La organización Eduy21, compuesta por profesionales y técnicos del ámbito educativo, que surgió en 2017 como un aporte al debate público sobre la educación, dio por cerrado “su ciclo de participación pública en el debate educativo”, según informaron mediante una misiva hecha pública a través de sus redes sociales. El anuncio ocurrió meses después de que se reunieran con distintos líderes políticos, entre ellos, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou.

En la carta difundida el lunes, los integrantes de Eduy21 sostienen que con su trabajo hicieron “aportes relevantes para impulsar la visualización de la crisis estructural del sistema educativo uruguayo”, además de promover “el debate fundamentado, plural y propositivo para la construcción de políticas públicas”. No obstante, según informó VTV Noticias, uno de los referentes de la organización, Renato Opertti, consideró que entre los motivos para dejar de funcionar está la falta de “receptividad” del sistema político a los planteos de la organización.

Al respecto del cese de Eduy21, el senador frenteamplista Sebastián Sabini opinó en diálogo con la diaria que no tiene “una visión muy favorable del rol que cumplió en estos años”. Según Sabini, la organización “ayudó a fortalecer la imagen de que la educación pública es un desastre y eso no termina siendo una contribución”. Esa misma imagen, dijo, “se terminó imponiendo en las propias autoridades, que también eran parte de ese ‘movimiento’”.

Para el senador, si bien Eduy21 aseguraba que “no tenía fines políticos, al final sí los tuvo y parte de sus postulados están siendo llevados adelante hoy”. Según Sabini, “la marca más evidente de lo que ellos planteaban” es el enfoque competencial, que es parte del eje central de la reforma educativa que implementará la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).

Por otro lado, afirmó que no criticaron las políticas actuales del gobierno “con la dureza que lo hacían con el Frente Amplio”, aun cuando “pasaron muchas cosas”, dijo, como el proceso de la reforma educativa, “persecución a docentes, denuncias a exautoridades, recortes”, entre otras.

En la práctica

Por el contrario, para el presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP e integrante de la organización, Robert Silva, Eduy21 “cumplió un rol muy importante”. En concreto, señaló que cumplió el papel “de aglutinar a personas con distintos orígenes, para trabajar con un proyecto educativo, y a su vez sistematizar muchas propuestas que ya el país tenía en materia educativa”, dijo a la diaria.

En cuanto a la influencia de la organización a la hora de pensar y aplicar las políticas educativas, Silva afirmó que en el proceso de la reforma educativa “los convocamos y ellos aportaron”. En relación con el espacio que han tenido en los demás ámbitos del gobierno, dijo que no siempre las ideas de transformación se pueden aplicar de un día para el otro y consideró que “gobernar es el arte de hacer posible que las cosas sucedan”. Según agregó, “para eso uno se nutre de muchos insumos, no sólo de uno”, y sostuvo que es importante el “conocimiento del sistema y la viabilidad de implementar propuestas en la realidad, dialogando con las necesidades inmediatas de cambio”.

Por ejemplo, planteó que para aplicar la idea de que un mismo organismo esté a cargo de la enseñanza hasta noveno grado bajo un mismo formato escolar se necesita de una importante transformación de largo plazo a nivel de infraestructura, gestión y capacitación docente, entre otros aspectos.

Aportes

En la misiva, la organización destacó también su capacidad de aunar a personas “provenientes de diversas ideologías, sectores sociales, profesiones y regiones del país”, para que se lograra “articular una propuesta que explicitara las principales debilidades del sistema educativo en estas primeras décadas del siglo y realizara propuestas concretas para transformar la educación”.

Fue así que surgió el “Libro abierto”, un documento que sintetizó este planteo y que, a entender de los integrantes de la organización, “sigue siendo un insumo útil para aquellos que apuesten por una transformación sistémica, profunda y sustentable de la educación”.

En este sentido, señalaron que la reforma educativa impulsada por las actuales autoridades recoge ideas del “Libro abierto”, pero muestra “importantes dificultades presupuestales y de gestión del cambio, así como la necesidad de profundizar en los contenidos programáticos y su desarrollo efectivo en los centros educativos y aulas”.

Asimismo, “como reflexión final”, indicaron que el “sistema político, en lo que a cambios educativos se refiere”, mantiene todavía “una deuda de larga data con las transformaciones fundamentales” que no pueden “hacerse con el horizonte restringido de un período de gobierno y además tienen que implicar a la sociedad en su conjunto (docentes, familias y estudiantes)”.

“Confiamos en que en estos años por venir se haga posible la construcción de puentes y la generación de políticas de Estado, con visión de ‘largo aliento’”, concluye la carta.