La carrera de uno de los grandes nadadores uruguayos: Scanavino: la historia de un campeón

En París 2024 Leo Nolles debutará en el Centro Acuático, igual que Nicole Frank. En el caso de ellos, clasificaron a los Juegos Olímpicos gracias al cupo de universalidad que existe en la natación, lo que de alguna manera asegura la participación en competencias de todos los países, dándoles la posibilidad a quienes no pudieron acceder por marcas registradas.

Tanto Frank como Nolles son nadadores herederos de una tradición en este deporte. En los Juegos Olímpicos de México 1968, Ana María Norbis tuvo una brillante actuación y logró dos récords olímpicos en 100 metros pecho. Otro de los grandes exponentes que tuvo la disciplina en Uruguay protagoniza el libro de Mauro Goldman, Scanavino: la historia de un campeón.

El periodista sanducero escarba en los cimientos del Club Remeros Paysandú, desde el tiempo en que la práctica de la natación se desarrollaba durante la temporada estival en la piscina flotante del río Uruguay, pasando por el esfuerzo de una comunidad para construir una piscina climatizada y poner en práctica un sistema de becas que benefició a un importante número de niños, entre los que se encontraba Carlos Scanavino, quien debutó en un campeonato federal con tan sólo siete años.

La magnitud de su carrera puede sintetizarse, de forma torpe, en una cosecha de 14 preseas doradas en campeonatos sudamericanos, una medalla de plata y una de bronce en Juegos Panamericanos y dos presencias olímpicas consecutivas, en Los Ángeles 1984 y Seúl 1988, además de otros hitos, como la travesía de 100 kilómetros por el río Uruguay entre la Meseta de Artigas y la ciudad de Paysandú.