En un duelo feo y difícil de ver, Peñarol fue más preciso en el final del partido y se llevó el clásico. El carbonero hizo pesar su mejor momento y localía ante un Nacional que jamás estuvo cómodo en el partido y fue derrotado de forma merecida. Con la victoria, el local llegó a los 20 puntos y recuperó el liderato del Torneo Apertura, mientras que la visita quedó con 15 unidades.

Como era de esperar en la previa, las emociones del partido estuvieron por el costado izquierdo del tricolor y por la punta derecha de Peñarol. Ignacio Laquintana, otra vez, volvió loco a Camilo Cándido con su 1 vs 1 y velocidad. Por ahí estuvo el mayor peligro durante el partido. Al principio, Nacional logró hacer pie tratando de tener la pelota, no logró progresar mucho hacia los últimos tres cuartos, pero le sirvió para poder superar los primeros minutos de presión del local y evitar ser ahogado por Peñarol.

Pese a eso, Nacional no logró avanzar y cuando le tocó estar en momento defensivo le costó defender el ataque del mirasol. La mayoría de las veces tuvo que recurrir a fouls para detener el juego y poder acomodarse. Así, se fue llenando de amarillas en sus líneas defensivas. Peñarol, sin hacer mucho, fue más ofensivo, generalmente sólo le bastó con poner en carrera a Laquintana contra Cándido como para acercarse con peligro o generar algún foul. Así, con pelotas quietas y algún centro, logró un par de situaciones.

Cerca de la media hora, la visita empezó a achicarse con la pelota e intentó con un juego directo aéreo que fue muy fácilmente desactivado por la defensa mirasol. Hay que reconocer también el buen trabajo de presión del mediocampo y el ataque de Peñarol, que apretó a media altura y ocupó muy bien los espacios; con eso desnudó la falta de habilidad de las primeras líneas del bolso para progresar con pelota, que extrañó mucho el buen juego de pies de Diego Polenta, ausente por lesión.

Kevin Méndez e Ignacio Laquintana, luego del primer gol de Peñarol, durante el partido clásico, el 1 de abril en el estadio Campeón del Siglo.

Kevin Méndez e Ignacio Laquintana, luego del primer gol de Peñarol, durante el partido clásico, el 1 de abril en el estadio Campeón del Siglo.

Foto: Camilo dos Santos

La poca creatividad de las piernas de los defensas tricolores fue compensada por su talento para el corte oportuno a ras de suelo y un gran dominio del espacio aéreo. Ahí destacó el trabajo de Fabián Noguera, que sacó todo por arriba y estuvo rápido anticipando. Si bien Matías Arezo tuvo algunas chances poco claras de abrir el marcador, Noguera lo supo controlar bien durante el primer tiempo.

Las cosas cambiaron en el segundo tiempo, Nacional dio un paso adelante y empezó a generar mucha más incomodidad en Peñarol. El punto más alto de ese buen comienzo fue una extraordinaria jugada comandada por Gastón Pereiro, que con una apilada maradoniana dejó sentados a un par de jugadores de Peñarol y cedió la pelota a Fagúndez en el área. El 10 tricolor jugó con Federico Martínez, que llegó medio desacomodado, pero pudo sacar un remate que dio en el palo.

El susto despertó a Peñarol, que comenzó a emparejar y se acordó que Laquintana lo estaba haciendo pasar mal a Cándido. El local volvió a generar alguna superioridad más por esa zona y logró emparejar la tenencia de la pelota, pero el partido estaba mucho más igualado que en la primera mitad. Peñarol extrañó la influencia de Sebastián Rodríguez, que no encontró el mismo nivel que venía mostrando en los partidos anteriores.

Carlos Barreiro y Mathías Muníz, festejan lugo de finalizado el clásico, el 1 de abril en el estadio Campeón del Siglo.

Carlos Barreiro y Mathías Muníz, festejan lugo de finalizado el clásico, el 1 de abril en el estadio Campeón del Siglo.

Foto: Camilo dos Santos

Una gran cantidad de errores no forzados e imprecisiones fue la tónica global del partido y se intensificó en los minutos siguientes. Nacional siguió intentando ser más directo y Peñarol elaborar un poco más, ambos fallaron y el partido se terminó de transformar en una serie de disputas en el centro del campo que terminaron en errores o fouls. Y ahí, entre tanto entrevero, en una buena combinación por el lado derecho, nuevamente a espalda de Cándido, Kevin Méndez remató un centro raso de Pedro Milans y puso el 1-0.

Nacional fue por el empate y adelantó líneas, pero no estuvo ni cerca de la igualdad. El que aprovechó la situación fue Peñarol, que en un rápido contragolpe remató el partido a través de los pies de Laquintana, la figura del partido. Con la victoria, el mirasol por fin logró quitarle su invicto en clásicos oficiales a Álvaro Gutiérrez y rompió la maldición. Pese a que los del Alfredo Arias no hicieron un gran partido, fueron mejores que Nacional. Por otra parte, la visita tendrá el trabajo de asimilar rápido la derrota para continuar peleando el campeonato.

Ignacio Laquintana, de Peñarol y Camilo Cándido, de Nacional, el 1 de abril en el estadio Campeón del Siglo.

Ignacio Laquintana, de Peñarol y Camilo Cándido, de Nacional, el 1 de abril en el estadio Campeón del Siglo.

Foto: Camilo dos Santos

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