La Universidad de la República (Udelar) y la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay (UNCU) crearon la primera Biblioteca Digital y Accesible, donde estará disponible una colección de libros en formato digital que permitirá a los usuarios registrados imprimir el texto en braille o que sea reproducido por un lector de pantalla. Se estima que esta iniciativa llegará a unos 30.000 estudiantes que actualmente no pueden acceder a textos académicos.
La autorización para digitalizar libros que están protegidos por derecho de autor se logró gracias al Tratado de Marrakech, al que suscribió Uruguay. El tratado aún no está reglamentado: falta que el Poder Ejecutivo lo autorice mediante un decreto que, según supo la diaria, ya está escrito y es probable que se concrete a fines de setiembre.
La biblioteca fue una de las propuestas que se presentaron a la subvención del Fondo Regional para la Innovación Digital en América Latina y el Caribe (FRIDA), financiado por el Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo (IDRC por sus siglas en inglés). La ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, participó en el lanzamiento. Destacó la importancia de estos recursos no sólo para los estudiantes ciegos, sino para la población de mayor edad que por causas naturales va perdiendo la visión.
Fernando Peláez, prorrector de Enseñanza de la Udelar, aseguró que “en la educación media la tasa de abandono promedio de la población con discapacidad visual supera el 78%: accede a ese nivel de enseñanza cerca de 80% de los jóvenes con discapacidad visual, pero sólo 20% lo termina y sólo 12% ingresa a la educación terciaria o universitaria”. Según Peláez, la escasa disponibilidad de materiales de estudio accesibles “es una de las mayores dificultades con las que se encuentran los estudiantes con discapacidad visual insertos en el sistema educativo”. La biblioteca digital se encuentra dentro de Colibrí, el repositorio institucional de la Udelar donde se agrupa en formato digital de acceso abierto la producción universitaria. El foco de los textos que se han subido en esta primera etapa está en primaria, con libros de cuentos, y en secundaria, con textos de literatura y filosofía, aunque también hay algunos insumos para la educación terciaria.
El usuario deberá crearse una cuenta por intermedio de la UNCU o del Ministerio de Desarrollo Social. Para hacerlo deberá presentar un certificado de discapacidad otorgado por la Comisión Nacional Honoraria de Discapacidad, porque el Tratado de Marrakech sólo permite el acceso a un grupo limitado de la población, detalló a la diaria Virginia Rodés, del Núcleo Interdisciplinario Recursos Educativos Abiertos de la Udelar.
Camila García, de la UNCU fue la encargada de la digitalización de los textos. “Se partió de libros que estaban en formato PDF de imagen; se pasó por un programa de reconocimiento óptico de caracteres que se llama OCR y, una vez que se tuvieron los archivos en formato Word, se corrigió con el original, porque el OCR siempre presenta errores. Aparte, hay que hacer toda la adaptación de las imágenes, como mapas, gráficas o ilustraciones; eso se hace con notas del corrector que explica qué es lo que aparece. Una vez que tenemos ese archivo, que es un DOCX, se puede pasar a audio, a braille o al formato que la persona necesite”, detalló en diálogo con la diaria. García explicó que lo más complejo es la adaptación de las imágenes: “A veces es difícil, sobre todo cuandos se trata de materiales para niños chicos, porque aparecen muchas imágenes; en esos casos describimos sólo las que aportan información al texto”.
El presidente de la UNCU, Gabriel Soto, destacó las alianzas que permitieron concretar el proyecto. Hizo hincapié en la emoción que significó haber ganado la convocatoria FRIDA entre más de 500 propuestas.