La semana del 8 al 12 de febrero fue la elegida para la tercera edición de la Escuela de Verano de Ceibal, un “espacio de desarrollo profesional para todos los docentes de la ANEP [Administración Nacional de Educación Pública]”, explicó a la diaria Martín Rebour, gerente de Formación de Plan Ceibal, que añadió que este año, además de maestros y profesores de educación media, hubo mayor interés en participar por parte de estudiantes de las carreras de formación en educación y de trabajadores de los centros educativos con cargos de docencia indirecta.
Todas las actividades fueron virtuales, “lo que implicaba un reto, pero si los docentes ya lo habían tenido nosotros también teníamos que asumirlo”, consideró Rebour, quien señaló que quizá la virtualidad haya permitido que más personas participaran en algunas de las actividades, ya que hubo unos 2.000 inscriptos a los talleres y además, en promedio, más de 120 personas que los siguieron vía Youtube.
En la semana hubo varias conferencias, con académicos de Uruguay y del exterior; conversatorios, donde estos referentes continuaban las reflexiones en intercambio con los participantes; y más de 50 talleres donde se buscaba que los docentes intervinieran en alguna elaboración concreta.
Los talleres y temas de la agenda fueron variados, según el gerente de Formación. Además de los clásicos de Ceibal vinculados a nuevas tecnologías y recursos digitales aplicados a cuestiones pedagógicas, se buscó también “pensar lo sociocultural, lo socioemocional”. Además, señaló Rebour, se lograron “sinergias con las políticas educativas de la ANEP, con énfasis en lengua, matemática, ciudadanía digital, lo socioemocional”. “El objetivo es motivar, inspirar, poner a circular conceptos unos días antes de que comiencen las clases, empezar a conectar al docente con temas que le interesan, con los desafíos que van a tener que enfrentar en el comienzo de clases”.
En vistas de que los desafíos que se generaron en 2020 continuarán hasta tanto no haya una vacunación generalizada contra la covid-19, el énfasis de esta edición de la escuela estuvo en las experiencias que los docentes desarrollaron en sus clases durante este año pandémico. “Hay experiencias que son muy buenas desde el punto de vista pedagógico, más allá de los escenarios”, dijo Rebour, que destacó que los docentes apelaron a la creatividad, a la flexibilidad dentro de una planificación estratégica y al compromiso, y consideró necesario generar instancias “de toma de distancia, una vez finalizado el año, para capitalizar lo que hicieron, las cosas nuevas, los aprendizajes que hubo, de cara a 2021”.
Para Rebour, entre los docentes “hay conciencia de que el desarrollo profesional implica una formación permanente; cotidianamente el docente necesita formarse, porque la realidad hoy por hoy imprime un montón de desafíos, más allá de la pandemia”, aunque, añadió, 2020 “dejó más en evidencia las necesidades de generar propuestas potentes en entornos virtuales de aprendizaje: muchos venían formándose en esa línea, otros vieron la necesidad ante la pandemia”.
“Los docentes se dieron cuenta de que no había que traspasar la presencialidad a la virtualidad, sino que las propuestas virtuales implican otras cuestiones de diseño, decisiones pedagógicas distintas. Muchos a lo largo del año pasado lo fueron resolviendo, anotándose en propuestas de Ceibal o en comunidades de prácticas profesionales, que hay muchas”, agregó.
Además, destacó que al pensar en buenas propuestas de enseñanza en lo virtual “se generan reflexiones importantes en lo pedagógico y didáctico”, y puso como ejemplo la evaluación en entornos virtuales, que lleva “a repensar conceptos clásicos”. “¿Sigo evaluando contenidos? ¿Sigo pensando en la importancia del desarrollo de habilidades? ¿Qué lugar tiene lo socioemocional en el aprendizaje? ¿De qué manera hago escuela?”, ejemplificó Rebour.
El gerente destacó que fue “impresionante” el grado de interés de los docentes, que quedaron “muy agradecidos” después de las actividades, y que este espacio de formación “viene creciendo”, a la vez que se suma a actividades de todo el año: seminarios, congresos y cursos virtuales que durante 2020, en lugar de interrumpirse por la pandemia, se mantuvieron y aumentaron. “De alguna manera, Ceibal tiene una escuela permanente de formación, con propuestas cada vez más ricas”, señaló.