Desde hace meses un grupo de vecinos organizados de Malvín Norte busca atender una necesidad de su comunidad: contar un un espacio cerrado para practicar deporte. Como informó la diaria en enero, los vecinos entienden que dicho espacio favorecería especialmente a las instituciones de educación pública del barrio. Como estas se ubican en un radio bastante reducido, desde la mesa de convivencia de Malvín Norte se entendió que la solución más adecuada sería techar una cancha de básquetbol que queda en el terreno de la escuela 317, a pocos metros de Iguá e Hipólito Hirigoyen.

El plan parecía concretarse cuando se consiguió financiamiento para el techado de la cancha, que para los vecinos era un primer paso para la construcción de un gimnasio. De esa forma, los niños y adolescentes del barrio no tendrían que suspender la actividad deportiva ante lluvias o temperaturas bajas, ni que buscar la cesión de espacios privados en la zona. La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) se había comprometido a aportar 30% de los recursos necesarios para la obra, mientras que el Ministerio de Transporte y Obras Públicas se encargaría del 70% restante. Sin embargo, a la hora de otorgar los permisos para el techado, se encontraron con que el predio en el que está la escuela 317 –incluyendo la cancha– pertenece a la Agencia Nacional de Vivienda (ANV) y que había sido cedido a la ANEP en comodato, pero el acuerdo ya está vencido.

La ANV pretende que la ANEP compre el predio o que le otorgue algún terreno a cambio, pero la administración no cuenta con presupuesto para hacerlo y la agencia rechazó las propuestas de terrenos a intercambiar. Por lo tanto, no fue posible obtener su autorización para el techado de la cancha, lo que generó malestar en la comisión vecinal.

La obra también fue respaldada por la ex directora general del Consejo de Educación Secundaria y actual inspectora de liceos de esa zona, Celsa Puente, quien escribió una nota al director de Infraestructura del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP en la que destaca que la obra “favorecería a más de 1.000 jóvenes del barrio, alumnos del propio liceo 42 y de las escuelas 317 y 267, además del curso para adultos que se dicta en el Centro 6 y el Jardín 287”. “Es una zona que verdaderamente necesita de espacios de desempeño saludables, pues está muy poblada y en términos de adolescencia y juventud se está tratando de implementar planes educativos nuevos y actividades en todo el barrio a los efectos de habilitar el desarrollo de esta población”, menciona Puente en la nota, en la que la inspectora solicitó que se acelerara el trámite ante la ANV para obtener su autorización.

Posturas

Desde la ANV respondieron a la diaria por intermedio de su departamento de Comunicación, que en un correo electrónico informó que el predio fue cedido a la ANEP por el Banco Hipotecario del Uruguay el 17 de abril de 1980, por un plazo de 30 años, lo que implica que el acuerdo venció en 2010. Además, el organismo informó que en 2017 la ANV propuso la enajenación del predio a la ANEP a partir de la tasación realizada por la Dirección Nacional de Catastro, que es la que rige cuando se trata de un organismo público. En suma, se señaló que la ANEP no respondió al planteo y que en 2018 el Consejo de Educación Inicial y Primaria solicitó a la ANV un nuevo comodato debido a que no se contaban con los recursos suficientes para la compra del terreno. “Como ustedes comprenderán y fue explicitado a las autoridades de la educación, no está en los cometidos de la ANV conceder en uso bienes que integran los fideicomisos que se administran”, cierra el correo electrónico. Consultado al respecto por la diaria, el director de la ANV designado por la oposición, Gustavo Borsari, confirmó que el organismo no tiene entre sus potestades la de renovar el comodato y que únicamente está facultado para venderlo o para intercambiarlo por otros terrenos que considere de interés.

En la ANEP reconocen que, más allá del caso de Malvín Norte, el organismo está en el debe respecto del intercambio de terrenos con la ANV. Fuentes de la administración explicaron a la diaria que en la gestión de José Seoane en el Codicen se conformó una “cuenta corriente” de terrenos que se podría intercambiar entre ambos organismos, pero desde la ANV entienden que la ANEP “no ha correspondido” adecuadamente el acuerdo. Particularmente sobre el caso de Malvín Norte, la fuente dijo que como el terreno está siendo ocupado por la escuela, “el techado de una cancha que ya está siendo utilizada no cambia sustantivamente el uso de la tierra”. De todas formas, desde el Codicen ya pusieron en marcha un plan B, que consiste en la construcción de un espacio cerrado en un terreno del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay, próximo a la UTU del barrio, que queda a algunas cuadras de la escuela 317. No obstante, desde la comisión barrial entienden que esa no es una buena solución, ya que la mayoría de los centros educativos se encuentran a varias cuadras y eso dificulta el traslado de los estudiantes.