A ver cómo monetizo esto: soy el decano, por no decir el más viejo de los periodistas deportivos de prensa escrita en medios nacionales en Uruguay. ¿Qué tul? Pero nadie sabe por viejo. Se sabe por vida, sí, pero más por conocimiento y por ir juntando esas cosas e ir haciéndose de las herramientas para el oficio.
He aprendido, primero leyendo y después incorporando esa información puntual, que una nota previa al desarrollo de un partido de fútbol debe tener la información concreta de dónde, en qué estadio, a qué hora y por qué torneo o campeonato se desarrolla ese encuentro, así como en qué pantallas se televisa. No menos importante es aportar o refrescar qué posiciones o definiciones puede disparar el partido, qué pasó antes, qué podría pasar después y cierto caudal noticioso que pueda aproximarnos a qué futbolistas estarían de un lado y del otro. Es condición indispensable, asimismo, saber quiénes están inhabilitados por tarjetas o por lesiones, qué rumbo estratégico puede intentar tomar tal o cual equipo a través de las ideas y acciones de los directores técnicos y qué cuestiones inmediatas tienen que resolver en esa u otra competencia y, por lo tanto, también esbozar cómo vienen en cuanto a lo que jugaron en las últimas semanas.
También entiendo que es necesario darle contexto histórico y de actualidad a ese cruce de rivales y no dejar que las subjetividades –a veces disparadas irracionalmente en los colectivos que participan y/o acompañan– entren en la balanza, con situaciones como, por ejemplo, dar por hecho que alguien que juega en su ciudad, en su país, en su estadio, lleva ventaja.
Encima, como el fútbol uruguayo tiene tanta historia y yo ya juego con los +60, sé que en alguna esquina del recuerdo aparecerá un dato vivido que merece ser compartido, y entonces –como ayer pensaba en la primera final de la Libertadores entre Peñarol y Olimpia, que no viví pero conozco por haber estudiado diarios, revistas y libros–, se me ocurrió pensar que Nacional-Internacional de Porto Alegre, que juegan por el grupo F este jueves a las 19.00 en el Parque Central con entradas agotadas y emisión en vivo de ESPN y Disney+, jugaron por primera vez oficialmente en la definición de la Libertadores de 1980. Y ¡ñácate!, fue así.
Antes habían jugado tres o cuatro amistosos por los caramelos o las papas fritas, y fue el 30 de julio de 1980 la primera vez que jugaron por los puntos, nada menos que en la final del torneo de clubes más importante del hemisferio sur. Este fue el partido en el que 15.000 uruguayos, en medio del gris de la dictadura, se fueron a Porto Alegre para ver el 0-0 del Beira Río, para una semana después conquistar la Libertadores con la victoria de Nacional 1-0.
Desde aquella vez del gol de Waldemar Victorino, volvieron a enfrentarse 11 veces sólo por Libertadores, pero ya nunca más en el Centenario. Todos los partidos –en 2006, 2007, 2019, 2023 y 2025– fueron en el Beira Río y el Parque Central, cimentando una competencia que para ambos contendientes se define como fuerte, peligrosa, respetuosa y con expectativa.
Así fue hace unas semanas nomás cuando, en el primer partido internacional en el extranjero de Pablo Peirano dirigiendo a un Nacional muy mal parado en la Libertadores, los tricolores avasallaron en el primer tiempo y tomaron tres goles de ventaja, pero fueron superados ampliamente en la última media hora del segundo tiempo para terminar en un 3-3 de sensaciones raras para ambos.
Hoy, después de la magnífica victoria de Nacional en Salvador ante Bahía, equipo al que derrotó 3-1, y de la caída de Inter en Medellín ante el Nacional colombiano, las cosas han quedado muy apretadas entre los cuatro contendientes, por lo que este partido y el de la semana que viene son trascendentes para tratar de seguir en la competencia internacional, ya sea en los octavos de la Libertadores o en los clasificatorios para octavos de final de la Sudamericana. Las posiciones, cuando quedan 6 puntos por disputarse, dicen que del primero al último hay sólo 3 de diferencia, por lo que todos tienen posibilidades y todos dependen de sí mismos: Bahía lidera con 7 unidades, Nacional de Medellín tiene 6, Inter 5 y Nacional 4.
Hoy hay que ganar
El recurso de utilizar el canto de la tribuna es sólo válido para trasladar el espíritu de la cancha al papel, pero es cierto que si Nacional le gana a Inter casi se asegurará seguir en la competición internacional. Después definirá, también en casa, ante los albiverdes colombianos en qué copa sigue.
Para competir con éxito ante los gaúchos, Nacional tiene la experiencia del partido de unas semanas atrás, con buen planteo, buen desempeño, buen juego y mala resolución final, y el de Bahía, en el que ajustó el último ítem y venció de gran manera. En ambos jugó con línea de tres ubicando al juvenil Paolo Calione junto a Sebastián Coates y el colombiano Julián Millán, por lo que se podría pensar que, dadas las características del juego de los rivales y la forma de enfrentarlo, se repita la oncena que ganó en el Fonte Nova: Luis Mejía; Lucas Morales, Calione, Coates, Millán y Gabriel Báez; Christian Oliva, Luciano Boggio, Jeremía Recoba, Lucas Villalba y Nicolás López.
El partido del año
Inter viene de un ciclo malo en el que acumula tres derrotas en fila, dos por el Brasileirão –con Corinthians 3-1 y con Botafogo 4-0–, mientras que en el medio perdió con Nacional de Medellín 3-1. Pero, además, hace siete partidos que no logra ganar como visitante entre Libertadores y Brasileirão.
Roger Machado, el director técnico de los colorados, ha definido el encuentro del Parque Central como el partido del año para los interistas y, aparentemente, ha elegido una formación de 4-3-1-2 para dar buena batalla en el mediocampo. No tiene a nuestro compatriota Sergio Rochet, en recuperación de una fractura en la mano. Además, al no contar con el ecuatoriano Enner Valencia, absolutamente descartado, ni con el colombiano Rafael Santos Borré, no tiene delanteros que puedan completar la idea del técnico. Anthoni; Aguirre, Vitão, Victor Gabriel y Bernabei; Fernando y Thiago Maia; Bruno Henrique, Alan Patrick y Wesley; y Lucca pueden ser los elegidos de Roger, aunque también podrían jugar Juninho en la zaga, Ronaldo en el medio y el joven Ricardo Mathias de punta.
El árbitro será el chileno Piero Maza, acompañado por sus connacionales Claudio Urrutia y Alejandro Molina.