Por segunda vez en menos de dos meses, se ocupó un nuevo centro María Espínola. Esta vez, los docentes ocuparon el Centro Educativo Asociado (CEA) 371, ubicado en La Boyada del Cerro, mientras que el 5 de octubre habían ocupado el CEA 255 de Las Canteras.
Desde la filial montevideana de la Asociación de Funcionarios de UTU (Afutu) se decidió ocupar porque están “en contra de los centros Espínola, que son el modelo nuevo y el caballito de batalla de esta dirección general”, contó a la diaria Alicia Piñeiro, integrante de Afutu Montevideo.
El CEA 371 y el 255 fueron los dos primeros de una larga lista de María Espínola que serán ocupados por los docentes de la filial en cada ocasión que haya un paro, para “denunciar lo que pasa con este modelo”. Este martes, el PIT-CNT convocó a un paro general parcial y a una movilización, con énfasis en la reforma jubilatoria propuesta por el gobierno. Afutu, tanto a nivel de Montevideo como nacional, se sumó al paro. De todas formas, según Piñeiro, a las reivindicaciones de la central sindical agregan el “rechazo a la reforma educativa” que la Administración Nacional de Educación Pública implementará en 2023.
Sobre el rechazo a los centros María Espínola, Piñeiro planteó que Afutu no está de acuerdo con la lógica de este modelo: “Es una lógica empresarial, que implica designación directa, y nosotros queremos que la lógica sea por concurso. Lo que hay detrás es un acuerdo de que venimos a estas comunidades ‘más desfavorecidas a salvarlas’, y no es lo que nosotros entendemos como educación”, argumentó.
Por el contrario, el gremio considera que la educación “se hace en diálogo con la comunidad y nosotros venimos a generar un espacio de derechos y de dar herramientas, no a iluminar una comunidad o a salvarlas, como plantea la base ideológica de los centros Espínola”, señaló Piñeiro.
Los reclamos del centro ocupado
En un comunicado, el núcleo sindical CEA 371 puntualizó que el gobierno plantea que los María Espínola son “los centros modelos de UTU, pero tenemos problemas básicos de infraestructura y recursos humanos sin resolver”. En relación a ello, Piñeiro especificó que si bien los problemas de infraestructura son una carencia en común, en el segundo centro que decidieron ocupar hay “cinco contenedores ya instalados que no tienen calefacción -en verano se mueren de calor y en invierno de frío-; estuvimos dos meses sin luz; los contenedores no alcanzan para los estudiantes -cuando son clases de 25 ya no entran-; la sala de informática tiene cuatro computadoras; y en la sala docente entran cuatro personas, cuando hay 40 docentes”.
Por otro lado, subrayó la falta de equipos multidisciplinarios y la necesidad de que haya educadores y “figuras de contención”. En cambio, existen cuatro coordinadores -cantidad innecesaria, según Piñeiro- que generan “problemas de funcionamiento”, ya que hay “una especie de abuso de funciones”. Al respecto, amplió que les piden a los docentes “hacer más”, en tanto “son figuras que vinieron elegidas a dedo, sin tener la formación para hacer la coordinación, y cuando querés saber cuál es el rol no te lo saben explicar”.
Vinculado con el quehacer de los docentes del centro, Piñeiro evidenció que el almuerzo, incluido en el plan de horario extendido, “no está en el presupuesto y, por tanto, no hay funcionarios encargados para eso”. En consecuencia, la integrante de Afutu contó que los docentes llevan a los estudiantes al comedor de la escuela asociada y, como se alimentan allí ante la carencia de un espacio en el María Espínola y de funcionarios dedicados a esa tarea, “se les sirve una porción para niño, no para adolescente, y no pueden repetir: comen todos los días guiso porque no da para otra cosa”.
En resumen, para Piñeiro, en primera instancia, los centros María Espínola podrían mejorar si se soluciona el tema de la infraestructura. Según manifestó, “un montón de contenedores puestos en un lugar no son un centro educativo”, que “por lo menos necesita paredes”; por último, para que mejoren es necesario contar con presupuesto para la alimentación de los estudiantes, que también implica recursos humanos y un comedor propio.