El Programa Aulas Comunitarias (PAC), que depende del Consejo de Educación Secundaria (CES), venía en problemas desde hace tiempo. A principios de diciembre de 2020 los docentes estaban preocupados por la continuidad del programa, ya que no habían tenido comunicación del CES durante el año, pero el 23 de diciembre les llegó la respuesta: el programa se termina.

En una resolución del CES con fecha 21 de diciembre, a la que accedió la diaria, se dispone dar a conocer a las organizaciones que hasta el momento gestionaban las cinco aulas que quedaban que sus contratos vencen el 28 de febrero y no se renovarán. Agrega que los estudiantes involucrados en el PAC, unos 300 adolescentes, según informan desde el programa, “podrán ser reincorporados directamente a los centros educativos del CES, de acuerdo con las necesidades pertinentes”.

Según explicó a la diaria Silvia Scarlato, docente de la Unidad Coordinadora del PAC, lo que más preocupa de esta resolución “es lo que va a pasar con estos adolescentes, que tienen que volver a un sistema del que fueron expulsados”. El PAC trabaja con estudiantes de entre 13 y 17 años que, habiendo ingresado en la educación media básica, por variados factores no consiguen terminar el primer año, pero muestran interés en seguir estudiando. Trabajan junto con docentes y talleristas en distintas dinámicas que salen del modelo de asignaturas y se centran en el territorio.

La forma en que el CES comunicó esta noticia también les parece preocupante. “Durante todo el 2020 estuvimos golpeando la puerta de Secundaria para saber qué iba a pasar con el programa, procurando instancias de diálogo para hablar de qué funciona y qué no, porque si hay algo que tiene este programa son resultados, pero no se nos atendió”, dijo Scarlato.

La docente agregó que en la resolución del CES no se habla de ningún proceso de transición, “sólo se dice que los estudiantes del PAC irán a otro lugar” y que a los 30 trabajadores no se les renueva el contrato. En particular, la docente recordó que cuando se han cerrado otras aulas igual se mantuvieron los cargos de docentes referentes, que acompañaban durante un año a los adolescentes que egresaban y volvían al sistema tradicional; esta vez eso no quedó dispuesto en la resolución.

Las ventajas del Programa de Aulas Comunitarias

Para Scarlato, con esta decisión Secundaria pierde un espacio alternativo de trabajo “con los adolescentes que más lo necesitan”. En las aulas “se trabaja la interdisciplinariedad, no es asignaturista, se busca hacer foco en los centros de interés de los adolescentes para despertar las ganas por aprender”, afirmó.

“Se trabaja con la búsqueda del impacto y la sorpresa, que los adolescentes tengan la posibilidad de conocer espacios que no están habituados a circular y aunque les sean propios, es una invitación a redescubrir sus barrios y a apropiarse del territorio. Buscamos estimular la circulación ciudadana y el derecho a la ciudadanía”, destacó.

De todas formas, para la docente, la mayor ventaja que tiene el programa “es la escala humana”. “Se genera un espacio donde los adolescentes se sienten identificados, se trabaja muchísimo el vínculo, no se ponen observaciones porque siempre prima el diálogo”. En resumen, para Scarlato la ventaja es que es un espacio que permite plantear “otras estrategias frente a las dificultades, que son muchas, porque fueron expulsados de otros espacios, tienen problemas afectivos porque viven en realidades muy castigadas”.

Además, el trabajo tan centrado con la comunidad y las familias “permite generar estrategias de aprendizaje e inclusión; debemos atender en particular a estos adolescentes, que están en esta franja tan frágil, trabajamos con ellos en la autoestima y en la posibilidad de un futuro, en empoderarlos y hacerles sentir que vale la pena buscar caminos dignos”, afirmó la docente.

Un proceso de cierre de años

En 2016 las anteriores autoridades del CES decidieron el cierre paulatino del programa, con el argumento de que era una iniciativa focalizada que no podía instalarse como política definitiva y que no estaba cumpliendo con el objetivo de que los jóvenes mantuvieran su trayectoria educativa luego de su pasaje por el programa. Como alternativa se lanzó el programa Propuesta 2016, que busca trabajar con ese grupo de estudiantes pero dentro del liceo, con materias semestrales y talleres.

En 2018 y 2019 se cerró la mayor cantidad de aulas, hasta llegar a 2020 con sólo cinco de estos espacios, en La Paz, Las Piedras, Nuevo París, Paso de la Arena y Delta del Tigre. Estas cinco aulas son las que terminan de trabajar en febrero.

Para Scarlato es muy preocupante que a medida que se fueron cerrando las 26 aulas no se recogió toda la información que se había sistematizado. “No hay ninguna transferencia de lo que ha sido esta experiencia de 13 años, una experiencia con un acumulado de gran riqueza, con resultados muy buenos que han sido monitoreados. Hay un acumulado de registro escrito y audiovisual, informes anuales, tres libros, todas las actividades por aula; con todo ese acumulado nos duele que no haya habido una instancia para dialogar, para ver cómo se puede dar continuidad de alguna manera; algo tan simple en el ámbito de la educación no se ha producido, ni con esta administración ni con la anterior”.