Nacional le ganó 4-0 a Durazno en el Gran Parque Central, en el partido correspondiente a la Copa Uruguay, y se clasificó a la siguiente fase por un trofeo que le falta en la vitrina.

Iban tan sólo dos minutos y el DFC ya había llegado con claridad al arco tricolor en dos oportunidades. A Nacional le costaron los charcos, los cambios y el extraño partido que se jugó en el Gran Parque Central, por el clima inhóspito de tormenta y por ser de esos cruces de Copa Uruguay en los que, en los papeles, uno es demasiado mejor que el otro. Pero siempre en los papeles. El equipo grande en este caso, Nacional, puede perderlo todo; el DFC, o Durazno Fútbol Club, jugó sin nada para perder y la posibilidad latente de la hazaña.

La respuesta de Nacional al buen funcionamiento del equipo de Diego Forlán, sin embargo, no tardó en llegar. Primero fue el paraguayo Federico Santander con un cabezazo que tapó el arquero Luis Cartes. En la siguiente fue Gonzalo Petit quien resolvió en el área, pero fuera de juego. Nacional apuró cuando vio que la cosa venía en serio. De la mano del Tofi Hernán Figueredo, sí, el Tofi, Durazno creaba espacios. Con un tiro cruzado del argentino Gastón González, Nacional puso de pie al escaso público que acudió a la cancha.

Fue pisando los 20 minutos que el bolso abrió el score de la mano de Lucas Sanabria con un gran derechazo. Aquello torció el partido. Minutos después, con la complicidad del arquero de la visita, el Ojito Nicolás Rodríguez mandó un centro que se coló en el segundo palo. El tercero fue de Petit, tras un error en la salida de Durazno. Se dio la lógica en el Parque. En la visita, Adrián Vila fue uno de los más destacados: se anotó un caño que no olvidará.

En el segundo tiempo, más de lo mismo. Durazno mostrando criterio, pero con el peso de los goles en contra, que pagó caro. Nacional, en cada falla de la visita, tenía una oportunidad de abultar el marcador. Lo tuvo Santander y pasó cerca. La tormenta era fina, pero era tormenta. La visita apeló a los cambios, puso a un jugador haitiano de nombre Osnel Adolphe. Pero Sanabria volvió a convertir y sentenció el 4-0 para los albos.

El haitiano sorprendió con su velocidad y, en una dormida de Fredy Martínez, provocó el penal que podría haber significado el descuento para Durazno. El ex Peñarol Andrés Rodales fue el encargado, pero Ignacio Suárez demostró grandeza y se quedó con la acción. En la tribuna los bolsos se movían como gotas finas con el viento.

Durazno cambió de estratega y colocó a Willy Klingender, otro de larga data en el fútbol criollo. Lasarte cuidó a los suyos y puso a los pibes. Exequiel Mereles, el último en brillar con las luces, tuvo el suyo cuando todos esperaban que Diego Herazo rompiera el maleficio.

Durazno pagó caro los errores en defensa. Debía ser un partido perfecto para que no fuera lo que fue: una contundente goleada tricolor. Nacional, por su parte, hizo negocio: puso a prueba a algunos de sus nuevos valores y consiguió el pase a la siguiente fase de la Copa Uruguay, donde enfrentará a Plaza Colonia.