La regional montevideana de la Asociación de Funcionarios de UTU (Afutu) entiende que en las primeras semanas de clase se están registrando inconvenientes en varios centros educativos, principalmente por problemas de gestión de la Dirección General de Educación Técnico-Profesional (DGETP). Según el sindicato, existe un “recorte educativo” en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) que impacta en UTU. Al respecto, entienden que uno de los indicadores es la cantidad de grupos confirmados en diciembre pasado y los proyectados para este año lectivo, que en ambos casos es menor en relación a lo que se preveía para 2021.

Según una estimación de la regional montevideana a la que accedió la diaria, este año la DGETP proyectó 78 grupos menos que en 2021, lo que equivale a unas 3.200 horas de reducción. En cuanto a la apertura efectiva de grupos, si bien desde la dirección de UTU se afirmó que era necesario esperar a las inscripciones de febrero para determinar cuántos grupos habría este año, el sindicato sostiene que en diciembre del año pasado se abrieron 354 grupos menos que en el mismo mes de 2020. En total, calcularon que quedaron 651 grupos pendientes de apertura en función de las inscripciones de estudiantes de febrero, 276 más que el año pasado. Afutu Montevideo cuestiona que “menos grupos es menos salario para los docentes” y también “menos oportunidades para los estudiantes”.

la diaria dialogó con dos voceras de la asamblea de la regional capitalina del sindicato, quienes pidieron mantener el anonimato por temor a sufrir represalias por la “persecución sindical” que entienden se desarrolla a nivel de la Administración Nacional de Educación Pública. Las voceras señalaron que los docentes están observando una disminución en la cantidad de trabajo para los profesionales de la educación, además de que empeoraron las condiciones laborales. Según explicaron, ello está generando que muchos profesores y educadores se estén acercando al sindicato para defender sus fuentes de trabajo.

La asamblea de Afutu Montevideo analizó que este año buena parte de los profesores tiene menos horas que en 2021 y el año pasado ya había ocurrido lo mismo respecto a 2020. Además, las voceras afirmaron que en Montevideo se están abriendo muy pocos grupos de los que quedaron pendientes. Por su parte, no son optimistas respecto al futuro y para fundamentarlo mencionaron la reestructura del programa de Formación Profesional Básica (FPB), que pasará de tener una duración de tres años a solo dos. Ello implicará una menor carga horaria y, por lo tanto, menos cantidad de grupos, según sostiene Afutu Montevideo.

En suma, desde la filial del sindicato afirmaron que la forma en que las autoridades de la DGETP definieron la elección de horas para este año tuvo un doble efecto negativo. Por un lado, el hecho de ir abriendo grupos para elegir horas en tandas hizo que a los docentes les haya sido especialmente difícil acomodar sus horarios y lugares de trabajo, ya que no tuvieron todo el panorama completo de grupos y escuelas técnicas al momento de elegir. Según analizó Afutu Montevideo, ello ha generado que las primeras semanas de clases estén siendo complejas en muchas escuelas técnicas de la capital, ya que muchos profesores han tenido que cambiar sus horarios para sumar más horas de clase y, al mismo tiempo, evitar superposiciones.

Al respecto, Afutu Montevideo lamentó que se haya generado esa situación pese a que la advirtieron al director general de UTU, Juan Pereyra, cuando se definió que la elección de horas se realizaría de esta forma. Sin embargo, la DGETP definió seguir adelante con sus planes, lo que generó mucho “enojo” entre los docentes porque entienden que no son escuchados por las autoridades, según dijeron las voceras. Por ejemplo, mencionaron que en las instancias bipartitas con la dirección general el sindicato tiene que realizar un importante esfuerzo para que sus planteos sean escuchados.

A estas dificultades, las voceras sumaron los errores que se produjeron en la elección de horas de algunas asignaturas como Idioma Español o Inglés, lo que llevó a que los actos eleccionarios se tuvieran que anular y volver a realizar. Por ejemplo, señalaron que muchos docentes terminaron eligiendo sus horas el 23 de febrero, cuando -con el feriado de Carnaval de por medio- las clases comenzaron el 7 de marzo. Otras áreas, como la de lengua de señas uruguaya, ni siquiera pudieron realizar la elección de horas antes del inicio de cursos.

En síntesis, para las voceras las primeras semanas de clase fueron “caóticas”, ya que, además de la falta de profesores y la dificultad para compatibilizar horarios, el acceso de los docentes a las libretas electrónicas demoró varios días. Según señalaron, ello se debe al retraso en la elección de horas, que demoró el ingreso de los profesores en el sistema de UTU. En suma, ello hizo que se acumularan centenares de ingresos en pocos días, lo que dificultó el trabajo de los funcionarios administrativos (ver recuadro).

Programas educativos

Las voceras de Afutu Montevideo también advirtieron que la población más vulnerable que asiste a la UTU sufrirá efectos negativos por cambios en los planes y programas de la institución. Por ejemplo, analizaron que habrá un importante impacto por los cambios en el FPB, que subió su edad de ingreso de 12 a 14 años. Se trata de un programa que funciona con una importante carga horaria bajo la modalidad de taller, por la que optaban muchos niños al egresar de primaria. Según las voceras, ahora esos estudiantes deberán asistir al ciclo básico tecnológico, que tiene un perfil más académico y no es adecuado para estudiantes con problemas de atención o con mayor propensión a aprender a través de la práctica.

En ese sentido, avizoran que si fracasan en esa modalidad, luego será más difícil hacer que retornen a la institución, ya que muchas veces sus familias tienen otras vulnerabilidades por las que no dan tanta prioridad a la culminación de los ciclos educativos. Al respecto, hablaron del rol clave que durante años jugaron los educadores previstos por este programa, que seguían de cerca las necesidades de los estudiantes y el vínculo con sus familias. Sin embargo, lamentaron que desde 2021 tienen que atender una mayor cantidad de estudiantes y ya no participan en instancias de coordinación con los profesores, lo que hace que los docentes no tengan suficiente información para evaluar situaciones personales por las que pasan los estudiantes.

En los últimos días, estudiantes de la UTU marítima también se declararon en conflicto y señalan que los “recortes” presupuestales son “cada vez más evidentes” en ese centro de estudio. En concreto, denuncian que se eliminaron todos los primeros años del programa Rumbo integrado, pensado para que jóvenes de 15 a 30 años acrediten la educación media básica con una propuesta de capacitación laboral.

En el caso de la UTU marítima, existía una propuesta de soldadura que fue eliminada, lo que implicará que en esa escuela técnica ya no sea posible cursarla. Además, los estudiantes afirman que las clases comenzaron con la apertura pendiente de cinco grupos y que, pese a que se abrieron tres de ellos, todavía sigue habiendo estudiantes en listas de espera y, por otro lado, se registran grupos superpoblados. Según plantea el centro de estudiantes de la escuela en un comunicado, la DGETP “pone los números por encima de todo”, incluso cuando ello implica “vulnerar el derecho a la continuidad educativa” de los estudiantes. Por lo tanto, este miércoles a las 19.00 convocan a un paro estudiantil con una movilización para hacer escuchar sus reivindicaciones.

Los más vulnerables

Más allá de que aceptan la necesidad de que se introduzcan cambios y mejoras, las voceras de Afutu Montevideo señalaron que existe un amplio descontento entre los profesores por la forma en que estos se procesan. Según entienden, es habitual que bajo esta administración se modifiquen las condiciones laborales sin considerar la opinión de los trabajadores, que son quienes tienen un mayor conocimiento de los planes y programas y también de las poblaciones con las que trabajan.

En ese sentido, destacaron la importancia de contar con grupos de un tamaño en el que puedan atender la individualidad de sus estudiantes. Por ejemplo, mencionaron que los docentes muchas veces detectan problemas de salud de sus estudiantes, como la necesidad de que usen lentes porque no ven el pizarrón. Sin embargo, advirtieron que ese tipo de acciones son posibles si tienen un número adecuado de estudiantes a los que atender.

Desde Afutu Montevideo visualizan un “cambio de filosofía” en relación a la atención de las poblaciones más vulnerables en los centros educativos de ese subsistema. Según dijeron las voceras, un primer indicador fue que desde el inicio del actual gobierno se suspendieran becas económicas que recibían estudiantes y que, por ejemplo, permitían asegurar la compra de materiales para la participación de los adolescentes en los talleres del FPB.

Además, las voceras denunciaron que en algunas escuelas técnicas de UTU no se están aceptando a estudiantes bajo el argumento de que “son repetidores”, cuando hasta el momento la política siempre había sido la de aceptar especialmente a quienes no habían encontrado una oferta educativa que se adecuara a sus intereses y posibilidades. En ese sentido, desde el sindicato se advierte “un retroceso”.

Reclamos no docentes

Los funcionarios administrativos y servicios de UTU también reclaman por la no tercerización de las funciones que cumplen, lo que desde hace años está extendido en tareas como la portería y la limpieza de los centros educativos. Además, le piden a la DGETP por la extensión del plazo por el que quedaron habilitados a elegir cargos después del último concurso a efectividad, que es por un plazo acotado de dos años. Según Afutu Montevideo, muchas veces ocurre que se concursa pero no hay suficientes oportunidades para asumir cargos, lo que conspira contra la tarea de los funcionarios.

En particular, la regional entiende que es necesario reforzar muchas de las funciones administrativas, que habían mermado durante los tiempos en que predominó el trabajo virtual, con la vuelta a una mayor normalidad muchas de ellas se están viendo saturadas. Por su parte, también reclaman por la apertura de paquetes de horas extras, un mecanismo por el cual los funcionarios acceden a un salario que les permite llegar a un ingreso aceptable, ya que las cargas horarias base de los cargos son muy menores, según plantea el sindicato.