Desde las 17.00, este sábado se realizará la proyección de varios registros audiovisuales del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), organización uruguaya referente en materia de derechos humanos (DDHH). Si bien otras organizaciones convocan a la actividad, la invitación principal está a cargo del Espacio de Formación Integral (EFI) Memoria Audiovisual, a cargo de un equipo docente del Archivo General de la Universidad de la República (AGU) liderado por Isabel Wschebor.
Los materiales que se exhibirán son parte de un proceso de búsqueda, identificación, procesamiento –y en muchos casos reparación– para digitalizar distintos archivos de Serpaj y de la productora Cema, que el AGU realizó con estudiantes universitarios de grado y posgrado. En diálogo con la diaria, Wschebor contó que si bien el EFI se desarrolla en la Facultad de Información y Comunicación (FIC), también participan estudiantes de otros servicios universitarios e incluso del Instituto de Profesores Artigas, ya que el trabajo interdisciplinario es uno de los objetivos a los que se apunta en ese tipo de espacios.
Sobre el proceso de trabajo, Wschebor destacó que como el material audiovisual disponible era muy abundante y se encuentra disperso, la decisión de qué archivos priorizar fue tomada en conjunto con los estudiantes, que pasan varias horas a la semana en el laboratorio del AGU. En particular, la docente habló de la potencialidad que el formato audiovisual tiene al trabajar sobre pasado reciente con quienes rondan los 20 años de edad y no vivieron el terrorismo de Estado ni tampoco el proceso de recuperación democrática, tópicos en los que se centró esta etapa del proyecto. En ese sentido, muchas veces llamó la atención observar a estudiantes que con mucha naturalidad especulaban dónde y cuándo transcurrían los hechos que observaban en las cintas VHS de los archivos con los que trabajaron. Según completó, muchos de esos hechos no están estudiados lo suficiente como para contar con bibliografía que permita referenciarlos con claridad.
De muestra
En conjunto con el Municipio B, desde el proyecto eligieron el 30 de octubre para realizar una muestra abierta de algunos de los materiales con los que trabajaron. La excusa es el aniversario número 40 de Serpaj y por ello el espacio elegido es la Plaza Liber Seregni, a pocos metros de la sede de la organización.
Consultado por la diaria, Mateo Magnone, referente del proyecto de elaboración de una audioguía de la memoria en el Municipio B, destacó el rol que Serpaj jugó en los últimos años de dictadura y la recuperación democrática y, por ejemplo, mencionó que fue importante para la consolidación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos como una única organización. “Serpaj representa una nueva concepción en la idea de los DDHH, que todavía no existían, por lo menos en Uruguay”, completó.
Más allá de la extensa trayectoria de la organización, de cara a la proyección de este sábado se seleccionaron tres hitos: el ayuno que en 1983 realizaron sus integrantes ante el recrudecimiento de las acciones represivas de la dictadura, la campaña por el voto verde en 1989 y la participación de la Coordinadora Anti Razzias a comienzos de la década del 90. Sobre este último caso, Wschebor destacó que se trata de un “fenómeno dolorosísimo de la transición”, ya que la Policía “fue muy dura con los jóvenes” y la coordinadora se creó para “frenar las formas de continuidad que ha tenido la impunidad en democracia”. Al respecto, Magnone agregó que ese reclamo “dialoga mucho con el Serpaj del hoy”, que cuenta con integrantes que eran niños en ese momento o incluso no habían nacido.
Precisamente, uno de los objetivos de la actividad del sábado es generar distintos tipos de diálogos: entre diferentes generaciones, entre la memoria y el presente y también entre el espacio público y la ciudadanía. En palabras que Wschebor tomó prestadas del filósofo irlandés Benedict Anderson, se busca contribuir con la desnaturalización de los lugares por los que miles de personas pasan a diario para poder resignificarlos. Por lo tanto, se apunta especialmente a que asistan integrantes o personas cercanas a Serpaj de esos años que puedan aportar información sobre los hechos que están en los registros audiovisuales que forman parte de los archivos.
Antes de cerrar el año desde el EFI se organizarán dos actividades más, que tendrán un formato similar, pero adaptado a otros espacios. Uno de ellos será sobre la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU). Magnone destacó que la organización “aportó a la resignificación y reestructura de la idea de sindicalismo en el Uruguay, que también había sido muy coartada durante el terrorismo de Estado”. Además, destacó los espacios culturales y deportivos que desarrolló AEBU y que mantiene, lo que sirvió para desarrollar un vínculo importante con la infancia. Por ello, en el evento, previsto para el 20 de noviembre en Plaza España, participará la murga de niños Los sapos cantores, que dialogará con la BCG, en cuyo proceso de gestación AEBU fue importante. La tercera actividad se desarrollará en las inmediaciones del Palacio Legislativo, en principio el 11 de diciembre.
Recuperar el espacio público
Wschebor explicó que el EFI continuará en 2022, pero este año se definió trabajar específicamente con lo que se agrupa bajo la etiqueta “pasado reciente”. Si bien admitió que es “un período larguísimo que en muchos casos ya no es tan reciente”, consideró que el término “permite comunicar fácilmente la idea de que hay un pasado que todavía sigue siendo traumático para la sociedad uruguaya”.
En particular, en el proyecto se enfocaron en el período de la transición democrática porque fue un momento en el que la sociedad uruguaya comenzó a recuperar el espacio público, lo que permite generar una conexión con el presente. Según detalló la docente, en el presente ello invita “a decir que está bueno romper el miedo y reapropiarse del espacio público en esta etapa transitoria de la pandemia”. “Si hay una sociedad que estuvo más de una década sumergida por un régimen totalitario y se atrevió a salir a la calle, consideramos que es un lindo diálogo con este presente para que la sociedad también se atreva a salir a la calle”, añadió. Por ello todos los eventos se realizan en el espacio público, lo que a su vez permite aportar al proyecto de audioguías del Municipio B.
Respecto a ese proyecto, Magnone detalló que es un “intento de georreferenciación de los distintos barrios que forman el municipio con el marcaje de lugares donde haya sucedido represión directa del Estado o hechos de resistencia cultural, política, religiosa y de distinta índole durante el terrorismo de Estado”. En ese sentido, se partirá de desarrollos previos, tanto de instituciones estatales como de la sociedad civil, para los que son especialmente importantes normativas recientes como la ley de sitios de memoria o la de reparación.
Por ejemplo, actualmente se están revisando archivos para determinar en qué lugares del municipio militantes sociales o políticos fueron asesinados o detenidos antes de desaparecer bajo el terrorismo de Estado. La idea de la audioguía es que en cada uno de esos lugares haya un código QR que lleve a un audio central y a otros materiales audiovisuales, a los que también se podrá acceder directamente desde un navegador de internet. La idea es que desde el EFI se puedan aportar materiales que nutran la audioguía, cuyo lanzamiento está previsto para el mes de diciembre.
Por su parte, Wschebor señaló que este trabajo se liga con una histórica línea de extensión del Laboratorio de Preservación Audiovisual del AGU, llamada “el cine uruguayo y la lucha contra la impunidad”, impulsada junto a la FIC y al colectivo Memorias Magnéticas. Según detalló, dicha línea “busca identificar aquellos archivos audiovisuales que refieren a las temáticas vinculadas a los DDHH en el pasado reciente y que por su propia constitución, por el discurso que generan y por la trayectoria de estos archivos, muchas veces han quedado un poco huérfanos de recuperación y de valorización patrimonial”.