Camila tiene diez años y dice que lo más difícil del verano fue nadar de espalda, que lo más fácil fue nadar “para adelante” y que lo más divertido fueron los juegos del cierre de ¡Tirate al agua! El programa de la Secretaría Nacional del Deporte (SND) finalizó sus actividades veraniegas en la Plaza 6 de La Teja, con una jornada de juegos acuáticos y actividades recreativas en los gimnasios, que convocó a niños y adolescentes de todas las plazas de la capital.

Carolina González, coordinadora del programa, evaluó esta segunda edición como “muy buena” y destacó, en diálogo con la diaria, el éxito que tuvieron los cambios planteados este año, entre ellos la profesionalización del personal, lo que redundó en una mayor autonomía de los niños en el agua. Para Alfredo Etchandy, subsecretario nacional de Deporte, “este programa es un muy buen aporte a la comunidad y deja a los niños algo para toda la vida”.

Las autoridades ya tienen la mira puesta en el verano 2018-2019. Según comentó González, están evaluando extender el tiempo de uso de las piscinas abiertas desde principios de diciembre hasta finales de marzo. Hasta ahora los usuarios pueden disfrutarlas hasta febrero y, a pesar de que estaban abiertas todo diciembre, los escolares sólo empezaban a ir luego de haber terminado las clases curriculares. Por esto, la SND trabaja con la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) para que en el último mes del año, así como en marzo, los estudiantes puedan usar las piletas junto a su profesor de Educación Física como parte de las actividades curriculares. Miguel Blasco, coordinador del Área de Deporte Comunitario, dijo a la diaria que “esto permitiría una mayor eficiencia en la inversión, ampliando a un mes más, aprovechando al máximo el tiempo de sol y calor, y también los recursos del sistema educativo, por lo que es muy probable que haya un programa extendido el próximo año”.

Otro de los cambios propuestos para la tercera edición es que las piscinas permanezcan abiertas para todo público los fines de semana y feriados: “La familia tiene que tener su espacio recreativo y bien puede ser la plaza. Muchas familias no pueden ir a la playa por un tema de distancia o económico, y una característica de las plazas es que todas están lejos de la costa. La idea es que el domingo sea un día que puedan disfrutar, un día recreativo en el que todos puedan estar en la piscina y pasar en familia”, comentó González. Aún no está en los planes de la SND extender el programa al resto del año, por el costo que implicaría cerrar y calefaccionar las piscinas.

Más que un chapuzón

Los niños, provistos de su gorra de baño y lentes de natación, debieron escalar los juegos inflables instalados en la piscina sin resbalarse, trepar sin soltarse, hundirse y volver a subir, y saltar para caer en el agua. La jornada de cierre transcurrió con música, risas y gritos de fondo. González señaló que ese es uno de los objetivos principales del programa: lograr la total autonomía de las personas en el medio acuático. Benjamín, de ocho años, llegó a La Teja desde Piedras Blancas y dijo, muy seguro, que empezó el año sin usar flotador porque se lo había sacado el verano anterior. Una compañera de la misma plaza afirmó con orgullo que ella también disfruta de la piscina hace años y que ya puede nadar “hasta mariposa, que es lo más difícil de todo”.

Para González, la fidelidad que logró el programa en sus usuarios es una muy buena señal y es la base para obtener mejores resultados en cuanto al estilo de nado, pero recalcó que lo más importante es que todas las personas sepan manejarse con libertad en el agua. En esta línea opinó Blasco: “Incorporar habilidades para manejarse con seguridad en el medio acuático, en un país como el nuestro que está rodeado de agua, es fundamental. Obtener estas destrezas y habilidades para un manejo seguro dentro del agua previene accidentes y permite el disfrute de esos espacios”.

El éxito de la convocatoria, que llegó a los 30.000 usuarios esperados al inicio de esta edición –el máximo de la capacidad que tienen las plazas–, se debió “en parte al clima, que fue muy seco y se prestaba para estar en la piscina, pero también a la motivación que generan estas actividades en los chiquilines, que de marzo a diciembre están en clases, y en la plaza, si bien tienen una clase con su programación, se hace todo mediante el juego y a través de eso adquieren muchas cosas, incluyendo la técnica”, destacó la coordinadora del programa.

En este sentido, González también resaltó los encuentros que se hicieron entre plazas vecinas: “Fomentamos que cada plaza tenga su impronta; algunas organizaron encuentros en los que se medían en estilos pero también con pasadas recreativas. La competencia bien entendida es fundamental, porque el niño está tratando de superarse. Además, se relaciona con la formación integral del alumno, que aprende a ganar y a perder, y eso lo ayuda a seguir formándose”.