“Ahora tenemos que estar tranquilos; si te creés que sos el demonio o Gardel, estás equivocado. La responsabilidad nuestra es no entrar en la euforia”. Eso dijo Ignacio Ruglio, de cara a la primera final o segunda final, según el cristal con el que se mire, aunque en realidad es la primera final de la definición, posterior al choque que también podría haber sido definitorio, en el que Peñarol derrotó a Liverpool con gol de Abel Hernández.

En Peñarol saben que ha sido difícil salir de su estadio, el Campeón del Siglo (CDS), o del Centenario, que tan cómodo les queda a los grandes. El equipo mirasol jugó 11 partidos fuera del CDS o el Centenario, y en esos 11 encuentros consiguió sólo dos victorias: ante Boston River en el Parque Artigas de Las Piedras, y ante un debilitado Fénix en Capurro.

Hinchada de Peñarol en la tribuna Amsterdam.

Hinchada de Peñarol en la tribuna Amsterdam.

Foto: Alessandro Maradei

El resto fueron cinco empates y cuatro derrotas, entre ellas una en manos del mismo Liverpool en su recinto. Guillermo de Amores, quien surgió de las inferiores del negriazul y ahora es figura en Peñarol para estas finales, dijo: “En los partidos con Diego [Aguirre] no habíamos utilizado este sistema, pero con la vuelta de algunos compañeros como Maxi [Olivera] y Camilo [Mayada], que jugaron por bandas, sabíamos que se podía implementar bien ese sistema. Lo importante es que se hizo un buen trabajo defensivo”.

Además, el arquero, de gran pasaje por el Deportivo Cali de Colombia, que viene de jugar en el Sporting Gijón y tuvo sus pasajes por Boston River, Fluminense y Lanús, agregó que “los partidos hay que jugarlos. Todos los partidos de Peñarol y Liverpool fueron parejos y no se vieron grandes diferencias, por lo que las finales se van a definir en los detalles”.

Matías Arezo, el delantero aurinegro, fue otro de los que tomaron la palabra. Es cierto que la gente espera mucho de él. Sin embargo, el goleador habló de la variable anímica y aseguró: “Estamos prontos”. “Después de una victoria como la del sábado lo anímico es lo que más juega y en ese aspecto las cosas están muy bien”, continuó.

Otro de los que apuntaron a la variable anímica que tanto influye fue De Amores. “Estamos más tranquilos, dimos un paso importante al forzar esta definición. Nos ha costado todo el año, es la verdad, será difícil, pero Peñarol intentará ir, empujar y ganar”, dijo.

También dejaron ver su punto de vista Ignacio Sosa, Olivera y Hernán Menosse. Olivera se refirió al hecho de las lesiones y la variable que también significa en lo anímico y en lo estrictamente práctico de armar un equipo estable de cara a estas finales: “Sabemos que tenemos un gran plantel, pero si no podés contar con todos los jugadores, se hace difícil ir cambiando los nombres en cada partido. Es algo que tenemos que mejorar para el año que viene y trabajar en lo físico”.