parte nunca se ha perdido, pero hoy la sensación es mayor y se esperan cosas positivas cada vez que juega Uruguay.

Dentro del Complejo Celeste se han generado muchos “pequeños éxitos” que trascienden el ganar un torneo y no conocemos. Cuando el éxito tangible, ese que sí vemos, deje de estar en la pantalla o en la cancha, ¿qué va a pasar?

El éxito tiene dos cosas. Una que es fugaz, efímera, no es para siempre, por eso lo que hablamos siempre de la relatividad del resultado, porque apenas termina uno hay que prepararse para el próximo. Quiere decir que lo que acabás de lograr ya está en riesgo al otro día. Y después, el éxito genera un sensación. Vos cuando ganás algo decís ‘¿y ahora por qué lucho si ya gané?’. Estos 12 años también me han enseñado mucho a eso, a no quedarme con un éxito que no es para siempre; sí luchar por eso, que va a quedar registrado en la historia, pero nada me garantiza que lo que sigue vaya a estar asegurado. Y lo otro, plantearse nuevos desafíos; eso se lo transmito permanentemente a los futbolistas cuando de repente tienen un destaque y se relajan un poco por el simple hecho de haber hecho un gol, de haber salido en el diario, de haber sido destacados en algún partido o por haber sido citados a la selección. Con eso están empezando una nueva etapa, pero si abandonan la pelea la van a perder.

¿Cuál es el próximo desafío?

Hay muchos. A la visión de la gente, prepararnos para el próximo Sudamericano. Como entrenador tengo un montón, por ejemplo capitalizar la experiencia que he ido ganando y transmitirla, centrarme en lo importante, en lo conceptual. Jugar al fútbol es tomar decisiones, pero aparte de tomarlas tienen que tener conocimiento del fútbol, del juego. No a nivel de un entrenador, pero sí de entenderlo. Ser jugador de equipo, tener paciencia para participar en el juego cuando el equipo me necesite, cómo debo participar. Ese es un objetivo tremendo; después, el ‘medible’ vamos a decirle, es el campeonato, que implica un riesgo grande, porque después de haberlo ganado no va a ser nada fácil lograrlo nuevamente.

¿Cambia en algún aspecto la preparación para el próximo Sudamericano sabiendo que son los últimos campeones?

Para nada. La historia de esta sub 20 la va a escribir este grupo, nosotros como entrenadores y estos futbolistas. Lo que pasó sirve como experiencia, como antecedente y como estímulo para que ellos sepan que van a jugar en la selección que es campeona sudamericana, pero nada más que para eso. Esto es otra historia completamente diferente.

¿Tenés una idea de cómo vas a jugar con este nuevo equipo?

Sí. El nivel de todo equipo lo dan los futbolistas. Considero que los entrenadores son muy importantes, pero el nivel lo dan los jugadores. Quiero decir, el perfil lo va a dar la característica de sus futbolistas. La mayor cualidad que tiene que tener el técnico es anticipar e intuir con qué futbolistas y de qué manera va a intentar lograr lo que viene por delante. No me puedo basar en experiencias anteriores y querer que otros futbolistas jueguen igual que un equipo que estaba formado por otros. Pero sí hay cosas que vamos a mantener, que son rasgos característicos de nuestro fútbol que no se pueden perder.

¿Qué te gusta del fútbol uruguayo?

Le hemos dado mucho espacio a decisiones extrajuego. Eso no es bueno, debemos dedicarnos más a lo que pasa en la cancha. Lo significativo no son las polémicas, sino el juego, el estilo, lo que se intentó imponer como equipo. A mí me encanta el fútbol nuestro, me gusta, me crié acá, fui futbolista de este fútbol y soy entrenador de este fútbol. Creo, igualmente, que todos los que estamos alrededor debemos mejorar las condiciones para el futbolista: no enloquecerlos desde muy jóvenes con ilusiones o con futuros no probables, mejores condiciones de entrenamiento, prepararlos para partidos de fútbol y no para guerras; el objetivo es imponer lo que queremos como equipo y no detenernos tanto en que una decisión de un árbitro puede definir un partido. Deberíamos darle más espacio a la parte docente, a la formación del futbolista en una franja de edad tremendamente vulnerable, que está ávida de aprendizaje, más allá de que siempre el cuestionamiento sea un rasgo de los adolescentes. Debemos buscar motivaciones, un proyecto, una idea.

¿Cómo ves la llegada de los entrenadores jóvenes, de tu edad y menores a vos?

Bárbaro. Muy bien. Seguramente, como todo entrenador, tendrán muchas ganas, y de repente están en plena formación. Se van a equivocar, pero está buenísimo; hay que darle espacio a los jóvenes. Al fútbol lo juegan cada vez más jóvenes y también lo entrena gente dinámica, ávida de conocimiento. Hay cosas que se ganan solamente con experiencia, por lo tanto, eso lo irán adquiriendo con los años.

En el horizonte

Juventud, divino tesoro

Los Juegos Sudamericanos de la Juventud 2018 que organiza Odesur (Organización Deportiva Suramericana) se llevarán a cabo en Cochabamba, Bolivia, entre el 26 de mayo y el 8 de junio. La delegación uruguaya que partirá este jueves estará compuesta, entre otros, por la selección de fútbol masculino sub 20, que está integrada por 18 futbolistas. Uruguay debutará el lunes 28 a las 16.30 ante Colombia en la cancha auxiliar del Complejo Félix Capriles; jugará su segundo encuentro frente a Ecuador, dos días después, a las 10.00, en el estadio Municipal de Sacaba, y cerrará su participación en el grupo el viernes 1° de junio a las 10.00 contra Paraguay en el mismo escenario.

¿Cómo caen los Juegos Odesur en la preparación del año que tiene como objetivo el Sudamericano?

Son un lindo torneo. Lo vamos a tomar como parte de la preparación de esta sub 20, concediendo ciertos permisos –a algunos futbolistas los clubes no los han prestado–, pero con la mayor seriedad y con la gran intención no solamente de que sea una preparación sino de ganar partidos e intentar terminar lo más arriba posible. Parte de la preparación es intentar ganar partidos y funcionamiento, pero además es un torneo de prestigio en Sudamérica y hemos pedido que nos concedieran la preparación; por lo tanto, más allá de los futbolistas con los que contemos, para nosotros es un torneo muy importante.

¿Qué objetivo se plantean ante esta competencia?

El gran objetivo que perseguimos en estos juegos es ganar partidos e intentar estar en la definición, sabiendo de las dificultades que vamos a enfrentar. Esos mismos objetivos los persiguen todas las selecciones, no va a ser nada fácil. Para lograr esto debemos hacer hincapié en la preparación y en la formación de un grupo, de un equipo, e ir a medida que va avanzando el torneo intentando demostrar nuestras fortalezas.

¿Por qué es importante participar en los Odesur?

Es muy importante porque son Juegos Sudamericanos, tienen una historia detrás, es la fiesta máxima del deporte en Sudamérica y queremos tener un buen resultado. La ceremonia de despedida de los atletas fue muy linda, ahí se reavivó la esencia del deporte, y eso de volver a las raíces a los futbolistas les viene muy bien; que puedan acercarse al origen de todo esto en un fútbol tan comercial, tan competitivo y donde el entorno juega un papel tan importante. Tener la posibilidad de vivir esta experiencia no solamente va a ser inolvidable para todos los que vamos a participar, sino que también será importante porque como grupo va a ser nuestra primera competencia oficial.