Los Centros Educativos de Capacitación y Producción (Cecap) son una propuesta gestionada directamente por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), que combina distintas modalidades de cursada. Una de ellas es la que se puede hacer a partir de una articulación entre los Cecap y el Consejo de Educación Secundaria (CES), que además de la capacitación en un oficio o actividad profesional incluye la posibilidad de culminar el ciclo básico, con la idea de que los estudiantes puedan continuar estudiando y cursar alguna de las propuestas de bachillerato que ofrece la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Si bien esta articulación comenzó en 2006, cuando se instalaron los Cecap, recién en 2013 los estudiantes pudieron acreditar la cursada para la culminación del ciclo básico en el CES, gracias a que comenzaron a hacerse adecuaciones curricular del plan 2009, adaptadas a los tiempos del estudiante y el Cecap.

El martes se hizo una puesta a punto y coordinación de acciones futuras entre referentes de secundaria y de los Cecap. En esa instancia, Rosana Pintado, responsable del CES para la articulación con los Cecap, e Isabel Alende, coordinadora a nivel nacional de los Cecap, señalaron que hasta 2017 la propuesta se ofreció únicamente en dos ciudades, Montevideo y Rivera, pero tuvo un nuevo hito en 2018, cuando se extendió a otras seis: Salto, Paysandú, Fray Bentos, Young, Colonia y Florida. Esto implicó que en 2019 aumentara la cantidad de estudiantes en esa modalidad, ya que comenzaron las clases 446 jóvenes de los 2.300 que tienen los 21 Cecap que se encuentran en todo el país. En suma, se incrementó el número de egresados de los Cecap en articulación con el CES que solicitaron el pase para continuar sus estudios en secundaria. Según señalaron, esto generó la “preocupación” del CES para generar mecanismos de acompañamiento de los jóvenes una vez que egresan del Cecap.

Cercanía

Justamente, una de las patas más importantes de la propuesta es el acompañamiento individual que reciben los estudiantes, que en todos los casos previamente se desvincularon de la educación media en las distintas propuestas que ofrece la ANEP. Además, los Cecap plantean al estudiante un recorrido por distintas áreas en diferentes niveles: laboral, experimental; artística; de educación física y recreación; tecnológica; de referencia educativa, con un educador que lo recibe y plantea propuestas grupales e individuales; y de conocimientos básicos, entre los que el lenguaje oral es uno de los más relevantes, según las coordinadoras.

En suma, señalaron que la propuesta es integral, está semestralizada y se basa en la centralidad en los sujetos antes que en los programas educativos, que son adaptados a cada estudiante. Por su parte, Pintado y Alende contaron que se apuesta a la intervención de instituciones con distintas lógicas para sostener la cursada de los jóvenes y también a lo que cada territorio pueda aportar para enriquecer la propuesta. Otra de las claves de los Cecap son el “aprender haciendo”, la flexibilización curricular, el trabajo en equipo, la integración entre la educación formal y la no formal, y las jornadas de tiempo completo, ya que los estudiantes permanecen en los centros desde las 8.00 a las 18.00. Para las coordinadoras, la suma de estos factores hacen que los estudiantes sientan que “sí pueden” y “se entusiasman” con continuar estudiando.

Tensiones y desafíos

Pintado y Alende también hablaron de algunas “tensiones” que se han generado a partir de la implementación de la propuesta, como el “desconocimiento” de los profesores de secundaria de los programas de exploración pedagógica del CES y especialmente el de la articulación con los Cecap. Por ejemplo, eso ha generado que haya docentes que toman horas para trabajar en esos centros sin conocer la propuesta, algo que a veces genera dificultades. Además, hablaron de que el trabajo en estos centros requiere un educador que esté capacitado para trabajar con el territorio, algo que no siempre ocurre, más allá de que “cada vez hay más docentes con ese perfil”.

Respecto de los trayectos de los estudiantes, algunas de las mayores dificultades tienen que ver con que luego no se reconoce el avance de quienes no completan el proceso. Otra tiene que ver con que muchos jóvenes egresan del programa a mitad de año, por lo que en ese momento el sistema educativo no cuenta siempre con la suficiente flexibilidad u oferta de propuestas para que puedan incorporarse a alguna de sus propuestas, tanto en el ámbito formal como en el no formal. Según detallaron las coordinadoras, es determinante para que en algunos casos no sigan adelante con los estudios de bachillerato.

Además de compartir el trayecto interinstitucional del programa hasta el momento, el objetivo es profundizarlo: se apuesta a “construir una propuesta compartida” entre los referentes del CES y los de los Cecap. Por ejemplo, se apuesta a generar planes de centro conjuntos para pensar en torno a lo pedagógico cuando intervienen diferentes formatos educativos.

Acuerdo y apoyo

En la jornada también participaron autoridades del MEC y del CES, quienes plantearon la voluntad de seguir profundizando el trabajo conjunto. La directora del CES, Ana Olivera, coincidió en que con la propuesta tiene un formato innovador de trabajo interinstitucional, y destacó el componente de desarrollo personal que tiene para sus estudiantes. En particular, planteó que todos los jóvenes que concurren a los Cecap valoran especialmente el acompañamiento que reciben de sus docentes, y destacó que en los centros “todos saben quién es quién”. Acerca de las tensiones planteadas en torno a la búsqueda de alternativas para que los jóvenes que egresan en julio puedan insertarse de inmediato en alguna propuesta de secundaria, la directora dijo que “se hace cargo” y asumió el compromiso de trabajar al respecto.

Rosita Angelo, directora de Educación del MEC, señaló que esta propuesta contribuye a que “la educación como derecho” pase a ser “un hecho”, y planteó que es necesario revertir la idea de que hay jóvenes “ni-ni”, que no estudian ni trabajan, y pasar a verlos como “sí-sí”: “Que sí estudian, sí trabajan y quieren seguir estudiando”. Además, planteó que hay docentes “que cambian y que se animan a mirar otra institucionalidad”, y que hay instituciones que reconocen que “tenemos problemas” y están dispuestas a encararlos. Por su parte, la titular del MEC, María Julia Muñoz, dijo que la evolución de los Cecap fue “fantástica” y defendió el vínculo entre educación y trabajo, ya que “todos los que estudiamos en algún momento lo hicimos para trabajar de algo”. Señaló que las tensiones “siempre van a existir” y que es necesario “administrarlas bien”.

Resultados y procesos

En la presentación también se compartieron datos de aprobación y egreso de las experiencias de Montevideo y Rivera, que son las que se desarrollan desde hace más tiempo. Desde 2013 la cantidad de estudiantes en esos territorios ha ido en aumento: pasó de 146 ese año a 385 en 2018. No obstante, el porcentaje de aprobación de los distintos módulos de la propuesta ha descendido: mientras que rondaba 80% en 2013 y 2014, fue de 57% en 2017 y de 59% el año pasado. Más allá de eso, la cantidad de egresados de la propuesta ha ido fluctuando, y en 2018 se disparó a 82, cuando en 2017 había sido de 48. Más allá de los resultados, mediante videos que enviaron los jóvenes se compartieron testimonios de los estudiantes de Cecap que articulan con el CES, quienes destacaron la cercanía de los profesores, los aprendizajes logrados y la motivación para continuar con los estudios.