Fernando Filgueira, fundador de la asociación ciudadana Eduy21, fue el orador encargado de cerrar la octava edición de las charlas TEDx el domingo. Su exposición resaltó lo necesario de “abordar la revolución” en educación: “Yo creo que es posible construir modelos educativos en donde partimos de que estamos ante personas que piensan, discuten, argumentan y crean en su cabeza, que no son depósitos de informaciones, pero para eso hay que enfrentar un paradigma”, enfatizó el ex subsecretario del Ministerio de Educación y Cultura.

Para Filgueira, el actual paradigma de la educación se defiende desde sus propios cuatro postulados. Por un lado, la idea de conformismo, por la cual un estudiante debe “recibir y aceptar el conjunto de elementos que se le brinda, no puede discutir”, a la que propone enfrentar a una nueva idea de “debate y cuestionamiento” que permita la exploración del alumno. Otro postulado que sostiene la educación actual según Filgueira es la homogeneidad: “aquello que tienen que aprender e incorporar responde a un modelo de chiquilín estándar”; sin embargo, según el sociólogo se debería considerar la diversidad en todos sus espectros, en los distintos ritmos y formas de aprendizaje de cada estudiante.

El tercer postulado sería que importan más los contenidos de la información que se transmite que los problemas que se puedan solucionar con eso. Para el integrante de Eduy21 sería más conveniente “pensar desde los contenidos e ir más allá, ir a las competencias y habilidades que todo chiquilín pueda ir incorporando a sus ritmos y formas”.

El último de los argumentos del actual paradigma de la educación es la rutina, un conjunto de hábitos “para resolver una ecuación o identificar la estructura del lenguaje escrito, son rutinas mecánicas y autocontenidas”; para avanzar sobre esto Filgueira propone trabajar el manejo de la incertidumbre.

El integrante de Eduy21 remarcó que los ejes que criticó “no son susceptibles de ser tirados a la basura, porque se precisan ciertos cánones comunes, cierta capacidad del alumno de recibir información e incorporarla antes de cuestionarse, porque se precisan contenidos e información para plantear los problemas y rutinas para solucionarlos y manejar la incertidumbre”.

La resolución de los problemas es un tema que interesa con particularidad a Eduy21. Desde el colectivo ciudadano se cree que “los contenidos son útiles cuando se pueden ordenar para resolver problemas”, comentó Filgueira. Para ellos es fundamental ir hacia evaluaciones que tomen esto en consideración, porque el actual sistema de acreditación y certificación está basado en un modelo único, y así “se sacrifican chiquilines”. Agregó que esto “no significa que el sistema no deba estar atento cuando alguien no está incorporando conocimientos fundamentales”.

Para el sociólogo, instituciones públicas y privadas “están jugándose por un modelo de estas características: personalizado, pertinente, orientado por capacidades, pero dentro de un sistema que está estructurado para que ello no suceda”. Uruguay tiene “un modelo curricular prescriptivo, con una forma de organizar el tiempo y estructurar el espacio particular”. Según Filgueira hay un énfasis “en castigar y estigmatizar el error”, cuando se debería entender que la equivocación es parte del proceso de crecimiento y no se le debería de tener miedo. Sin embargo, “es necesario que desde el propio sistema educativo surja un cambio de esta radicalidad, porque los sistemas no son pensados para transformarse, suicidarse o pensar en una forma radicalmente diferente. Hay muchos docentes que están haciendo el cambio, que lo van a acompañar, pero los docentes no son el sistema, el sistema son un conjunto de reglas institucionales y se debe sumar a los docentes en esta aventura, pero el cambio no va a venir sólo desde dentro”, opinó el orador del Tedx Montevideo.

Agregó, a su vez, que el cambio “tampoco va a venir de la clase política, porque la educación es el típico caso en el que los costos que uno paga son concentrados e inmediatos, mientras que los beneficios son difusos y en el futuro, y no hay nada que le cueste más a un político”.