Jugadoras de hockey emitieron un comunicado en el que relatan acosos y abusos por parte de entrenadores, tras la denuncia de una compañera ante la Federación Uruguaya de Hockey sobre Césped (FUHC). Desde Espacio Seguro Hockey (ESH), un grupo de jugadoras, exjugadoras y entrenadoras de distintos equipos, colegios y de la selección emitió un comunicado para apoyar la denuncia de una compañera a un entrenador por abuso y acoso, y alegó que no se trata del único caso, sino que la mayoría de las que conforman el espacio han vivido este tipo de situaciones de violencia durante la práctica de este deporte.

“Por miedo a que termine en la nada quisimos ir un paso más y aprovechamos a mostrar que nos vamos a empezar a organizar para que esto deje de pasar, o por lo menos no lo viviremos en silencio”, dijeron desde ESH a Garra, mientras están a la espera de la resolución que tome la FUHC. En el caso de que no se formalice la denuncia en el ámbito penal, las jugadoras que dieron sus testimonios recurrirán a la Justicia.

Respaldadas

El comunicado publicado en redes manifiesta que el “domingo 28/3/21 se presentó por escrito una denuncia en la FUHC donde se expone como central un caso de abuso sexual por parte de un entrenador hacia una jugadora de su plantel, así como acoso y abuso psicológico hacia sus compañeras de equipo”. Se deja constancia, a su vez, de que existen “otros relatos de jugadoras [...] de casos de acoso y abuso del entrenador en cuestión hacia ellas, evidenciando una conducta que se repite en el tiempo”.

La nota remarca que no es el único caso del que se sabe: “Lo más grave de esto es que estos casos son moneda corriente en el ambiente del hockey, viéndose normalizadas situaciones que generan mucha angustia, dolor y hacen peligrar no solo el adecuado desarrollo deportivo de muchas niñas y adolescentes, sino también su salud mental. [...] Hay que terminar con la naturalización del acoso y del abuso sexual y psicológico que pone en relieve la dinámica de abuso de poder en el hockey donde se permite mucho y se frena poco”.

Algunas de las prácticas condenadas se ponen de relieve en el comunicado: “No está bien que tu entrenador te escriba mensajes personales por redes sociales, te diga para pasarte a buscar, que te diga que te está esperando afuera, que opine sobre lo bien o mal que te queda la pollera, sobre tu cuerpo, no está bien que te invite a salir, no está bien que hable sobre tu vida sexual o personal. No está bien que te haga masajes ni que se meta a tu cuarto cuando viajan con la delegación, no está bien que te toque. Nos ha pasado a la mayoría de las jugadoras. Hay que volver a trazar límites, marcar la distancia y la asimetría del vínculo, la diferencia de roles y los derechos y deberes de cada uno. Hay que revisar estas prácticas. Hoy es tarde, pero es un comienzo”. Reclaman también que los clubes y la FUHC asuman la responsabilidad y consideran “indispensable la creación de protocolos de prevención y actuación” para que el hockey sea un lugar seguro.

La denuncia

Desde la FUHC conocieron la situación cuando dos jugadoras se presentaron para hablar con la presidenta, Danae Andrada (exjugadora y abogada), quien les pidió que realizaran de inmediato la denuncia correspondiente.

Se presentó una denuncia que está en manos del Tribunal de Disciplina de la FUHC. El técnico involucrado pretendió renunciar, pero la directiva, asesorada por los abogados correspondientes, no aceptó la renuncia y lo desvinculó inmediatamente del cargo, pasándolo al tribunal de disciplina y conducta. Se le notificó la denuncia para que hiciera los descargos correspondientes. “Las jugadoras son totalmente libres de denunciarlo penalmente ya mismo y la FUHC, con base en lo que los tribunales dispongan de la denuncia que se efectuó, también puede pasarlo a la justicia penal, pero hay que guardar las formas y todos tienen derecho a defenderse”, explicó a Garra el vicepresidente de la FUHC, Juan Espasandín.

“Todos quedamos tremendamente consternados y shockeados por la gravedad de este tema. Estos problemas se remontan a dos y tres años atrás. Estamos hablando de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, en Buenos Aires, y posteriormente de un viaje que nuestra federación logró para entrenar en China. En ese momento se generan los primeros problemas conocidos y denunciados. Todo está en manos del tribunal de disciplina y pena de la FUHC y estamos esperando que nos haga llegar su opinión, que eventualmente puede considerar efectuar la denuncia penal del tema, por la gravedad que tiene. Estamos muy consternados, es un deporte femenino y hay que cuidarlo muchísimo. Esto es un problema totalmente inesperado para la directiva actual de la federación, nos tomó por sorpresa”, sostuvo Espasandín.

La federación también se expresó en redes con un comunicado oficial que puede encontrarse en su sitio web y redes sociales.

Nunca más solas

Si bien lo que aceleró la creación del Espacio Seguro Hockey fue una denuncia en particular de una jugadora, se trata de un espacio de contención en el que desde hace semanas vienen intercambiando y pensando acciones para avanzar en cuestiones de equidad de género dentro del hockey. “La mayoría de nosotras hemos pasado por situaciones como las que relatamos en el comunicado y por eso elegimos ponerlas de ejemplo. La intención es escucharse y ayudarse, pero sobre todo porque sentimos que le debemos algo al hockey como mujeres. Habiendo vivido tantos años el ambiente y conociéndolo de adentro, sabemos cómo juegan ciertas lógicas de poder en el abuso y queremos aportar nuestro granito de arena para empezar a desarmar un poco esto desde el cuestionamiento del vínculo entrenador-jugadora y las problemáticas que surgen cuando se dan situaciones de abuso o acoso. Siempre elegimos callarlo, porque pensamos que era lo normal, que así debía ser, no teníamos un lugar para poder ir a hablarlo y que nos crean y nos tomen en serio. Entonces siempre terminaba en lo mismo, en sentirnos solas. El espacio surge para dar respuesta a eso, somos muchas y estamos unidas”, explicaron desde ESH.

Las repercusiones fueron inmediatas, no sólo de personas externas que compartieron el comunicado y las apoyaron, sino que el mismo día de la publicación se acercaron al espacio otras compañeras a contar sus experiencias: “A raíz de esta denuncia siguen acercándose jugadoras con sus relatos de acoso o abuso con mensajes y fotos. Estamos en el comienzo del camino y esto recién se destapa. Siempre lo supimos pero nunca lo dijimos, lo que se suma al hecho de que estaban ciertamente naturalizadas algunas prácticas que hoy nos damos cuenta de que no están bien ni hacen bien. Por eso, por más que haya nombres y pruebas, es difícil pensar en hacer una denuncia”.

“Es un proceso largo el que una como mujer recorre para llegar ahí, no sólo por cuestiones administrativas, sino internamente. Pero hay cosas dentro de nuestras cabezas que empiezan a moverse, que encontraron un motivo y a personas dispuestas a escucharlas sin juzgarlas, a salir del lugar de la culpa y el silencio. Estamos cuestionando nuestras prácticas y lógicas de poder, estamos insertos dentro de una sociedad y su funcionamiento, eso es así. Así como las mujeres a nivel de sociedad estamos reclamando y luchando por nuestro lugar, también nos pasa en el ambiente del deporte. Es una realidad del hockey y hay que destacar, porque habla por sí solo, que la inmensa mayoría somos mujeres y que los puestos de mando en los equipos de Primera División y seleccionados, en su gran mayoría, están ocupados por varones”, sostuvieron.

No todas las respuestas fueron positivas. “Hay personas que piensan que ‘se ensucia’ a todos los entrenadores y que hay que tener cuidado porque tienen familias. Con el mayor de los respetos aclaramos que hablamos de algunos entrenadores, hablar de totalidades sería ridículo y entenderlo así también (además de que tener familia no te exonera de ser un abusador o acosador), y el comunicado no engloba a todos los entrenadores ni pretende ser acusatorio de alguien en particular. Para eso está la denuncia con nombre y apellido. Quizás hubo muchas personas que se dieron por aludidas, y creo que si sacudimos logramos nuestro cometido. Siempre va a haber personas que apoyen, como la gran mayoría de mensajes que recibimos en este caso, y otras que lo entiendan diferente, pero nos quedamos contentas de que algo se les movió también y puso en marcha el pensamiento”, agregaron.

Algunos de los testimonios de deportistas que se fueron presentando dentro del espacio narran situaciones en las que las mujeres llegaron a cambiarse de club, irse de la selección, dejar de jugar al hockey o, naturalmente, dejar de disfrutarlo.

De aquí para adelante

El espacio está abierto a recibir a cualquier jugadora que quiera dar su testimonio o simplemente aportar para ayudar a otras compañeras, pero no alcanza sólo con la unión entre ellas. “Somos jugadoras dispuestas a escuchar y ayudar, pero necesitamos mucho más. Necesitamos que todos y todas empecemos a cuestionar y ser conscientes, necesitamos apoyo de la FUHC (que ya se comunicó con nosotras avisando que se iban a poner en movimiento) y de los clubes, por supuesto”, resaltaron.

Luego de emitir el comunicado oficial, las deportistas enviaron un correo electrónico a la FUHC pidiendo que elabore protocolos basándose en el documento “Guía para la protección del deportista” de la Secretaría Nacional del Deporte. Recibieron una respuesta afirmativa inmediata. “Eso es muy valioso. Ahora resta esperar cómo se siguen desarrollando los hechos, qué curso toma la denuncia presentada y si efectivamente se elaboran esos protocolos para casos concretos de abuso y acoso, además de hacer talleres que colaboren en el entendimiento de la complejidad de estos temas”, concluyeron.

@EspacioSeguroHockey es la cuenta de Instagram de la red de apoyo confidencial.