El dato

Según la información oficial publicada por la Oficina de Programación y Políticas Agropecuarias (Opypa), la presión fiscal del sector agropecuario en 2022 será de 5,5% del producto interno bruto del sector agropecuario (PIB agropecuario). La caída de la presión fiscal respecto del año anterior sería de casi un punto del PIB agropecuario y constituiría el valor más bajo de la serie al menos desde 2018.

El contexto

¿Qué pasó con el PIB del sector agropecuario?

Según la Opypa, la producción sectorial en 2022 aumentó tanto en términos físicos como en valor (precio en dólares al productor). Por lo tanto, el valor del PIB del agro en dólares corrientes tuvo un gran crecimiento en dólares corrientes durante el año.

¿Cómo fue el desempeño del sector agroexportador en 2022?

Según lo anunciado por el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, 2022 cerrará con récord de exportaciones del sector agroindustrial, totalizando cerca de 10.000 millones de dólares. A su vez, si bien no existe un indicador oficial específico de la rentabilidad del sector, el índice de excedente bruto de la industria exportadora calculado por el Banco Central del Uruguay alcanzó su valor promedio más alto en la comparación histórica durante 2022.1

¿Qué pasó con el pago de impuestos en términos absolutos?

En términos absolutos, la cantidad de impuestos pagos por el sector agropecuario aumentó aproximadamente 15% en dólares corrientes. Sin embargo, como buena parte de los impuestos que paga el sector están asociados a la tierra y no se ajustan proporcionalmente al nivel de actividad, la presión tributaria sobre el PIB agropecuario tuvo un notable descenso hasta alcanzar su mínimo de 5,5%.

¿Todo el año fue igualmente bueno para el sector?

La realidad del sector comenzó a cambiar sobre el final del año. En primer lugar, el dinamismo exportador comenzó a enlentecerse a partir de setiembre. Adicionalmente, el tipo de cambio real efectivo, que aproxima cuán caro o barato nos encontramos respecto de nuestros socios, comenzó a deteriorarse de forma importante hacia el final del año en relación a los destinos extrarregionales, donde se coloca la mayor parte de la producción agropecuaria. Esto ha desatado una discusión política y académica acerca de la situación del valor del tipo de cambio en el país.2