Larrañaga le ganó a Verdirrojo en el quinto partido de la serie semifinal de la Liga de Ascenso y volvió a primera división luego de 23 años. Hubo fiesta hasta altas horas de la noche en el club con fuegos artificiales y la presencia del cantante Mariano Bermúdez.

El milrayitas se armó para subir, tenía un gran plantel para la divisional, fue el mejor equipo de la fase regular y lo confirmó en playoffs, pese a que Verdirrojo fue un durísimo rival.

En medio de los festejos, la diaria fue a buscar la palabra de dos de los principales protagonistas: el entrenador Guzmán Álvarez y Agustín Zuvich, el mejor jugador del torneo.

Zuvich: “Vuelvo a elegir este club porque me siento como en mi casa”

Entre fotos y autógrafos, el interno contó sus primeras sensaciones por el logro obtenido: “Pudimos lograrlo, no es fácil ascender, más cuando había grandes equipos peleando, justamente como Verdirrojo; súper contento por todo lo que generamos”.

El pivot analizó el transcurso de la serie desde su juego: “El primer partido no me fueron a doblar y aproveché a llevar el goleo del equipo. A partir del segundo partido empezaron a doblar y la clave fue pasar la pelota y jugar para el equipo; aparecieron todos dando su granito de arena y estoy feliz por eso”.

Más allá de lo basquetbolístico, Zuvich fue el padre adentro de la cancha, otorgando confianza a muchos jóvenes: “Hay que apoyar porque son buenos jugadores, solamente a veces está en la confianza de cada uno para que jueguen sueltos. A mí y a Carlos Buemo no nos iban a dejar jugar, por eso el resto tenía que dar un pasito adelante y resolver. Gracias a eso ascendemos”.

Sobre las razones del logro deportivo, enfatizó: “Ganamos porque lo queríamos más que ellos, lo estábamos deseando y lo fuimos a buscar. Éramos nueve jugadores que podíamos jugar; un plantel así de largo en segunda termina dando su rédito”.

Para cerrar habló de su relación con Larrañaga, un lugar donde se siente muy bien: “Generé muy buena relación con el club, con José María Busanello, que es el presidente de la institución y el dueño de este ascenso; es el tipo solo contra todo. Me da felicidad y vuelvo a elegir este club porque me siento como en mi casa, juego sin presión, me invitaron y me hicieron sentir siempre muy bien”.

Guzmán Álvarez: “Fue una noche soñada”

Álvarez es un entrenador joven, tiene 34 años, y desde el año pasado está en la dirección técnica de Larrañaga. Además trabaja en Peñarol, donde será asistente de Leandro García Morales, y tuvo algún interinato como director técnico principal en la Liga Uruguaya anterior.

Es tranquilo, de perfil bajo, y no paró de recibir abrazos de reconocimiento por el ascenso. Dijo que “fue una noche soñada, la imaginábamos y la queríamos desde el primer día de pretemporada. Era el objetivo y se logró, no quiero olvidarme de Verdirrojo, que hizo una campaña tremenda, con adversidades, como todos; se merecen haber llegado a definir el torneo, así que mis felicitaciones para ellos también”, reconoció.

Álvarez hizo una cronología de los hechos que, a través de la línea de tiempo, llevaron a un final feliz: “Cuando estuvimos armando el plantel la idea siempre fue pelear por el torneo, el club hizo todos los esfuerzos necesarios en las contrataciones y en tener un staff acorde a un equipo profesional, con psicóloga, fisioterapeuta y asistentes. Teníamos todo, sólo restaba trabajar y pelear por lo que queríamos”.

Sobre las claves de la serie ante Verdirrojo, analizó: “Defensivamente fue donde pusimos más énfasis, la idea fue apuntar a controlar a Federico Haller y Martín Aguilera, a Xavier Cousté intentamos pero fue prácticamente indefendible, y se nos escapó Martín Mayora, pero en general el trabajo fue bueno”.

Si bien su carrera es corta y queda mucha tela por cortar, el entrenador analizó el camino recorrido hasta el momento: “Estoy orgulloso del camino que hice y el recorrido que llevo. A veces es escabroso, pero todo vale la pena”.

Al ser consultado sobre las razones del ascenso de Larrañaga, explicó: “Hicimos todo lo que teníamos que hacer, desde la concepción hasta el trabajo día a día. La dirigencia nos dio todo y los jugadores tuvieron un corazón innegociable y trabajaron en consecuencia”.