El Plan Ceibal fue reconocido en el último mes por organizaciones internacionales que destacaron cómo a través del programa “Ceibal en casa” los estudiantes y los docentes uruguayos lograron mantener el vínculo durante los meses de clases virtuales. Con esa posición se comenzó a discutir el próximo presupuesto quinquenal de la organización y según su presidente, Leandro Folgar, “todo viene bien encaminado y con la tranquilidad de que se prioriza la educación como una de las áreas fundamentales”.

Uno de esos reconocimientos fue la publicación de un artículo de Florencia Ripani, directora de la Fundación Ceibal, en un espacio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el Banco Mundial, la Universidad de Harvard y la organización finlandesa HundrEd, donde se reconocen buenas prácticas durante la pandemia. En el artículo Ripiani cuenta la experiencia de Ceibal en casa y destaca que “las características se centraron en mejorar la interacción digital entre estudiantes y docentes, y en la participación de las familias como facilitadores claves en el proceso de enseñanza y aprendizaje”.

En las últimas semanas también se publicó la encuesta de “Ceibal en casa”, y según esos datos el alcance del programa llegó a 85% de los estudiantes de primaria, 90% de los estudiantes de secundaria y 95% de los docentes. A estos porcentajes se agrega el que ya se conocía: el uso los recursos educativos en línea del Plan Ceibal creció 2.452% este año.

En diálogo con la diaria, Folgar pasó raya de los 72 días hábiles de educación virtual que vivió Uruguay y comentó los planes que tiene el Plan Ceibal para esta etapa de “modelo combinado” entre las clases presenciales y las virtuales. Además, comentó los puntos fuertes que tuvo la gestión educativa de la pandemia y qué quedó en el debe para mejorar de cara al futuro, el traspaso del Plan Ibirapitá a la órbita del Banco de Previsión Social, la construcción presupuestal y los planes para la organización, que a partir de la aprobación de la ley de urgente consideración pasó a estar en la órbita del Ministerio de Educación y Cultura.

Ahora que ya cerró la etapa de educación exclusivamente virtual, ¿qué destacarías de la forma en que se manejó?

Principalmente el mensaje compartido. Con la ANEP [Administración Nacional de Educación Pública] y las autoridades de la educación elegimos un canal principal para tratar de sostener el vínculo, para que no se perdiera el contacto entre docentes, estudiantes y las familias. Creo que eso fue el primer paso y fue una muy buena decisión: establecer la plataforma Crea como método fundamental y, a su vez, ir monitoreando su desempeño. Fortalecimos la infraestructura para que no se vea sobrecargada, duplicamos la cantidad de servidores, generamos software específico para tratar de brindar servicio de la mejor manera, disponibilizamos dispositivos para atender aquellos estudiantes que no se podían conectar, fortalecimos los planes de conectividad con acuerdos con las telefónicas. Además, monitoreamos en concreto el uso de los canales y cuántos estudiantes se conectaban. Por eso también promovimos sistemas alternativos adicionales, como los formatos televisivos y transmedia.

Más allá de las cifras de conexión, que son buenas, hay un alto porcentaje de chicos que se conectaron menos de 20 días. ¿Qué queda por mejorar en relación a la conexión educativa?

Hay que seguir desplegando esos datos más en profundidad, hay variedad de casos. Para cada uno de esos estudiantes la realidad de conexión será diferente. En eso sin dudas hay que hacer un trabajo estrecho con la ANEP, para analizar cada una de las situaciones y movernos hacia un modelo combinado mucho más personalizable de lo que teníamos en el pasado, aprovechando las tecnologías.

¿Qué pasa con la mitad de los estudiantes, aproximadamente, que no llegó a conectarse con frecuencia?

En el establecimiento de la conexión hay dos partes: la demanda de los estudiantes por un lado, pero también el diseño que haga cada docente para poder continuar con los aprendizajes. Estamos haciendo todos los esfuerzos para tener mayor cruce de datos, saber cómo cada uno de los docentes encaró la dificultad y la posibilidad de sostener los aprendizajes a distancia. Queda a criterio de cada uno de los docentes, hay más conexión en algunos casos que en otros.

¿Creés que hay docentes que no llegaron a incorporar del todo las herramientas de Ceibal?

Nosotros lo que tenemos es una diversidad muy grande. Hay muchos docentes que tenían la costumbre de utilizar la plataforma para sus prácticas educativas a un cierto nivel, pero casi ningún docente tenía experiencia en hacer que la plataforma fuera el único mecanismo para sostener el contacto. Saltamos de 90.000 usuarios únicos en el pico más alto de 2019 a 730.000 este año, hay muchísimos usuarios que están haciendo sus primeras armas en las plataformas y que están pudiendo sostener el aprendizaje de forma diferente. Por otro lado, también creo que no todos los docentes y no todas las disciplinas son iguales para ser llevadas a distancia, y esa es otra cosa que hay que tener en cuenta.

Ahora que hay un híbrido entre presencialidad y virtualidad, ¿cómo está trabajando Ceibal?

Ceibal ha procurado moverse rápidamente una vez que se empezó el ecosistema semipresencial. De la misma manera que logramos lanzar “Ceibal en casa” durante el aislamiento total, ahora lanzamos el modelo Ceibal combinado, que procura que estén disponibles las herramientas para atender la diversidad de semipresencialidades que se van dando en diferentes centros del país. Lo que ha intentado Ceibal es disponibilizar formación docente ad hoc, sistemas para capacitarse rápidamente a través de cursos en la plataforma, y fortalecer otras herramientas para que estén disponibles para los docentes, guías de acompañamiento para estudiantes, para familias y la “Biblioteca país” y otros contenidos. Se buscó diseñar un modelo combinado muy atento a lo que los docentes van necesitando en cada una de las realidades y con la oreja muy atenta a lo que nos van pidiendo, porque para cada comunidad las necesidades son un poco diferentes.

¿Qué se proyecta para el futuro, cuando este modelo combinado se asiente un poco más?

Trabajamos muchísimo en una gran orientación en la demanda docente, que va a necesitar todos los mecanismos y las tecnologías a su disposición para poder hacer un diseño para el aprendizaje en un modelo combinado efectivo. Por otro lado, vemos el pensamiento computacional como un ámbito paraguas para acompañar las reformas curriculares que se pretende dar desde la ANEP. Además, buscamos ser un centro de innovación pedagógica en lo específico, aprovechando toda la capacidad que tiene Ceibal como agente innovador en todo lo que es inclusión de tecnologías para la educación en su sentido más amplio.

Si de número hablamos

En las últimas semanas trabajaste sobre el presupuesto de Ceibal para el próximo quinquenio, con la premisa desde el Poder Ejecutivo del ahorro. ¿Cómo viene el diseño presupuestal?

Hemos tenido varias conversaciones con el Ministerio de Economía y Finanzas [MEF] y Oficina de Planeamiento y Presupuesto [OPP], siempre atendiendo la realidad, haciendo un uso eficiente de los recursos y procurando enfocarnos en las líneas estratégicas, eso es lo que tenemos como horizonte. Buscamos optimizar, en acuerdo con la ANEP, los recursos para poder aumentar las capacidades. Sabemos que Ceibal es muy pequeño en relación con la ANEP, pero como hay líneas estratégicas compartidas se puede hacer una optimización inteligente. El impacto será para todos los organismos en este año particular, pero afortunadamente tanto Susana Arbeleche [ministra del MEF] como Isaac Alfie [titular de la OPP] han marcado que la educación es una línea prioritaria y lo están haciendo notar. Hemos tenido conversaciones muy buenas, hemos podido presentar el caso y las líneas, y la verdad que hemos tenido muchísima receptividad. Obviamente, queda un trecho todavía para todas estas negociaciones, pero la discusión presupuestal viene bien encaminada y con la tranquilidad de que se prioriza la educación como una de las áreas fundamentales para el presupuesto.

¿Se va a reducir el presupuesto del Plan Ceibal? ¿Qué margen tienen para ajustar?

Estamos haciendo todo lo posible para poder ajustar el presupuesto. El margen tiene que ver con cómo se manejan los costos financieros del salto del dólar, ya que Ceibal tiene un presupuesto muy alto en dólares. Se ha intentado ir por ese lado, y afortunadamente se puede cumplir con una partida presupuestal muy apropiada para lo que queríamos hacer en estos años.

¿Nada se ve afectado entonces?

No, en el inicio no vemos ninguna línea afectada, vamos a funcionar con muchísima fineza en el presupuesto. Estamos postergando algunos proyectos de inversión con la esperanza de que la situación económica mejore y podamos desarrollar más las ideas que teníamos pensadas hacia adelante. En cuanto a empleo y salario, tenemos que hacer un uso más eficiente, pero en el inicio no estamos visualizando grandes recortes ni mucho menos.

¿Cómo va a ser el trabajo conjunto con la ANEP?

Buscamos fortalecer la parte de infraestructura, capitalizar los servicios que brinda Ceibal a la ANEP con el soporte tecnológico. Estamos viendo de colaborar con nuestra plataforma de big data para que la ANEP pueda aprovechar capacidades que ya están instaladas dentro de Ceibal para mejorar sus procesos internos. Buscamos líneas de colaboración con todos los consejos desconcentrados en lo que tiene que ver con cómo lograr formar capacidades docentes aprovechando las tecnologías con las que contamos. Buscamos aprovechar sistemas tecnológicos para mitigar también algunos de los impactos de las inversiones que tiene que hacer la ANEP en los próximos años.

Decías que algunas inversiones se postergan, ¿cuáles proyectan realizar en este período?

Un crecimiento de la red global de aprendizaje; pretendemos seguir creciendo en cantidad de centros asociados. Dentro del paraguas de pensamiento computacional, proyectamos un nuevo lanzamiento y la entrega de dispositivos de placas programables micro:bit, vamos a hacer una fuerte inversión en esa área junto con los laboratorios maker para centros educativos, que tienen equipamiento específico para poder desarrollar las líneas de robótica, pensamiento computacional y demás.

El nuevo rumbo del Plan Ibirapitá

El Plan Ibirapitá pasará a la órbita del Banco de Previsión Social (BPS), informó Leandro Folgar, presidente del Plan Ceibal, institución de la que dependía el programa de inclusión digital para adultos mayores.

En diálogo con la diaria, Folgar detalló que el presupuesto del programa pasa entero al BPS. En su opinión “tiene sentido que Ceibal haga foco en su cometido principal, que es la educación formal”, y que el Plan Ibirapitá pase a ser “una política nacional relacionada al uso de la tecnología por parte de personas mayores que apunte a fortalecer las conexiones”.

De todas formas, indicó que Ceibal “continúa apoyando al Plan Ibirapitá, no se desvincula por completo, hace el soporte de la red, sostiene lo que está creado hasta el momento”. Asimismo, puntualizó que el cambio es positivo en tanto “BPS tiene una estructura mucho mayor, una presencia en el interior mucho más fuerte y tiene capacidades interesantes en lo relacionado a la tecnología”. A su criterio, “el programa en sí tiene que poder evolucionar, hay que hacer un programa centrado en esta nueva forma de ser adulto mayor”.