Este domingo a las 15.30 el hermoso Parque Liebig’s de Fray Bentos otra vez quedará pleno de gente, ilusiones y expectativas, porque, como sucedió el domingo pasado con la definición de la Copa Nacional de Clubes A que ganó Universitario de Salto por 4-0 ante el Laureles local, se vuelve a jugar una final, esta vez la de la ida de la Copa Nacional de Clubes B, entre 18 de Julio de Fray Bentos y Melo Wanderers de Melo.

La Copa Nacional de Clubes B, creada en 2016 como un campeonato autónomo -pero, a su vez, con conexiones de ascenso para la Copa A- es, o ha sido, en realidad un desprendimiento más parecido al original en cuanto a sus participantes, de la globalidad del campeonato del interior que en el año citado quedó con sus mejores 24 participantes en un módulo jerárquico de la competencia y como un compartimento estanco de casi todos ellos, las tres cuartas partes de sus participantes, que año a año mantienen la categoría si quedan en los primeros 16 lugares del torneo.

Cuando se dividieron los participantes de la vieja copa de Clubes Campeones del Interior -la creada en 1965 por el periodista de El País Efraín Martínez Fajardo-, como la Libertadores, su modelo madre fue cambiando en cuanto a sus participantes, ya que al principio sólo jugaban los campeones departamentales y después felizmente se multiplicó el número de participantes por liga, y se distorsionó relativamente la expectativa de estas contiendas, que ya no buscaba solamente el título de ser el mejor, sino un lugar de privilegio para ascender de categoría.

Hasta este año a la Copa Nacional de Clubes B clasificaban los campeones de cada liga, y, por tanto, era una expresión de campeones recientes, que jugaban por el título pero además por uno de los seis ascensos a la Copa A.

Este año, en un nuevo proceso de cambios y adecuación a ellos, los ascensos fueron sólo cuatro, entre los que están los finalistas 18 de Julio y Melo Wanderers, y sus derrotados en semifinales, Litoral de Paysandú y Ferrocarrilero de Empalme Olmos. La próxima temporada la renovación de la Copa Nacional de Clubes A ya no dependerá exclusivamente de quienes asciendan de esta Copa B, sino que se incorporarán anualmente los 18 campeones departamentales.

De fiesta

Fray Bentos está viviendo una situación especialmente buena dado que, así como en años anteriores sucedió con San José, Salto y Minas, su precioso estadio albergará las finales de las dos copas.

El domingo pasado le tocó a Laureles, que llenó el estadio perdiendo el título ante Universitario de Salto, y este domingo a las 15.30 será el turno para 18 de Julio, con dos estrellas por sus títulos de campeón del interior en 1982 y 1983, que habrá de recibir en la final de ida a Melo Wanderers, fusión arachana del viejo Melo fundado en 1903 que se juntó legalmente con Wanderers en 1967.

La final corresponde a su partido de ida y será televisado por Tenfield este domingo, mientras que la otra semana se decidirá el título en el Ubilla de Melo cuando los tricolores melenses sean locales.

Los azulgranas fraybentinos, presididos desde hace años por Ricardo Torreira, el padre de Lucas, de Braian y de Claudio, que defienden esta camiseta, llegaron a esta instancia después de dejar atrás en la serie a Fray Bentos, Berlín y Nacional de Mercedes, en dieciseisavos de final, eliminaron a Rampla de Colonia Damon, en octavos de final a Wanderers de Durazno, en cuartos a Porongos de Trinidad por penales, y como está dicho, en semifinales a Litoral de Paysandú. Sólo han perdido un partido, el último de la serie inicial ante Berlín.

Melo Wanderers, que está invicto a lo largo de los 14 partidos que ha jugado hasta ahora, empezó su camino en la serie ante Boca de Melo, Escuela Industrial de Río Branco y Cerro Arrozal de Vergara, consiguiendo puntaje perfecto; después eliminó a Lavalleja de Rocha, Treinta y Tres de Treinta y Tres y Atlético Fernandino, hasta llegar a la semifinales con Ferrocarrilero de Empalme Olmos, al que eliminó por penales.