El Parlamento se encamina a aprobar el proyecto que nombra Maestro Julio Castro a la escuela rural 14 de Pueblo Pintado, en Florida, donde el destacado pedagogo y periodista dio sus primeros pasos como escolar en 1919 a los diez años. El proyecto, presentado por el diputado frenteamplista floridense Carlos Rodríguez en 2020 y que tuvo el visto bueno de la Administración Nacional de Educación Pública, fue aprobado la semana pasada por la Cámara de Diputados y se espera que en los próximos días pase lo mismo en el Senado.
En diálogo con la diaria, Rodríguez expresó que era un pedido que se venía haciendo “desde hace muchos años”, una vez que la comunidad educativa descubrió que Castro asistió a esa escuela, pese a que vivía en La Cruz, un pueblo cercano. El legislador adelantó que “hay consenso político” para que la escuela pase a llamarse así, puesto que la figura de Castro “trasciende los partidos”: “Se le está poniendo el nombre a una escuela donde concurrió, me parece que eso también facilitó algunas dudas que pudieron existir en algún momento. Fue un argumento contundente”, insistió. Según supo la diaria, algunos legisladores del oficialismo hicieron objeciones porque “hay varias escuelas” que tienen el nombre de Castro.
Rodríguez recordó que el maestro concurrió a esa escuela, pero no la terminó: “Es algo que está asentado en el libro diario de la escuela, que dejaba de concurrir para ayudar en las tareas del campo. Eso era muy común. Aprender las primeras letras, las operaciones básicas y después ir a ayudar” a sus padres, Manuel Castro y Lucía Pérez.
Por su parte, la maestra de La Cruz Yanina Fleitas indicó que para ambas localidades floridenses el reconocimiento es “sumamente importante”, principalmente para las comunidades educativas de la escuela 9 de La Cruz y la 14 de Pueblo Pintado. Fleitas indicó a la diaria que iniciaron un camino en 2018 con el proyecto Rumbeando Identidades, cuyo objetivo es “rescatar las marcas de identidad, pero también generar nuevas, para las generaciones que vienen”.
Según contó, colocaron una plaqueta en la casa donde nació Julio Castro. Posteriormente, a fines de 2018, en el aniversario del nacimiento del pedagogo, inauguraron un memorial del que “fueron artífices” los propios escolares de la zona. “La participación fue activa, ellos propusieron formas, tamaño, colores, frases”, rememoró. En ese marco, dijo que buscaron en los libros diarios y descubrieron que Castro había asistido a la escuela rural 14, en Estación Pintado, que en aquella época era la número 9. Ese cambio de número generó confusión con el centro escolar de La Cruz, pero se pudo esclarecer a partir de la indagación de maestras y escolares.
La maestra explicó que, una vez se apruebe el proyecto en el Senado, la idea es generar un sendero de la memoria de Castro entre La Cruz y Estación Pintado. En el primero está la casa donde el maestro nació y el memorial al que cotidianamente los vecinos llevan flores, mientras que en Pintado está la escuela a la que concurrió y la casa rural en la que vivió.
El recordado Julio
Castro fue maestro, director de escuela común y de práctica, subinspector de enseñanza primaria, inspector de Montevideo, profesor, además de fundador y periodista del semanario Marcha. Comenzó su militancia política en 1928, cuando junto a Carlos Quijano fundó la Agrupación Nacionalista Demócrata Social, que perteneció al Partido Nacional Independiente. Fue cofundador de la Federación Uruguaya de Magisterio en 1945 e integró las misiones sociopedagógicas de mediados del siglo XX, una serie de “intervenciones educativas de abordaje interdisciplinario” en el interior del país, donde “existía un alto índice de pobreza económica y cultural”, según la exposición de motivos del proyecto de ley. Más adelante se convirtió en uno de los cofundadores del Frente Amplio, en 1971.
En 2006 el maestro Miguel Soler, amigo y compañero de Castro en varios proyectos pedagógicos, supo definir el rol de su colega en una exposición que lo homenajeaba: “Era hombre de contacto fácil con la escuela. Pero era también el del pedagogo, como estudioso y como escritor. Y más aún, su perfil era el del educador, si por tal entendemos el comunicador, el estimulador, el dialogante que cree que el mensaje se construye colectivamente, si por tal entendemos también el político de la educación. Yo viví el placer de asistir a muchas de sus largas pláticas con maestros y campesinos. Tenía el don de recoger experiencias y sembrar sabiduría, siempre desde una cierta facilidad para ser ameno. Fue lo que llamamos hoy un educador comprometido con la realidad, con la población, con sus colegas, con la justicia social”.
En la exposición de motivos se recuerda que el 1° de agosto de 1977 fue detenido en la vía pública, en Llambí casi Rivera, y que el 3 de agosto testigos lo reconocieron en el centro clandestino de detención La Casona, donde fue visto por última vez. En 2011 sus restos fueron hallados en el Batallón de Paracaidistas 14 de Toledo, en Canelones. “No puede haber mejor homenaje al maestro Julio Castro que una escuela pública del interior del país, y a la que concurrió como alumno, lleve su nombre”, concluye el texto.