En virtud del nuevo esquema definido para la fijación de las tarifas de combustible, surgido de la ley de urgente consideración (LUC) y que otorga un mayor rol a la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea), el Poder Ejecutivo deberá definir próximamente si ajusta o no los combustibles en abril. Es que el esquema prevé un análisis mensual del valor de las tarifas, atendiendo el reporte sobre el precio de paridad de importación (PPI) del gasoil y las naftas que realiza la Ursea, y un informe de Ancap sobre el estado de situación de la empresa.
Según supo la diaria, este jueves Ancap remitió ese documento al Ejecutivo. Igualmente, previo a esto el tema ya viene siendo motivo de conservación entre los ministros de Industria y Economía, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y el presidente Luis Lacalle Pou. Así como ocurrió en enero, cuando a pesar de que Ancap solicitó un mayor ajuste de los combustibles, hubo una “decisión política” del Ejecutivo de ajustar sólo las naftas 6%, ahora volverá a analizarse desde esa óptica, teniendo en cuenta la situación sanitaria, las recientes medidas de aislamiento y la realidad económica del país.
El informe remitido por Ancap tiene información sobre la evolución en el último mes del stock de crudo y su correlato financiero en términos del pasivo —paga las compras de petróleo a 90 días, quedando expuesto a la variación del dólar—, los costos estructurales y la ganancia prevista. El documento incluye “el precio que fijaría Ancap” si fuera quien define la tarifa, es decir, sin considerar las otras variables políticas antes mencionadas, comentó una fuente.
Mientras tanto, el ya de por sí volátil mercado internacional de crudo tuvo esta semana un comportamiento aún más impredecible. De lunes a jueves, el barril de Brent —referencia para Ancap— osciló entre 60 y 65 dólares. Hubo un alza de 6% el miércoles por los problemas causados por el atasco de un buque portacontenedores en el Canal de Suez —en Egipto, la principal ruta marítima entre Europa, Medio Oriente y Asia— y un retroceso similar la jornada posterior por el temor a una menor demanda en Europa tras el retorno de las medidas de confinamiento.
Hacia adelante, habrá que ver “cuál de los dos” factores que impactaron sobre el precio del crudo “prevalece”, dijo una fuente de Ancap. Los problemas en el Canal de Suez “van a impulsar los valores porque los productores árabes no pueden sacar” su producción, pero a la vez las medidas de aislamiento en Alemania y otros países “hacen que las refinerías salgan a rematar sus inventarios, para que no pase lo mismo que en abril de 2020”, cuando el crudo operó en valores negativos a causa de la escasa demanda mundial por la pandemia.
Los mensajes de Ancap
Esta semana la petrolera estatal publicó su balance anual, que mostró ganancias operativas por 34 millones de dólares —principalmente por las subsidiarias Ducsa y Alcoholes del Uruguay (ALUR)— pero un resultado neto negativo en 12 millones de dólares, debido a pérdidas financieras por 71 millones de dólares a raíz de la suba del tipo de cambio en el 2020. Ancap compra el crudo en dólares y tiene sus ingresos en pesos, por lo que un aumento del tipo de cambio tiene impacto directo en sus finanzas.
En el informe que difundió, la petrolera estatal marcó que previo al ajuste de las naftas de enero, los precios de venta al público se mantuvieron sin variaciones desde mitad de 2018. Esto implica que Ancap asumió en ese lapso una serie de costos —como la suba del Imesi en los meses de enero— y pagos que se ajustan periódicamente —los márgenes de las distribuidoras y las bonificaciones de los estacioneros—, sin ver un correlato en sus ingresos, que dependen de la tarifa que fija el Ejecutivo. Esto termina impactando en los números de la empresa.
Una fuente del ente consideró que “es comprensible” que en un momento como el actual, a nivel del Ejecutivo “no sea prioridad la economía de Ancap” para la definición de las tarifas, sino la realidad sanitaria y económica del país. Sin embargo, dejó claro que, por ejemplo en el gasoil, el valor actual al público “se fijó en junio de 2018, con el precio del crudo y del dólar de esa época”.
Además, la fuente explicó que desde enero, cuando empezó a regir el nuevo esquema, quedó atrás el sistema de la paramétrica de precios, que permitía ver qué tan cerca o lejos de lo proyectado por Ancap se encontraba el mercado. Ahora “lo relevante” a observar es la evolución y proyecciones del valor del crudo cada semana, y el promedio mensual, ya que es el que marca el precio que paga Ancap a los proveedores por las compras realizadas.
“Lo que pasa en un mes” en el mercado internacional “se debiera reflejar dos meses después en el mercado uruguayo” en virtud del nuevo esquema. Esto ocurre así porque para definir el posible ajuste de abril se considera el informe de la Ursea de marzo, que refleja los costos de producción de febrero.