Uruguay fue uno de los primeros países de América Latina en reabrir los centros educativos después de la irrupción de la pandemia del nuevo coronavirus, y lo ha hecho con protocolos de limpieza y medidas de prevención clave, como el distanciamiento físico. El protocolo elaborado por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) da autonomía a los centros educativos respecto de cómo organizar el retorno, lo que ha derivado en algunas aplicaciones flexibles y otras quizás más rígidas, por ejemplo, en cuanto al tiempo del recreo.

Los cuidados por la transmisión del Sars-CoV-2 hacen que el tiempo en la escuela sea menor, y los programas educativos pueden provocar que se priorice, durante ese horario, el tiempo destinado propiamente a los “contenidos”.

La psicóloga Gabriela Etchebehere, investigadora en el área de Primera Infancia y Educación Inicial de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República e integrante de la filial uruguaya de la Organización Mundial de Educación Preescolar, advirtió en el programa de radio No toquen nada que algunos colegios privados y escuelas han limitado la salida al recreo, para evitar el contacto con niños de otros grupos o debido al frío. En diálogo con la diaria, la especialista cuestionó esa medida: “Cuando les preguntamos a los niños estos días qué es lo que más extrañaron de la escuela lo primero que dicen es que fue a los amigos y jugar en el patio; es uno de los espacios privilegiados de juego libre y socialización, para ellos es uno de los sentidos que tiene ir a la escuela”, explicó.

El protocolo de la ANEP dedica un punto al recreo y las actividades de educación física y deporte. Establece que no se podrán desarrollar “prácticas o juegos que faciliten el contacto interpersonal, siendo de vital importancia mantener el distanciamiento correspondiente” en el tiempo de deporte, y sobre los recreos señala que serán “organizados por las comunidades educativas de forma escalonada a efectos de lograr la menor aglomeración de estudiantes en dichos momentos, desarrollando acciones que permitan supervisar las actividades que se lleven adelante”.

Para Etchebehere, teniendo en cuenta que los grupos sean chicos y que no tengan contacto con otros, “el patio al aire libre es de las zonas menos riesgosas”, y no habría motivos para “privar a los niños de uno de los derechos que más vieron afectados en este tiempo, que es el derecho al juego y la recreación”. Destacó la importancia de esos momentos: “Hay todo un aprendizaje a partir del vínculo con pares, compartir ideas, sentimientos, organizarse para los juegos, y si les damos el lugar, si les planteamos lo que hay que tener en cuenta, seguramente ellos inventen nuevas formas, porque son muy creativos y en este tiempo han sido muy respetuosos”.

Una de las razones por las que en algunos centros limitan el recreo es el frío, ya que además en muchas instituciones los niños quedan sin campera para que sea “una cosa menos que ingresa al centro”. Para la especialista, en estos casos se refleja que al pautar el regreso a las escuelas se parte de una “visión adultocéntrica, en la que prima más lo que piensa el adulto y hay poco lugar a lo que sienten o proponen los niños”.

Así como no se deberían limitar los recreos, para la psicóloga también se podrían habilitar las salidas didácticas, no a teatros o cines, pero sí a espacios abiertos, como el Jardín Botánico, graficó. A su entender la escuela, en estos primeros días de regreso, “tiene que ser un espacio que dé calidez, seguridad, contención. Los niños han sufrido mucho, y en ese sentido la escuela tiene que ser humana, y privarlos de una de las actividades que más disfrutan no parece lo mejor. Volver a una escuela robotizada, donde todo es no... para eso no vuelvo”.

Salven el recreo

En el hemisferio norte también se empieza a planificar el regreso a las aulas para después de sus vacaciones de verano, y en alerta por la discusión de algunos protocolos, expertos en educación y salud crearon la Global Alliance Recess, una alianza global por el recreo. La alianza se propone “salvar el recreo escolar”, y emitió una declaración firmada por investigadores en pediatría, educación y psicología, en la que piden que frente al regreso a las aulas no se acorten los tiempos de ocio en el ambiente educativo.

En un artículo publicado en el sitio web The Conversation, dos de los fundadores de la alianza, los investigadores estadounidenses Rebecca London y William Massey, aseguran que dejar el recreo fuera del día escolar “podría perjudicar a los estudiantes de primaria”, y destacan cinco beneficios del recreo.

Recuerdan la recomendación de la Academia Estadounidense de Pediatría de que los recreos sean todos los días y que los adultos no tomen ese tiempo como castigo o para compensar el trabajo escolar perdido, porque es un tiempo importante para jugar. Después de experiencias de estrés y trauma, los expertos señalan que los cerebros de los niños tienen mayores dificultades para apoyar el pensamiento y el razonamiento, por lo que presionarlos con compensar lo que no se pudo aprender en este tiempo puede ser contraproducente, advierten, y en ese sentido el recreo nuevamente tiene un rol que cumplir.

“A medida que juegan juegos activos o crean sus propias actividades imaginarias, pueden estar aprendiendo a controlar sus emociones cuando las cosas no salen bien, compartiendo, resolviendo conflictos y sintiendo empatía por sus compañeros de clase. Esto no es sólo significativo por sí mismo. El desarrollo de este tipo de habilidades sociales y emocionales hace que los niños se conviertan en mejores aprendices”, señalan.

Los investigadores toman datos de Estados Unidos que reflejan que los niños afrodescendientes y los que viven en zonas de nivel socioeconómico bajo tienen menos recreos regulares que los de nivel socioeconómico alto, y apuntan que el juego y las actividades sociales, desde esta perspectiva, son una forma de superar las desigualdades. “Recurrir al juego para sanar este momento emocionalmente difícil ayudará a los niños a pasar del modo ‘quedate en casa’ al de regreso a la escuela”.

También mencionan que el recreo es una buena instancia para conectar con sus compañeros, a quienes seguramente no ven desde hace bastante tiempo, y por último destacan que pasar tiempo al aire libre es una de las recomendaciones de los científicos para evitar la propagación del virus. En ese caso, sugieren que los dispensadores de alcohol en gel o lavatorios estén cerca de los patios, para que el lavado de manos sea rápido una vez terminado el tiempo de ocio.