El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) renovó sus autoridades el miércoles 21 y además instaló la nueva forma de gobernanza impuesta en la ley de urgente consideración. La nueva directiva se compone de dos representantes del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Javier Lasida, que la preside, y Guillermo Fossati, y uno designado por la oposición, Pablo Caggiani, quien el 1º de octubre dejó el Consejo de Educación Inicial y Primaria de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).
La nueva forma de gobierno elimina de la directiva a los representantes de la educación privada, de la Universidad de la República (Udelar) y de la ANEP, que ahora pasan a ser parte del consejo consultivo. A ellos se les sumará un representante de la Universidad Tecnológica, otro del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, otros tres correspondientes a las instituciones de formación militar, las instituciones de formación policial y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional.
la diaria conversó con el nuevo presidente del consejo del Ineed el día que asumió. Lasida destacó el gran desafío que implica encargarse de la evaluación educativa en el contexto de emergencia sanitaria, con las consecuencias que eso trajo en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Asimismo, resaltó sus expectativas a futuro, el proyecto de iniciar la evaluación Aristas Primaria 2020 y el presupuesto para el próximo quinquenio que se debate en estos días en el Senado.
Asumió la dirección de evaluación en un momento en que las clases tienen una dinámica muy diferente, ¿qué desafío le presenta esto al Ineed?
Dos desafíos: uno sustancial, que es hacer la muy buena evaluación que se necesita para darles insumos a todos los actores educativos. Con los resultados pueden tomar mejores decisiones frente a los problemas que generan en los procesos de aprendizaje la emergencia sanitaria, en particular a los estudiantes de menores ingresos. Ahí hay un desafío muy importante, que es algo permanente para el instituto, pero estamos en unas condiciones de más exigencia. Un segundo desafío, operativo, es que en este momento estamos preparando la salida de campo del estudio Aristas Primaria y al no tener los grupos completos, al estar yendo en distintos horarios, es más complejo. Es decir, toda la complejidad de funcionamiento del sistema educativo se traduce en complejidad de aplicación de los instrumentos de evaluación.
En particular hay un desafío de cara a la próxima evaluación de Aristas Primaria, que estaba condicionada a la situación de pandemia y presupuesto. ¿Cuándo se va a hacer?
Está programada para fines de noviembre.
¿Quiénes la van a aplicar? En su momento se mencionó que podía ser un problema la falta de aplicadores en este contexto.
Los aplicadores van a ser los equipos contratados por el instituto, igual que en ediciones anteriores. Se hicieron las previsiones para aplicar la prueba en este contexto excepcional, con las condiciones que se requieren. Se han reforzado los equipos para poder llegar a la muestra de estudiantes. Esto es más carga de trabajo en el proceso de aplicación, por eso digo que hay un desafío operativo, hay que adaptar todo el método y la logística a las condiciones actuales del sistema educativo. Se presupuestaron más recursos que para casos anteriores.
En su momento dijeron que al Ineed le quedaban siete millones de pesos para este año y la prueba costaba 12 millones. ¿Se consiguió el dinero para llevarla a cabo?
No me acuerdo exactamente de la cifra, pero se consiguió el dinero para que en la hipótesis más pesimista del funcionamiento de los grupos igual se pueda realizar la prueba.
¿Qué expectativas se tiene de estos resultados? ¿Han conversado con la ANEP al respecto?
Sí, la ANEP busca que hagamos la investigación para poder tener una mirada a fondo de la situación de los niños en este contexto. No quiere decir que la prueba va a medir los efectos de la pandemia; la prueba va a sacar una foto del estado de situación, que va a ser muy importante para tomar decisiones el año que viene.
¿Esta prueba no va a poder medir al menos aproximadamente el impacto de la covid-19 en los estudiantes?
No, esta prueba va a decir la situación de los niños en noviembre de 2020. Esa información es muy importante para pensar el ciclo lectivo 2021 y 2022, porque tampoco es que los resultados vayan a estar antes de marzo de 2021. El Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP nos insistió en las fechas en las que se pueda ir entregando la información, para seguir tomando decisiones basadas en evidencia; pero no se va a poder medir en una sola prueba todo el impacto de esta situación.
Una de las ventajas de este tipo de pruebas es que se pueda comparar con años anteriores, y cuando se discutió su aplicación eso se puso en duda. ¿Se van a poder comparar estos resultados con otros años?
Totalmente. Entiendo que las objeciones que hubo no tenían que ver con el aspecto técnico de la prueba, sino con la posibilidad de que no se pueda aplicar por las condiciones sanitarias. La comparación de los datos, ya sea de educación, de empleo, de salud o de cualquier otra índole, se va a tener que mirar en el contexto de la situación del coronavirus. En marzo de 2020 hay que hacer una llamada e indicar que hubo un factor que cambió el contexto. Si se pueden hacer las pruebas en buenas condiciones ‒hasta hace una semana no había ninguna duda al respecto‒ se debe hacer la investigación. Puede haber un problema logístico si aumenta la cantidad de casos de covid-19, pero no es un problema de la calidad de la información.
¿Cómo cree que este año tan particular va a afectar los aprendizajes de los estudiantes?
Hay muchos datos a nivel mundial e incluso de Uruguay que ya demuestran que esta situación va a afectar muy significativamente los aprendizajes de los estudiantes de menores ingresos. Un problema muy importante que tiene Uruguay es la asistencia, la vinculación educativa, sobre todo en educación media, y con esta situación el desafío enorme que ya tenía antes de la covid-19 se intensifica.
La brecha importante en Uruguay no es entre privado y público. Es entre los sectores de más ingresos y de menos ingresos, independientemente del dueño del centro.
Se está discutiendo mucho el tiempo de permanencia en los centros educativos, ¿le parece que hay que insistir en ese pedido?
No tengo la respuesta. Sé que hay una tensión entre el riesgo de salud de los niños y el movimiento de adultos alrededor de la escuela y los costos de aprendizaje. Lo que sí observo es que hay costos muy altos en aprendizajes, el manejo del equilibrio óptimo es algo muy complicado que el Poder Ejecutivo está manejando y lo hace con una dosis muy importante de incertidumbre. Nuestro papel es mostrar una parte de la realidad que es la evaluación de los aprendizajes, no tengo la competencia de mirar globalmente.
¿Se está agrandado la brecha entre la educación pública y la privada?
No sé, pero la brecha importante en Uruguay no es entre privado y público. Es entre los sectores de más ingresos y de menos ingresos, independientemente del dueño del centro. No me parece relevante la discusión entre privados y públicos. Va a haber que medirlo, no sabemos cómo está operando la covid-19, pero todos los datos anteriores muestran que hay una enorme heterogeneidad en el sector público.
Un nuevo gobierno para el Ineed
Comenzó una nueva gestión del Ineed con una nueva forma de gobierno, ¿cómo cree que va a cambiar la dinámica de trabajo ahora que son tres directores?
No sé cómo va a cambiar porque no conozco el detalle de cómo funcionaba la directiva anterior, porque los conocí por un período muy reducido. Como en tantos organismos colegiados que hay en Uruguay, con una dedicación a tiempo completo, ya empezamos a conversar un método de trabajo que nos permita hacerlo de forma coordinada. Creo que la operativa anterior era la excepción. Nosotros vamos a funcionar como tantos otros, pero antes, con delegados que iban a una reunión semanal se conformaba una estructura particular. El Ineed tiene una estructura técnica bien organizada, no veo mayores complicaciones para articular esa forma de trabajo con el nuevo directorio.
Se sacaron del directorio a los representantes de la educación privada, de la Udelar y de la ANEP. Tanto su nombre como el de Guillermo Fosatti en un primer momento fueron propuestos por la ANEP. ¿Qué le parece que le saca a la directiva no tener estas instituciones representadas?
El desafío que tenemos es que estén presentes a través del consejo asesor, ese es un tema muy importante para nosotros. Queremos que el diálogo con la ANEP sea sistemático, no sólo a nivel directivo sino también a nivel técnico. En estos meses que hemos estado participando ya ha habido varios encuentros en ese sentido.
¿Ya tienen idea de cuándo se va a convocar al Consejo Consultivo y quiénes lo van a integrar?
No, lo primero que vamos a tener que hacer es comunicarnos con los organismos que integran el Consejo Consultivo y pedirles que definan un delegado.
Esas conversaciones que ya han tenido con la ANEP, ¿en qué marco se dieron?
Hemos hablado en ámbitos técnicos, hemos empezado a hablar del plan estratégico del instituto que termina este año y tenemos que hacer uno nuevo. Creo que en eso el consejo consultivo va a tener un rol muy importante y ya empezamos a trabajar en ese punto; primero vamos a necesitar un documento borrador y aún estamos lejos de tenerlo, pero hemos empezado a conversar en esta línea.
¿Qué opinión tiene del proceso de designación que tuvieron ustedes, primero por la ANEP y luego por el MEC?
Son dos roles distintos. El anterior Consejo Directivo tenía características muy distintas a este, con un marco institucional diferente. Creo que lo que quedó claro por todos los actores es que este es un nuevo Consejo Directivo, se crea un nuevo vínculo y un nuevo grado de responsabilidad que vamos a tener nosotros, mayor al que teníamos antes, son nuevos roles para una nueva directiva.
¿Qué evaluación hace del camino hecho hasta ahora por el Ineed?
Valoro muchísimo que exista el instituto, antes que nada, y luego son muy relevantes los productos que han hecho, los equipos que se han conformado.
El futuro y el presupuesto
¿Qué objetivos se plantean para el futuro del Ineed?
Mis expectativas están en abrir áreas nuevas, eso exige un análisis de pertinencia y de viabilidad. Me parece que sería muy importante que el instituto pudiera aportar a la evaluación de la educación inicial. Es algo complicado porque supone una lógica de evaluación muy distinta, pero hay mucha evidencia de lo importante que es trabajar en esta etapa temprana de la vida. Otra de las cosas que voy a proponer es la evaluación a los centros educativos. En el proyecto de la ANEP se les da mucha importancia y hay una amplia evidencia también de la importancia de entender al centro educativo como conjunto; es algo que tiene sus complejidades, pero me gustaría analizar la viabilidad de trabajarlo.
Para que estas ideas se aprueben una parte fundamental es el presupuesto. ¿Cómo evalúa la propuesta que ahora discuten los senadores?
Es un desafío importante en el marco de las restricciones presupuestales del país. Todos estos proyectos suponen recursos; queremos buscar insumos presupuestales, pero también apostar a recursos externos, como se ha hecho estos años.
¿Qué grado de reducción tiene el presupuesto del Ineed?
Vamos a conversar el presupuesto con el Senado, prefiero no discutir sobre números hasta no empezar las conversaciones. Nosotros no participamos en las reuniones con diputados, entonces vamos a empezar a trabajar el tema ahora.
¿Con qué propuesta van a ir al Senado? ¿Buscan mantener lo que ya tenían o aumentarlo por algún lado?
Hicimos una proyección de lo que se necesita de mínima para el año que viene y vamos con la idea de conseguirlo.
En la gestión pasada del Ineed se cuestionaron los momentos en que se publicaban los resultados. ¿Cómo se van a manejar las publicaciones para que no se usen con fines políticos, como se llegó a acusar anteriormente?
El ministro de Educación y Cultura fue muy enfático al decir que espera que se aporte una evaluación aunque sea crítica, ese es el cometido del instituto. Creo que el Ineed está bien organizado y no veo ningún problema que vayamos a tener en la publicación.
En ediciones pasadas hubo atrasos por la discusión que se daba en la propia directiva.
Era otra gente, con otra estructura. Yo no veo que vaya a haber problemas, no identifico nada que llame la atención, hay una serie de recaudos metodológicos que aseguran los resultados. Creo que un vamos a tener que hacer un esfuerzo de adecuación de las mediciones al currículo vigente, porque en algún momento el currículo va a cambiar. Pero, de verdad, no sé lo que pasó a la interna en períodos pasados, pero al día de hoy no percibo problemas de funcionamiento que nos lleven a repetir dificultades.
Javier Lasida. Doctor en Educación, docente de alta dedicación del Departamento de Educación de la Universidad Católica e integrante del Partido Independiente.
Guillermo Fossati. Doctor en Psicología Educacional y máster en Educación. Fue asesor de Jorge Larrañaga en materia de educación.
Pablo Caggiani. Maestro con postitulaciones en Currículo y Prácticas Escolares en Contexto y una especialización en Desarrollo Humano y Formulación y Planificación de Políticas Educativas. Entre 2016 y 2020 fue consejero electo por los docentes en el Consejo de Educación Inicial y Primaria. Fue propuesto por el cargo en representación del Frente Amplio.
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