En Soriano 796 niños concurren a las 62 escuelas rurales del departamento y, a pesar de que la educación física está incorporada al programa de primaria, no todos los estudiantes están accediendo a ella. En muchos casos ello se debe a la falta de docentes, pero otras tantas es por falta de insumos que permitan los traslados. Desde el año pasado, varias escuelas se unieron en el proyecto Integración, que busca “extender de forma sistemática la educación física en el departamento”, comentó la maestra inspectora Rossana Bionda, la semana pasada, en el décimo Coloquio Nacional de Educación Rural, donde junto con otros docentes presentaron la iniciativa.

El departamento contaba con un ómnibus habilitado para el transporte de escolares que se encontraba en desuso, por lo que los docentes del proyecto se propusieron llevarlo a la ruta nuevamente para trasladar a los niños desde las escuelas rurales hasta las urbanas, que cuentan con un profesor de educación física titular. Este año, en febrero ya comenzaron a juntarse padres, maestros, coordinadores y profesores de educación física para armar la logística que implica llevar 14 escuelas rurales a siete centros urbanos, semanalmente y en un solo vehículo. Para que todo saliera bien, a lo largo de 2018 fue necesaria la colaboración y el compromiso de los padres y los alumnos. Según contaron los protagonistas, todos apoyaban el proyecto y los días en que se juntaban las escuelas nunca faltaba nadie. En total, semanalmente trabajaron juntos 99 niños del medio rural con casi 250 de escuelas urbanas, ya que lograron que en todos los centros educativos que funcionaban como sede participaran dos grupos.

El profesor de educación física Rubén Álvarez detalló que en Soriano ya había antecedentes de experiencias que reunieran a las escuelas rurales con las urbanas, pero se trataba de encuentros puntuales: “No los vemos como algo negativo, pero queríamos superar esa dinámica porque estaban siendo encuentros recreativos, hasta este momento no había una propuesta de enseñanza y de abordaje de los contenidos del área del conocimiento corporal con los niños”. En ello estuvo de acuerdo su colega Rodrigo Otazú, quien trabajó con tres escuelas del departamento: “Se llevó a cabo una secuencia. En otros años yo había hecho algunos encuentros y veíamos que ese conocimiento no era adquirido por el niño, pero al llevar una secuencia, trabajar el tema durante un mes o dos, el niño logra interiorizar, se realiza el aprendizaje”.

Álvarez también destacó que llevar adelante este proyecto implicó “ponerle mucha cabeza a la logística, tratando de conectar a los docentes para hacer algo sistemático, y lo logramos porque se empezó en abril y siguió hasta noviembre”. Al pasar raya al año, lograron que los niños de escuelas rurales tuvieran la misma cantidad de clases que tienen los demás: “Les pudimos dar esa parte de conocimiento que echábamos en falta”, subrayó el docente.

Junto con inglés y matemática

Dentro del proyecto Integración, que involucra a todo el departamento, se han generado subproyectos entre las instituciones más cercanas entre sí, como fue el caso de Tres en Línea, una iniciativa de las escuelas 13 de Palo Solo, 88 de Rincón de Cañada Nieto y 23 de Cañada Nieto, que están ubicadas sobre la ruta 96. En este caso, las docentes decidieron aprovechar la instancia en que los niños se trasladaban a la escuela 23 para trabajar otros aspectos, como el desarrollo del conocimiento matemático y las lenguas extranjeras.

Augusta Sarachaga, directora de la escuela 23, aseguró que, a pesar de estar catalogado como urbano, el centro educativo tiene características de la ruralidad como el multigrado: son 40 alumnos y tres docentes. Ya había cierta proximidad con las demás escuelas, pero la unión por las clases de educación física las acercaron mucho más, por lo decidieron compartir también el recurso de la profesora de inglés que aportaba la intendencia.

Los martes todos los niños iban al predio de la escuela 23 y se dividían en tres grupos que rotaban cada 45 minutos: uno se iba con el profesor de educación física, otro con la profesora de inglés y otro se quedaba con una dupla docente para trabajar con matemática. La directora contó que lo hacían “de otra manera, enfocadas en el juego”. “Por ejemplo, se trabajó la geometría a través del origami o hacíamos ejercicios con los cuadernos para hacer matemática”, contó. A medida que la modalidad se iba aceitando, vieron que podría ser una buena oportunidad para empezar a coordinar los contenidos. Para eso establecieron reuniones presenciales, pero sobre todo se contactaron mediante la plataforma educativa Crea. Ahí establecieron los objetivos del año y cada lunes actualizaban el contenido que iban a trabajar al día siguiente para que todos pudieran estar al tanto.

Además de integrar a los niños de las escuelas públicas, incorporaron al colegio privado de la zona, que se sumó a varias de las actividades que organizaron los docentes de Tres en Línea. Por ejemplo, mientras los grandes jugadores de fútbol estaban en Rusia, los niños de Soriano jugaban su propio mundialito, que mezclaba deporte con historia y geografía. También realizaron campamentos educativos y salidas didácticas a otras partes del departamento. Cerraron el año cambiando de sede: todos los niños, docentes y padres se reunieron en la escuela 13 para participar en una jornada con distintas actividades, que incluyó la elaboración de distintos instrumentos de educación física para poder trabajar los días que no va el profesor.