En un partido que marcará la historia inmediata de Nacional, los tricolores vencieron como visitantes en el María Mincheff a Danubio 6-0, con goles de Alexis Castro, Diego Zabala, dos de Antonio Galeano, Gabriel Báez y Gonzalo Petit, en una goleada como hacía tiempo no se daba. Así consiguieron pasar el puesto de su vencido y seguir dependiendo de sí mismos para estar en la final del Torneo Intermedio, dado que por ahora sólo están debajo de Miramar Misiones, a que deben enfrentar en la próxima fecha.

Además de esto, Nacional jugó un partido de corte excepcional; el resultado así lo indica y como premio consiguió que su joven delantero Gonzalo Petit, de 17 años y debutando en la primera división de Nacional de manera oficial, anotara el primer gol de su carrera, el tanto con el que se cerró el partido incluso unos minutos antes de todo lo que se debía jugar.

Hubo además problemas por lanzamientos de proyectiles desde la tribuna de atrás del arco, que habitualmente habita parte de la hinchada danubiana.

La parte de adelante

El primer tiempo fue el trampolín para la victoria de los tricolores, que no sólo terminaron con una diferencia de tres goles, sino que además lograron llevar adelante la estrategia planteada por el entrenador, que colocó en el campo un sistema táctico de 4-1-4-1 y logró avasallar a su rival mediante un juego bien congeniado, en el que se destacaron el argentino Alexis Castro y Diego Didi Zabala.

Después de por lo menos tres intentos claros de llegar al área y decidir con remates de media distancia, llegó el gol de Nacional. Fue a los 24 minutos, cuando, después de una jugada bien concebida con varios toques, la pelota quedó en los pies del argentino Alexis Castro, que logró decidir de muy buena manera y con una media vuelta de zurda venció al arquero Mauro Goicoechea y puso el 1-0 para la visita.

Nacional siguió aplicando velocidad y rápidas transiciones, y diez minutos después volvió a vencer el arco danubiano. Esta vez lo logró con una pelota recuperada en la mitad de la cancha y una asistencia vertical y justa para Diego Zabala, que fue avanzando rumbo al área grande y, cuando llegó a la medialuna, metió un derechazo medido contra el caño derecho del arquero danubiano para vencerlo por segunda vez.

El sello de la goleada se imprimió a los 37 minutos cuando, nuevamente, en una progresión como las narradas anteriormente, la pelota fue cedida por Zabala para el ingreso del paraguayo Antonio Galeano, a quien le quedó para la zurda. Se fue entreverando un poco, pero cuando quedó cerca de la mitad del área pisó la pelota y pegó una media vuelta de derecha que significó el 3-0 a favor del equipo de Martín Lasarte.

Los jugadores de Nacional festejan el segundo gol a Danubio, el 13 de julio, en el estadio Jardines del Hipódromo. Foto: Mara Quintero

Los jugadores de Nacional festejan el segundo gol a Danubio, el 13 de julio, en el estadio Jardines del Hipódromo. Foto: Mara Quintero

El primer tiempo redondo de los tricolores en el María Mincheff se vio un poquito eclipsado al final cuando, en otra acción ofensiva, Gonzalo Carneiro fue por la pelota y ante la marca quiso frenar y su rodilla derecha le falló, razón por la cual el delantero debió abandonar la cancha.

El segundo tiempo del partido Nacional-Danubio

En el segundo tiempo, en un caso casi curioso para Nacional –cuenta por lo menos con tres delanteros centro en su equipo, pero, por distintas razones, se quedó sin ninguno para los segundos 45 minutos del partido: no tenía a Rubén Bentancourt ni a Federico Santander en el plantel, y Carneiro debió salir lesionado–, se produjo el debut oficial del joven Petit.

También el Turco Alejandro Apud ensayó variantes. Obligado por la coyuntura del resultado y la búsqueda de achicar diferencias, ingresaron Gabriel Leyes, Leandro Sosa y se gestó el debut de Maximiliano Cantera, que, de acuerdo a lo que habilita el nuevo Estatuto del Futbolista, no debió esperar a que termine el Intermedio para pedir pase de Deportivo Maldonado a Danubio y ya apareció en el campo con la camiseta franjeada.

A pesar de los cambios, a los cinco minutos del segundo tiempo Nacional consiguió el cuarto gol. Un golazo con una gran combinación que terminó con el tándem por la derecha de Galeano habilitando el largo hasta el final a Leandro Lozano, que mandó el centro para que, entrando por el medio como si fuera un 9, el argentino-paraguayo Gabriel Báez metiera un cabezazo impresionante para anotar el 4-0.

Después, una situación extradeportiva hizo que el partido se detuviera durante diez minutos porque desde la tribuna ubicada detrás del arco de Goicoechea –que, justamente, es el lugar donde desde hace decenas de años habitualmente se colocan los hinchas danubianos– empezaron a caer pedazos de escombro de ladrillo, en grandes cantidades, que ponían en peligro cualquier acción de los deportistas. El árbitro paró el partido, fue al encuentro del jefe del operativo –que no pudo disponer de una situación que controlara por completo el lanzamiento de proyectiles– y ese esperó al ingreso de una decena de efectivos policiales que, con escudos dentro del campo, se pararon mirando a la tribuna.

Los últimos dos goles de Nacional

El partido recomenzó 12 minutos después, con el riesgo que sobrellevaba la caída de la luz solar: el María Mincheff, como se sabe, no tiene iluminación artificial.

Nacional siguió mostrando su mejor juego en mucho tiempo y cuando iban 88 minutos de tiempo corrido anotó su quinto gol. Otro golazo, esta vez después de la concatenación de pases en la que participaron Alexis Castro, el joven carmelitano Petit y finalmente otra vez Castro, que habilitó a Galeano y al paraguayo, que sacó un derechazo qué significó el quinto gol de los tricolores.

Y habría espacio para el sexto. Fue de Petit el último gol de Nacional: después de una jugada iniciada por la banda derecha por Lozano, la jugó hacia Jeremía Recoba –que había ingresado en el segundo tiempo–, y entrando al área definió el delantero centro colocando el 6-0, lo que significó además el final del partido, dado que volvieron a aparecer los proyectiles y se estaba jugando la adición, por lo que se decretó la finalización en cuanto empezaron a caer las piedras.