La aprobación de la Ley Orgánica de la Universidad de la República (Udelar) en 1958 consagró algunos de los principios puestos en debate por el movimiento reformista desde comienzos de siglo, como la autonomía respecto del Poder Ejecutivo y la participación de los estudiantes en los órganos de gobierno. Sin embargo, la nueva carta no modificó la estructura de la Universidad, basada en un modelo de federación de facultades, principalmente asociadas a la formación de profesionales liberales. Quedaron pendientes, entonces, diversos asuntos asociados al desarrollo de la investigación científica y su repercusión social, incompatibles con la estructura académica heredada del siglo anterior. Estos postulados fueron centro del debate en la década de 1960 y cobraron forma con el Plan de Reestructura Universitaria propuesto por el rector Óscar Maggiolo en 1967. Sumado a la discusión universitaria propiamente dicha, el creciente aumento del estudiantado en esos años, así como la creación de espacios de impulso a la investigación científica y extensión de los saberes universitarios como la Facultad de Humanidades y Ciencias, la Comisión de Dedicación Total o la instalación definitiva del Hospital de Clínicas, entre otros, configuraron nuevas realidades al interior de la institución, y evidenciaron las tensiones del modelo decimonónico de universidad plasmado en la carta orgánica.

Por un lado, la discusión del Plan Maggiolo se desarrolló mediante las múltiples estructuras de cogobierno que se habían formalizado tras la aprobación de la Ley Orgánica de 1958. Se trataba del primer ensayo global de planificación institucional para los pedidos de presupuesto ante el gobierno nacional, realizada desde un gobierno autónomo. Las nuevas modalidades de organización de la conducción universitaria fueron el escenario de debate sobre este plan, en el que los diferentes órdenes participaban en las discusiones y decisiones. Como contrapunto, la estructura institucional por facultades expresada en la ley entraba en contradicción con varias de las propuestas que se incluían en el plan en debate. La posible revisión de la ley para una nueva estructura académica de la Universidad ponía en riesgo aspectos como el cogobierno o la autonomía administrativa de la institución. Se trataba de logros que podían ser cuestionados a la hora de votarla en el Parlamento. Este “temor”, en cuanto a la pérdida de independencia política, atravesó las discusiones internas de la Udelar de forma reiterada a lo largo de la historia.

Luego del golpe de Estado en 1973, la Udelar fue intervenida, y, tras la restauración democrática, diferentes proyectos de reforma volvieron a poner sobre la mesa las discusiones en torno a la reforma de la Ley Orgánica. A comienzos de la década del 90 se presentó públicamente un documento por parte de cuatro decanos que ponía en discusión la nueva realidad universitaria y las necesidades de transformación de su estructura. Esta polémica recobró fuerza tras los cambios de la política gubernamental a mediados de la década de 2000, pero en ningún caso las iniciativas de reforma tuvieron lugar.

El debate sigue | Como parte de las actividades que organiza la Udelar conmemorando los 50 años de la elaboración del Plan Maggiolo, el 16 de agosto a las 17.00, en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, la autora de la columna coordinará la mesa “La Ley Orgánica en debate”. Allí se pretende analizar las distintas visiones en torno a las posibilidades y las contradicciones entre la estructura de gobierno de la Udelar y sus posibilidades de modernización académica en los últimos 50 años. Expondrán el politólogo Jorge Lanzaro, Mijail Yapor ―economista con trayectoria en el cogobierno universitario en los últimos años― y Vicente Cremanti, escribano con experiencia en cargos universitarios y de gestión.