Con un enorme último cuarto, sobre todo desde lo anímico y por la intensidad defensiva, la selección uruguaya de básquetbol logró vencer 63-60 a México y ganar un punto fundamental para las pretensiones de meterse en el Mundial China 2019.

No fue el mejor partido de la celeste ni por asomo, pero lo ganó pegando en los momentos claves. Como si fuera poco, supo jugar sin Esteban Batista en la cancha durante buena parte del partido. La victoria deja a Uruguay con una marca de cinco partidos ganados y tres perdidos, en perfectas condiciones de seguir peleando por un cupo en el Mundial del año que viene. El goleador del partido fue el mexicano Gustavo Ayón, con 21 puntos, mientras que Batista fue el máximo anotador de los nuestros al cerrar su planilla con 18 tantos.

El camino continuará en noviembre. El jueves 29 Uruguay recibirá la visita de Puerto Rico –un juego medular, para el que ya estaría inaugurado el complejo Antel Arena– y tres días después, el domingo 2, también jugará como local, esta vez con Estados Unidos.

Me lo vas a contar

Uruguay abrió con Luciano Parodi, Bruno Fitipaldo, Sebastián Vázquez, Sebastián Izaguirre y Esteban Batista. México, por su parte, lo hizo con Paul Stoll, Francisco Cruz, Gabriel Girón, Jonatan Machado y Gustavo Ayón. Un dato no menor de los dos quintetos que abrieron: en la cancha estaban el goleador de la clasificación hasta ese momento, Pancho Cruz, con un promedio de 20,5 puntos por partido, y Batista, tercero en goleo con 18,3.

El primer cuarto de Uruguay fue malo. Dicho al revés: México fue mejor en ataque y en defensa. Atrás marcó bien el juego del perímetro celeste y los puntos llegaron porque Batista la peleó. En ofensiva, la rotación mexicana les permitió encontrar hombres solos que transformaron tiros en eficacia. Se lo llevaron con un tanteador de 19-9.

Esteban Batista, de Uruguay, y Gustavo Ayón, de México, ayer, en el Palacio Peñarol.

Esteban Batista, de Uruguay, y Gustavo Ayón, de México, ayer, en el Palacio Peñarol.

Foto: Sandro Pereyra

El segundo cuarto de Uruguay fue bueno y, de a ratos, muy bueno. El banco ayudó para eso. Diego García estuvo fino en la conducción, Fitipaldo logró incidir, el pibe Joaquín Rodríguez metió puntos y robó pelotas, y Parodi anotó puntos fundamentales. Pero, por importante que sea entrarle al aro, nada de eso hubiera sido posible sin el cambio de actitud defensiva. Las ayudas mejoraron, la tabla empezó a no dar segundas opciones y hasta hubo pelotas recuperadas en la zona ofensiva. Pudo ser por tres, pero un triple de Cruz sobre la chicharra dejó el tanteador 35-29 para ellos.

Al minuto del tercer cuarto, Batista quedó con cuarta tras dos faltas consecutivas. Uruguay cayó en el desconcierto y la incomodidad de tener que remar sin su mejor jugador. La estrategia de Marcelo Signorelli fue mandar a Hátila Passos y a Kiril Waschmann juntos. Sirvió. El sistema se enlenteció, pero se ganó en rebotes en los dos aros. Si no fuera porque Cruz y Ayón metieron todo, Uruguay podría haber quedado más cerca. Diferencia de cinco puntos antes de entrar al último cuarto: 47-42.

Los últimos diez minutos fueron de dientes apretados. Vázquez fue directo sobre Cruz y a Ayón se le flotó. Con eso, sumado a la buena tarea defensiva del resto, Uruguay fue acortando los márgenes hasta hacer el partido gol a gol.

Cuando faltaban aproximadamente cuatro minutos para el final, volvió Batista. Necesario, contundente, puso puntos claves, supo asistir cuando le duplicaron la marca y, a dos minutos del final –mire que costó–, Uruguay pasó al frente por tres, 59-56. En adelante, fue de infarto. Ellos pasaron, son buenos, saben definir. Pero si es incómodo echarlo de menos, qué fundamental es cuando está adentro: Batista, los puntos, también libres de Waschmann, dos rebotes defensivos y partido celeste que reafirma aquello de que en ocasiones no es necesario demostrar ser el mejor todo el tiempo, sino que alcanza con saber cuándo ser el mejor.

Con la referencia

En la otra serie, Venezuela, Canadá y Brasil parecen perfilarse como los candidatos a clasificarse a China 2019. La vinotinto y los canadienses tienen un solo partido perdido y en la próxima doble fecha pueden asegurarse los pasajes. Brasil, que ganó sin jugar porque Islas Vírgenes no pudo tomar el vuelo que lo llevaba al partido, tiene dos partidos perdidos y es el que está más cerca del cuarto, República Dominicana, que está 5-3. Entre estos dos parece estar la referencia para los celestes en su objetivo de ganar el cupo de mejor cuarto.