Si este domingo en el partido del Campeón del Siglo a las 17.00 Peñarol derrota a Fénix, se convertirá en el tercer campeón uruguayo que accede al máximo título sin jugar finales desde que en 1994 se instauraron los módulos del Apertura y el Clausura.

Será también el tercero en ganar Apertura, Clausura y Anual, pero el primero que gana toda una temporada sin necesidad de jugar finales, a pesar de no haber ganado todos los torneos que componen el Uruguayo, porque perdió el Intermedio por penales con Nacional. Como se ve, no es fácil, con 111 puntos en disputa a lo largo del año, ganar todo y alzar la copa sin jugar finales.

Desde 1900 hasta 1993 el principal torneo de fútbol de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), el viejo Campeonato Uruguayo, se definió con lo que sucediera en la disputa en la modalidad de todos contra todos ―o como fuere―, pero sin articular ningún otro torneo, que coexistieron y fueron importantes para otras definiciones ―para la Liguilla, por ejemplo― pero no sumaban para la mayor competencia de Primera División. Ni el Competencia ni el Preparación, el Torneo de Honor o la Liga Mayor sumaron para la definición del Uruguayo. Tampoco la Liguilla, que era el torneo posterior al campeonato, que daba el pase a la Libertadores.

Recién en 1994, a pesar de que el campeonato de 1993 se había definido en la última fecha, se decidió, siguiendo el proceso que ya llevaba la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), separar el campeonato en torneos Apertura y Clausura. Para la AFA, cada torneo correspondía para el máximo título del fútbol de primera, pero no era así para la AUF, a tal punto que en la historia hay varios que ni siquiera fueron celebrados con la vuelta olímpica.

También a diferencia de Argentina, aquí siempre se protegió a un posible equipo que, sin ganar Apertura y Clausura, fuese el que sumara más puntos después de haber jugado lo que antes eran dos ruedas y después pasaron a ser dos torneos. Al principio, la protección era menor porque el ganador de la Anual jugaba una semifinal con el campeón del Apertura o del Clausura que hubiera sumado menos puntos, pero con el paso de los años pasó a reivindicarse la situación de quien sumara más puntos en la temporada y se determinó que tuviera garantizada su participación en la final si era un tercero, así como que tuviera la ventaja de que si era además ganador del Apertura o del Clausura lo que era semifinal para su rival era una final con seguro para quien hubiese sumado más puntos.

El Intermedio complejizó las definiciones

En 2017 se sumó por primera vez un tercer módulo al Uruguayo ―en el pasado se habían jugado campeonatos de tres ruedas pero sin diferenciarse en nada ni tener ningún reconocimiento más que el honorífico―, lo que modificó la ecuación de la definición porque se agregaban 21 puntos en disputa, que desde su puesta en práctica fueron determinantes en la definición del campeonato, del descenso y de las clasificaciones a las copas internacionales.

Desde 1994 hasta 2024, los 30 años del Uruguayo partido en dos o tres módulos, han sido excepcionales las temporadas en que los clubes hayan alzado la copa sin jugar finales, a excepción, claro está, de los campeonatos especiales del Uruguayo, que se jugaron para modificar el concepto de temporada (el de 2005, cuando se cambió el inicio de temporada para el invierno, y el de 2016, cuando, atendiendo el funcionamiento general del mundo austral del fútbol, el Apertura empezó a jugarse en verano).

El primer club en barrer todo sin necesidad de finales fue Nacional en 1998, y ―como se desprende de eso― fue el primero en coronarse campeón de Apertura y Clausura. El segundo y último en incorporarse a ese selecto grupo de ganar todo y no jugar final o finales por el Uruguayo fue el impactante Danubio de 2006-2007.

Peñarol podrá ser el tercero con esa condición si logra más puntos u obtiene el mismo tipo de resultado que Nacional ―incluso si pierde y Nacional empata―, que juega también el domingo a las 17.00 en el Parque Central ante Boston River.

Por el título ya

Si Peñarol gana, será campeón del Clausura, pero no dará la vuelta olímpica por ese torneo, sino que lo hará alzando la copa del Uruguayo y se terminará la temporada.

Si el equipo de Diego Aguirre no puede con Fénix, habrá que ver qué pasa con Nacional. Si Peñarol empata y Nacional gana, habrá final del Clausura y podrá o no haber finales del Uruguayo. Por último, si los mirasoles inesperadamente perdieran con el descendido club de Capurro y los tricolores le ganaran a Boston River, directamente pasarían a las semifinales/finales del Uruguayo, porque Nacional lograría el Clausura.

Tratar de quedarse en la A

La otra situación trascendente que se definirá este fin de semana es la del tercer descenso, ya habiéndose consumado los de Deportivo Maldonado y Fénix.

Todo sucederá el sábado en dos horarios distintos porque sólo hay servicios de VAR para tres encuentros en simultáneo: Cerro en el Tróccoli (9.45) jugará ante Liverpool. Si los albicelestes ganan o empatan, ya estarán salvados, pero si pierden deberán esperar a los tres partidos de la tarde todos a las 17.30: Rampla-Wanderers en el Olímpico, Miramar-Defensor (condicional) en el Palermo, y en Melo, en el Ubilla, Progreso visitará a Cerro Largo. Cualquiera de los tres, Rampla, Miramar y Progreso, pueden descender el sábado si no ganan, mientras que Cerro si perdiera podría esperar un desempate con Rampla.

De acuerdo con como están, Cerro con un promedio de 1,123, Progreso 1,111, Miramar 1,083, y Rampla 1,056, puede haber hasta un triple empate, pero en ese caso se aplica el artículo 62 que beneficia al de mayor diferencia de goles y los dos restantes juegan partidos de ida y vuelta para ver cuál se queda en la A y cuál es el tercer descenso a la B.

A excepción de Defensor Sporting, los rivales de los cuatro no juegan más que por los puntos para la temporada 25, dado que ya están decididos los cuatro cupos de la Libertadores y los cuatro de la Sudamericana. Como en los últimos dos años los cuatro clubes de cada país ―a excepción de los representantes de Argentina y Brasil― se enfrentan a partido único y el ganador va a fase de grupos.

No pasa lo mismo con la Libertadores, que tiene ya clasificados a Peñarol y Nacional a la fase de grupos y a Boston River y Defensor a las fases anteriores, pero aún no está determinado quién entra a la primera fase y quién a la segunda, lo que no sólo difiere en la dificultad del camino deportivo, sino también en la recompensa económica, dado que este año quien entró a primera fase ―en Uruguay fue Defensor el que no pudo pasar a los venezolanos de Carabobo― cobró 400.000 dólares, y quien pasó directo a la segunda ―Nacional― arrancó directo desde el medio millón de dólares.

Por ahora, Boston River supera en dos puntos a Defensor, así que a resultados iguales, el sastre arrancaría en la segunda tanda y la violeta en la primera, mientras que si el sábado Defensor gana obligará a Boston a ganarle a Nacional para mantener su tercera posición en la Anual y ser Uruguay 3 en la Libertadores 2025.