Entre otros factores, para la renovación de su oferta educativa el Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP-UTU) se basa en la demanda de los futuros estudiantes respecto de los distintos cursos. La posibilidad de tener un bachillerato en robótica se barajaba desde hace unos años, principalmente debido al interés de los jóvenes. La propuesta se concretó por primera vez en 2018, en el Instituto Tecnológico Superior (ITS) Arias-Balparda, que está frente a la plaza del Ejército en el barrio motevideano de Brazo Oriental. El jueves 7, la institución decidió llevar a cabo una jornada abierta en la que los flamantes estudiantes de robótica se sumaran a los grupos de egreso de las diferentes carreras para mostrar los resultados de sus trabajos finales a la familia y la comunidad del barrio.

En total, cerca de 1.000 jóvenes expusieron: “Aprovechamos también para mostrar trabajos de otras asignaturas, de estudiantes que hicieron trabajos destacados; por ejemplo, algunos dibujos de arte o afiches de diseño web”, comentó a la diaria la subdirectora del ITS, Azucena Macedo. En la muestra se presentaron proyectos de egreso de cinco carreras: deporte, informática, electrónica, mecánica y aeronáutica; se exhibieron trabajos de los talleres de mecánica, electrónica e informática, y estaban expuestos experimentos hechos en los laboratorios de física y química. Además, al recorrer el edificio se podían ver audiovisuales sobre la oferta educativa de 2019, presenciar obras de teatro, escuchar a la murga joven que se formó entre las actividades extracurriculares, y a estudiantes que tomaron el micrófono para rapear y tocar la guitarra. Asimismo, las docentes de Análisis y Producción de Texto organizaron un café literario en el que mezclaron literatura, ciencia y tecnología.

“El centro tiene que ser abierto a la comunidad, tiene que cubrir las necesidades que demanda la sociedad; para eso debemos tener las puertas abiertas, tiene que haber interacción, que la gente conozca la oferta y nosotros conozcamos a los futuros estudiantes”, remarcó Macedo. A su vez, comentó que “para los estudiantes es muy importante esta jornada”. “Es el momento álgido en el que ellos muestran la culminación del esfuerzo de todo un año, es exhibir aquello que les costó tanto trabajo; además, es muy valioso que venga alguien de afuera y pregunte qué están haciendo y cómo avanza el proyecto”, sostuvo.

Entre las cosas a mejorar de cara al futuro, la subdirectora señaló la falta de participación femenina: “Son muy pocas chicas; de hecho, esta institución desde siempre fue una escuela de hombres. Ahora que se abrió la carrera en Educación Física aumentó la cantidad de mujeres, tanto que ni siquiera dan abasto los pocos baños femeninos que hay”. El escaso número de alumnas se puede notar al recorrer las diferentes exposiciones: algunas están en las áreas de deporte y otras pocas en electrónica.

Robótica

Es el primer año en que la robótica se separa de la carrera de electrónica para correr un camino similar, aunque diferente e independiente. Juan Villagrán, docente de electrónica, comentó a la diaria que la robótica “motiva muchísimo a los chiquilines”, y evaluó positivamente el transcurso del primer año de esta orientación, más allá de que aún no se cuenta con datos que permitan saber cuántos aprobaron la primera parte de la carrera, porque durante estas semanas están cerrando las notas de sus últimos trabajos.

Como forma de mostrar los avances que se alcanzaron durante el año, la coordinación del área decidió impulsar una competencia de robots entre equipos que podían estar compuestos por hasta cuatro estudiantes de todas las carreras de la escuela técnica. Decidieron que todas las fases estuvieran compuestas por dos desafíos. Por un lado, la clásica competencia de Sumo Robot, en la que se enfrentan dos dispositivos dentro de un círculo y el último en salir de los límites es el ganador. Por otro, diseñaron una serie de pistas con las que se planteaba un recorrido en líneas negras sobre fondo blanco; allí los robots, con sus sensores de color y movimiento, debían seguir el camino indicado, y el que lo hiciera en menos tiempo ganaba. “A los chicos de hoy les gusta la competencia, por eso propusimos esto, que ellos ven como un juego y los motiva a seguir trabajando”, dijo el docente.

Además de los profesores, las empresas Vacodir, que se especializa en el rubro de impresoras Láser LED y 3D, y Mark Robots, que ofrece un kit de robótica educativa, participaron como patrocinadores de la actividad, para la que aportaron materiales y asesoría.

Más tecnología

La exposición de electrónica fue una de las más concurridas por los estudiantes. Luis Langone, docente de la materia, explicó que en la muestra había diferentes proyectos y destacó uno de ellos, que uno englobaba a varios estudiantes y consistía en la creación de una emisora de televisión. “El 21 de noviembre es el Día Internacional de la Televisión, por eso se nos ocurrió que podíamos hacer una emisión como se hacía en el origen. Eso consiste en crear equipos de emisión que puedan manejar imágenes: las tomamos y las difundimos en formas de ondas radioeléctricas y llegamos a televisores estándar que pueden recibir esa señal; nosotros vamos a decidir cuál es esa imagen y a procesarla con nuestra tecnología. Es el trabajo de los últimos meses”, destacó.

Para Langone, los talleres “son muy motivadores, a los chiquilines les gusta mucho la tecnología y les interesa saber exactamente cómo se genera todo dentro de los dispositivos móviles, ya sea inalámbricos o con computadoras. La electrónica les llama la atención porque quieren conocer la parte de adentro de las máquinas”. El profesor aseguró que Uruguay tiene un debe en este tipo de formación: “Tenemos que fomentar nuevos lugares de entrenamiento técnico, porque ningún país se puede dar el lujo de no contar con técnicos que van a mantener los equipos importados y que, a su vez, pueden crear diseños nuevos”.

Otra de las novedades que presentaba el ITS a los visitantes eran los recorridos por el Centro Numérico Computarizado (CNC) y por el laboratorio de Dibujo Asistido por Computadora (CAD, por su sigla en inglés). Leonardo Perdomo, estudiante del CNC, detalló lo que se hace allí a diario: “Lo que hacemos son piezas de aluminio mediante control numérico basado en coordenadas. Las elaboramos y las pasamos a un simulador que luego pasa esa información a un torno donde se hace la pieza. Tenemos un boceto y le damos la referencia a la máquina para que haga arranque de viruta en las zonas que le marcamos”.

Ángel Cotelo, profesor del CNC, detalló que el control numérico se aplica a las máquinas para crear elementos, como en ese caso, pero también a otras industrias. Mencionó que en Uruguay suele utilizarse para cortar telas y hacer bordados. “Son herramientas que crean cosas muy precisas, que son difíciles de fabricar con máquinas convencionales porque necesitan mucha precisión”, añadió. Por otra parte, en el CAD los estudiantes estaban dándoles los últimos detalles a sus proyectos de fin de curso. Cotelo explicó que por medio de esta tecnología los profesionales pueden presentar sus trabajos de forma mucho más precisa y con un impacto visual mayor; por eso, arquitectos e ingenieros ya recibidos deciden hacer esta capacitación, una de las muchas que ofrece el ITS.