Tras un mes y medio sin presencialidad, los niños y niñas de las escuelas rurales unidocentes volvieron a las aulas. En coordinación con el Grupo Asesor Científico Honorario, las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) decidieron que los primeros en retomar la presencialidad fueran los centros del ámbito rural porque allí la circulación comunitaria del virus “es más baja”. Las que tienen menos estudiantes ya comenzaron a recibirlos y a partir del lunes “se viene un desafío importante”, dijo a la diaria el director de Educación Rural, Limber Santos, porque abren las escuelas rurales con más de 50 niños.
En comparación con el año pasado, la vuelta a las aulas tuvo un componente sustancial, que fue el retorno a la presencialidad plena. Santos indicó que las familias, docentes y auxiliares de servicio aceptaron de “muy buena manera” esa decisión porque entendían que se complicaban las “lógicas laborales y familiares en el campo al tener horarios parciales como se instrumentó” en 2020. En ese sentido, “fue una vuelta muy esperada y hubo mucha expectativa de las familias”, indicó.
El jerarca aseguró que este año fue “más simple la vuelta a la presencialidad” y afirmó que “no es menor” que los comedores estén abiertos. “El comedor es muy importante en el área rural no sólo por el aporte nutricional a los alumnos sino por el espacio de comensalidad, que implica compartir con otros espacios de socialización, algo bien importante”, expresó.
Asimismo, valoró como “muy buena” la vuelta a la presencialidad en las escuelas rurales unidocentes porque se registró entre 80% y 85% de asistencia. “Es la concurrencia más alta que hemos tenido en épocas de pandemia en las escuelas rurales”, dijo Santos. Consideró que volver a la presencialidad en esos centros tiene un “componente importante” que es de “confluencia”. “Es un lugar de referencia de la comunidad rural, donde las personas se juntan, donde está la presencia del Estado. Es decir, la escuela es más que una escuela en el medio rural”, observó, y agregó que en esas zonas los centros educativos abiertos “física y presencialmente” son un “elemento que para las comunidades implica retomar un espacio público”.
A pesar de las restricciones y las actividades que no se pueden hacer por la escalada de contagios, el director sostuvo que esa comunidad “necesita mucho de la escuela como espacio de lo público”. “Una vez abierto, [ese espacio] le confiere a la comunidad una impronta social, comunitaria y cultural alrededor, que cuando está cerrada se siente cómo falta”, añadió.
Para Juan Pérez, consejero del Codicen electo por los docentes, la evaluación también es positiva. De todos modos, dijo a la diaria que el análisis “hay que hacerlo más territorialmente, lugar por lugar”.
“Siempre estoy a favor de la presencialidad, pero hay que atender la situación de cada departamento. De repente hay zonas en donde la circulación del virus no es tan alta como en otras, entonces ahí se pueden tomar otras decisiones. No tendrían que ser las mismas para todos los lugares”, señaló.
Los días sin escuela
A su vez, Gabriel González, neuropediatra e integrante del GACH, dijo a la diaria que el efecto del cierre de las escuelas “no es compensable” porque no se puede amortizar con medidas económicas como sí se puede hacer con otros sectores de la población. El especialista señaló que el efecto positivo que se puede rescatar del cierre de los centros es la baja circulación del virus comunitario. Sin embargo, aclaró que es un porcentaje menor para quienes están en inicial y primaria.
Por su parte, la vocera de Familias Organizadas por la Escuela Pública, Natalia Cámara, expresó que si bien conocen la situación sanitaria del país, a la que calificó de “grave”, los niños debieron haber ido a las escuelas “todos los días y todas las horas” porque “nunca debieron haberse cerrado”. “Los cierres de las escuelas generan costos terribles para las infancias. Siempre son mayores los costos asociados al cierre que a la covid-19, eso está archiestudiado. Los daños que se generan al no ir a los centros educativos son irreparables, no se vuelve atrás sobre esto. Por eso insistimos en que la escuela es lo último que se cierra y que hay que poner los derechos del niño en el centro”, apuntó.
En conversación con la diaria, valoró el retorno escalonado a clases pero aun así cuestionó la comunicación de las autoridades de la educación con las familias. “Creo que es muy importante la comunicación. Es importante saber que las familias no nos manejamos por Twitter. Necesitamos que las directoras y maestras tengan claridad” sobre las resoluciones de los jerarcas, expresó.
Volver a volver
La ANEP anunció que los mínimos cambios en el cronograma de la vuelta a clases para el 10 de mayo no comprenden a los privados habilitados por este organismo. Si bien en un principio se previó que las clases de inicial –tanto en los centros públicos como privados– retornaran el lunes 10, la Dirección de Educación Inicial y Primaria decidió que sólo concurran los grupos de cinco años y los de primera infancia (uno y dos años) en el ámbito público. En tanto, el miércoles 12 volverán a clases los de cuatro años, y el 18 de mayo todos los grupos de tres años.
El resto del cronograma continúa tal como anunciaron las autoridades en un primer momento. El lunes retomarán las clases las escuelas rurales de hasta 50 estudiantes y, a partir del martes 18 de mayo, volverán a la presencialidad estos mismos centros educativos con matrícula mayor a 50 niños. En tanto, en educación primaria, los niveles primero, segundo y tercero de todo el país volverán a las clases ese mismo día, excepto en Montevideo y Canelones, los dos departamentos más afectados por el número de casos de covid-19.
Santos consideró que el escenario que se viene “es más desafiante” por la cantidad de alumnos que vuelven a las clases. El lunes, por ejemplo, unas 210 escuelas reabrirán sus puertas y retornarán 6.551 alumnos. El 3 de mayo, día en que reabrieron sólo las escuelas unidocentes, volvieron unos 5.669 alumnos en 749 centros educativos. “Son muchas menos escuelas pero más alumnos”, sostuvo.
Por otra parte, el semanario Búsqueda informó el jueves que el gobierno avizora que para junio haya presencialidad plena en todos los ámbitos de la educación, siempre y cuando los casos bajen y se estabilicen. El 18 de mayo, día en que retomarán las clases los niños de primero, segundo y tercero en el interior, las autoridades prevén hacer una evaluación de las medidas tomadas para así comenzar a elaborar un cronograma para que todas las escuelas, colegios, liceos y escuelas técnicas de UTU del país puedan reabrir las aulas.