Juegos de integración rompehielos con premisas que implican contar si alguna vez se enamoraron, si estuvieron de novios y si sintieron celos; dinámicas de reflexión en grupos sobre afirmaciones que expresan estereotipos de género o preconceptos sobre violencia; talleres basados en la dramatización de situaciones de violencia. Esas son algunas de las técnicas de trabajo que propone el manual Que pinte sin violencia, un material destinado a la capacitación de jóvenes y adolescentes para que se vuelvan “multiplicadores” de talleres de prevención y abordaje de la temática de la violencia de género. El manual se presentó ayer en un evento en el que confluyeron dos campañas que trabajan con el objetivo de prevenir la violencia en el noviazgo: “Nunca más a mi lado” y “Noviazgos libres de violencia. 50 días de reflexión”. El encuentro fue en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo y superó las expectativas de los organizadores: se había convocado a 120 adolescentes de seis localidades del país, y finalmente llegaron cerca de 700 personas, en su amplísima mayoría jóvenes. Andrea Tuana, directora de la Asociación Civil El Paso y promotora de la campaña “Nunca más a mi lado”, explicó que grupos de distintos liceos de Montevideo “que están haciendo cosas se enteraron y estuvieron presentes”.
“Nunca más a mi lado” está en marcha desde hace ocho años y cuenta con el apoyo de la banda No Te Va Gustar (que ayer tocó en el Palacio Legislativo y antes se reunió con los 120 jóvenes que vinieron del interior). Apunta a hacer talleres con adolescentes para “formar a formadores”, es decir, capacitar a los jóvenes para que ellos puedan hacer talleres sobre violencia en sus liceos o centros juveniles. El manual tiene una primera parte con fichas conceptuales sobre violencia doméstica, abuso sexual y masculinidades, entre otros temas, que incluyen síntesis de los conceptos centrales y bibliografía para profundizar, y una segunda parte con metodología de planificación de talleres y dinámicas desarrolladas para aplicar en la práctica.
Tuana destaca que en los talleres de formación, que implican tres o cuatro encuentros mensuales, los adolescentes “se empiezan a cuestionar en sus vínculos, ven cosas que no les parecía que eran violencias y que hoy pueden visualizar”. “Los adolescentes tienen una apertura a pensar, a reflexionar; están más abiertos a revisarse que los adultos, que enseguida tendemos a justificar, o a mirar lo que hace el otro”, mencionó, y apuntó que se decidió trabajar con jóvenes “por el potencial transformador” que conlleva, ya que “permite pensar que en un par de años podamos llegar a tener un panorama diferente si los gurises tienen la oportunidad y las herramientas”.
La ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, contó que en el marco de la tercera edición de la campaña “Noviazgos libres de violencia” participaron unos 12.000 adolescentes, generando distintas actividades de reflexión y talleres en todo el país.