Rampla Juniors descendió al amateurismo en una temporada para el olvido. Los picapiedras hicieron la escalera inversa: en 2024 estaban en Primera División y comenzarán el 2026 jugando en la vieja C en caso de abonar los adeudos correspondientes con la Asociación Uruguaya de Fútbol.

Además del pésimo resultado obtenido en la cancha, hubo un contraste muy grande entre lo imaginado a principios de año y lo que terminó sucediendo, con jugadores y funcionarios que acumularon meses de salarios impagos durante el transcurso de la temporada. En su momento se habló de que la sociedad anónima deportiva (SAD), que tiene al estadounidense Foster Gillet como imagen icónica, llegaba para potenciar a la institución, pero sucedió todo lo contrario tanto en lo deportivi como en lo económico.

Con gran molestia, un grupo de socios de Rampla solicitó una asamblea en la que se aprobaron dos mociones históricas impulsadas por la masa social. La primera fue declarar persona no grata a Gastón Tealdi, presidente de la SAD Soriano Fútbol Club, que maneja al equipo auriverde desde principios de 2025.

La segunda fue intimar a Soriano Fútbol Club a cancelar los adeudos establecidos en el contrato, que ya vencieron el plazo otorgado. En consecuencia, se definió proseguir con las acciones legales para el cobro de multas –que sería una cifra aproximada al millón de dólares– y la rescisión del acuerdo que vincula a Rampla con la SAD.

La mayoría de la comisión directiva de la institución, que fue elegida por los socios, votó en contra de ambas mociones.