La física es una disciplina compleja, sin dudas. “Determinar la relación funcional del período de oscilación del péndulo bifilar con la distancia entre los hilos que lo sostienen”. Parece difícil de realizar y lo es, pero ese fue el ejercicio experimental en la última etapa de las pruebas clasificatorias para la XXII Olimpíada Iberoamericana de Física, que se celebrará en setiembre en la ciudad de Armenia, en Colombia.
Pedro Sales, de 17 años; José Luis Vilaseca, de 18; y Miguel Ignacio Sica, también de 18, los tres estudiantes de sexto año de ingeniería del Colegio Seminario, representarán a Uruguay por segundo año consecutivo, y este año se sumó a la delegación nacional Félix Leborgne, de 17 años y estudiante de quinto científico de The British Schools. Al país cafetero buscarán “ir con un poco más de experiencia y mejorar el resultado del año pasado”, aclaró a la diaria Pedro, que el año pasado obtuvo una medalla de bronce en la competencia internacional.
Más de 100 estudiantes de educación media se inscribieron en la competencia nacional que organiza la Sociedad Uruguaya de Física y la Asociación de Profesores de Física del Uruguay de forma honoraria, que por medio del evento buscan no sólo encontrar a los integrantes de la delegación celeste a la Olimpíada Iberoamericana, sino “generar motivación y preparación para aquellos a quienes les guste la física”, aseguró en diálogo con la diaria Arturo Martí, docente de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República e integrante de la organización. La Olimpíada Nacional es “la forma de captar talento, de fomentar que la gente estudie. Así como uno práctica de natación o de fútbol, queremos que esto permita fomentar el interés, que los chiquilines sigan carreras relacionadas con las ciencias. Nos parece muy importante”.
El nivel al que se enfrentarán los jóvenes uruguayos en la competencia internacional es muy alto en comparación con la preparación nacional. Sin embargo, Martí cree que este año la delegación uruguaya podría obtener muy buenos resultados: “Este año, en particular, hemos notado un nivel muy alto y una preparación muy en serio por parte de ellos, con mucho entusiasmo, y estos finalistas son realmente muy buenos”.
La Iberoamericana de Física es una instancia en la que Uruguay participa regularmente desde el año 2000; al principio obtuvo excelentes resultados, pero luego fue disminuyendo la presencia celeste en el podio, debido, sobre todo, “a la mejora en el nivel de los otros países, que al principio no se preparaban tanto y que ahora lo ven como una instancia obligatoria a nivel nacional”, comentó Martí en referencia a la política del Ministerio de Educación de Cuba.
Aproximadamente unos 200 estudiantes de enseñanza media participaron este año, la mitad de ellos en categorías preparatorias (estudiantes de primero y segundo de bachillerato o su equivalente en UTU) y otros 100 en la categoría clasificatoria, que compite por un lugar en la Olimpíada (alumnos del último año de enseñanza media).
Para Ignacio y José es una cuestión de gusto: hace cuatro años participaron por primera vez en la Olimpíada Nacional y “el tiempo te lleva a que te guste”, comentaron. Félix aseguró que se enteró de la Olimpíada “el año pasado, porque fue acá”, en referencia a la competencia que se desarrolló en Carmelo, y contó que se anotó este año junto con un grupo de compañeros porque “me gustaba la física”.
Los competidores debieron pasar por tres pruebas, las dos primeras mediante una plataforma en línea, “con problemas teóricos y tiempo limitado”, bajo la supervisión del profesor del curso, “que certifica que la prueba se hizo de forma individual y sin consultar internet ni materiales de ningún tipo”, detalló Martí. Quienes superaron esas pruebas estuvieron en la final el sábado 29 de julio en la Facultad de Ingeniería. Allí debían rendir un examen práctico, además de una prueba teórica. Las teóricas, apuntan los estudiantes, siempre tienen algunos ejercicios más difíciles, y los de este sábado fueron los relacionados con ondas. “Son ejercicios que tampoco van a ser súper fáciles, porque en algún punto tenés que hacer la diferencia. El año pasado, por ejemplo, había un par de ejercicios sobre un tema que no habíamos dado y ni intentamos resolverlos, porque era prácticamente imposible. Este año estudiamos ese tema, sabemos muchísimo más que el año pasado, aunque siempre hay uno que no cubrís o no estudiás. Siempre hay un ejercicio que nadie puede hacer”, comentó Pedro.
Según el docente, es en la parte experimental de la prueba en la que se ven las mayores dificultades que tienen los estudiantes: “A veces les cuesta un poco, porque no están acostumbrados a llevar a la práctica experiencias en las que tienen que inventar el procedimiento; están más acostumbrados a seguir la receta, el protocolo. Acá nosotros les decimos que se las tienen que ingeniar para llegar; este año tuvimos buenos resultados”.
La preparación para la Olimpíada Nacional consiste en “un curso que se dicta los sábados de mañana desde que iniciamos la convocatoria. Los estudiantes vienen una vez por semana o se pueden conectar por Skype o Hangout. En esa instancia se proponen problemas que ellos resuelven. Eso se hace para todos los que participan”, detalló. Para la competencia internacional de setiembre el plan es “hacer un entrenamiento con estos cuatro estudiantes, porque la Iberoamericana cubre temas que acá están al final del programa y nunca llegan a verse”. “Los temas que falta reforzar son los de física moderna, sobre todo la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica, que se ven muy poco”, detalló. Según Ignacio, van a tener que “meter más en toda la parte de ondas, que es tema del ejercicio de la última prueba que fue complicado para todos, y también en toda la parte extra, que es algo básico de relatividad, sobre lo que tenemos nociones nomás”.
Los estudiantes y Martí destacaron los puntos fuertes que tienen en su formación. “Nuestro fuerte es todo lo que sea cuerpos rígidos y puntuales, así como electromagnetismo, que es lo que hemos dado hasta ahora este año en el liceo”, mencionó Ignacio. Félix opinó que “cuerpo rígido y masa puntual es fácil, mientras que electromagnetismo cuesta más”.
La semana que pasarán en Colombia incluirá dos jornadas de pruebas, una práctica y otra teórica, de cinco horas cada día, y luego recorridos turísticos por la zona y actividades de integración con estudiantes de otras nacionalidades. Los tres ex olímpicos se reencontrarán con varios ya conocidos, que también repiten este año. “Ninguno abandonó el grupo de Whatsapp”, contaron.