El directorio del Partido Nacional (PN) resolvió ayer retirarse de la Comisión Organizadora del Congreso Nacional de Educación. El lunes, su representante en dicho órgano, Pablo da Silveira, había presentado un informe ante los directores cuestionando que de las siete propuestas que había presentado en la comisión, solamente dos fueron aprobadas. Además, Da Silveira criticó que la comisión demoró casi un año en poner en consideración el documento presentado por el PN.

En una declaración del martes, el directorio resuelve retirar a Da Silveira de dicho ámbito y también “cuestionar la validez del Congreso de Educación como ámbito de representación ciudadana, plural y democrática”. La resolución, además, anuncia que las resoluciones del congreso “no serán consideradas por el Partido Nacional como un insumo válido para la construcción de los grandes acuerdos educativos que el país necesita”.

De las propuestas rechazadas en la comisión, el directorio manifiesta su preocupación en particular por una que fue votada únicamente por el representante nacionalista. El planteo proponía que la mesa de la sesión plenaria del Congreso fuera presidida por los legisladores que integran las comisiones de Educación a nivel parlamentario. “Parte de quienes votaron en contra argumentaron que un legislador es un ciudadano más, de modo que, si quiere participar, debe asistir como uno más a cualquiera de las asambleas territoriales que se están organizando. Nosotros, que defendemos la democracia representativa y el régimen republicano de gobierno, reafirmamos que la voluntad del pueblo soberano está expresada en el Parlamento y no en aparatos movilizados de carácter político o corporativo”, expresa la carta del directorio enviada a la comisión.

Además, los directores nacionalistas consideran “evidente que no existe ninguna voluntad de introducir cambios significativos en la organización del Congreso Nacional de Educación. La Comisión Organizadora, y las autoridades nacionales que la respaldan, persisten en usar un modelo endogámico y corporativo, totalmente ajeno a la lógica ciudadana, que asegura que, una vez más, el Congreso sólo servirá como medio de expresión de grupos organizados”.