Hasta ayer no había en La Cruz, la localidad a 20 kilómetros de Florida, ningún elemento que recordara que allí, el 13 de noviembre de 1908, nació Julio Castro, maestro, pedagogo y periodista que fue asesinado en 1977 después de haber sido secuestrado por la dictadura cívico-militar. Estudiantes de la escuela 9 de La Cruz y sus maestras desarrollaron un proyecto que incluyó, ayer, la inauguración de un memorial que recuerda su figura y su pensamiento.
“Rumbeando identidades” se llama el proyecto de la escuela que desde hace tres años llevaron a cabo los estudiantes de sexto año junto a su maestra, Yanina Fleitas, y también, en modalidad de taller, los estudiantes de quinto año y los de cinco años de inicial, junto a su maestra María Eugenia González. Fleitas explicó que se trabajó sobre “redescubrir las identidades, rescatarlas, pero también construir identidades, porque nosotros también debemos dejar marcas”. En el marco de este proyecto intervinieron una de las plazas del pueblo, donde pintaron juegos y embellecieron el lugar, y este año se estudiaron las marcas identitarias de La Cruz, en el entendido de que “el lugar donde vivo me identifica”.
Así surgió la figura de Julio Castro y se decidió investigar sobre su vida y producción bibliográfica y periodística. Pasajes de ¿Cómo viven los de abajo en América Latina?, de Castro, y En cuanto venga Julio, de Pablo Méndez, fueron algunas de las lecturas; ambas, junto a la canción “La túnica blanca de Julio Castro”, de Pablo Silvera Artagaveytia, que habla de la estación de La Cruz, fueron algunas de las cosas que más les gustaron a los niños, contó la maestra a la diaria. También analizaron las crónicas de las misiones sociopedagógicas que promovió Castro en la década de 1940 junto a estudiantes de magisterio, y pudieron reconstruir cómo vivían los niños en aquel entonces. Se estudió también su desaparición, y allí el programa habilitó “a encuadrar el período de la dictadura, los derechos y los no derechos”.
También se intentó buscar todos los registros de la niñez de Castro en La Cruz: los niños investigaron en la escuela a la que concurrió, de Pintado, un pueblo cercano. Así llegaron hasta la Junta Local de La Cruz y encontraron una placa que lo recordaba y que marcaba la casa donde había vivido, que desde hacía 11 años estaba en la Junta porque en 2008 el entonces dueño del inmueble no había permitido colocarla. “Con los gurises nos pusimos a investigar de quién era la casa, y resultó que ahora pertenece a la madre de una ex alumna de la escuela, que no tenía inconvenientes en que la placa estuviera en el lugar donde tenía que estar”.
Con el objetivo de dejar marcas identitarias, surgió la idea de volver a colocar la placa y de hacer el memorial: “Discutieron qué hacer, eligieron una foto de Julio Castro joven, elegimos los pensamientos e intercambiamos con Claudia Muniz, una artista plástica de Florida, que vino varias veces a la escuela e hizo su trabajo de forma solidaria”. Así surgió el memorial, un cuadro de Castro que recoge algunas frases de su pensamiento pedagógico.
Ayer, en un acto en el que participó toda la escuela, dos nietos de Castro y la vicepresidenta, Lucía Topolansky, los niños destaparon el memorial; luego caminaron unas cuadras hasta la casa donde vivió el educador, donde también se descubrió la placa recordatoria. “Todos participaron y fueron activos protagonistas”, aseguró la maestra en alusión a sus estudiantes.