El preparador físico de Universitario de Perú, Sebastián Avellino, fue sancionado con diez partidos sin dirigir por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), por actos de discriminación cometidos contra los hinchas brasileños durante la visita del conjunto peruano a Corinthians de Brasil por la Copa Sudamericana.
El artículo 15.1 del código disciplinario de la Conmebol establece: “Cualquier jugador u oficial que insulte o atente contra la dignidad humana de otra persona o grupo de personas, por cualquier medio, por motivos de color de piel, raza, sexo u orientación sexual, etnia, idioma, credo u origen, será suspendida por un mínimo de diez partidos o por un período de tiempo mínimo de cuatro meses”.
Avellino estuvo en prisión preventiva durante ocho días luego del encuentro, y mientras continúa su proceso en libertad. La semana pasada pidió disculpas públicas “por todo lo que ha tenido que vivir” su equipo en el contexto de su detención.
“En este momento lo primero que se me viene a la cabeza es agradecer a todas las personas que estuvieron cerca, a mi señora y dos hijos. Ellos me dieron la mano y ayudaron para que esta pesadilla terminara”, sostuvo.
Avellino pidió disculpas por lo sucedido, haciéndose cargo del mal momento que le tocó vivir al club por su accionar: “Lamento profundamente todo lo ocurrido y generado. Lamento todas las personas afectadas. Lamento todo lo que sufrió la institución a causa de este problema. Afirmo y grito a voz alzada mi opinión antirracista, que así ha sido toda mi vida. Nada más”, sostuvo.
A su vez, habló de que para él fue un proceso de reflexión y aprendizaje. “Este tiempo que he estado, que pareció mucho más de lo que fue, me hizo reflexionar y pensar. Aprendí mucho. Estaría todo el día tratando de enumerarlos. Pero prefiero guardarlos para mí”, agregó.
El uruguayo todavía no va a volver a trabajar con Universitario; el club espera a que el profesional se someta a una serie de evaluaciones antes de volver a trabajar con el equipo.
“Agradezco al club Universitario encabezado por su presidente Jean Ferrari. También a la parte legal. Y sobre todo a la parte humana, que avisó de todo lo que pasaba a mi familia. También al comando técnico. Trabajamos como una familia, así ha sido siempre. Mención especial para ellos, porque lo sufrieron igual. También a los jugadores por todo su afecto. Todos me mandaron su cariño”, finalizó Avellino.