La disminución de nacimientos en Uruguay ya se empieza a sentir en la matrícula de la educación inicial y primaria. Según datos de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), en 2021 las escuelas y jardines registraron una matrícula de 339.472 estudiantes, número que se compone de 26,2% de niños en educación inicial, 72,1% en primaria y 1,7% en educación especial. Dicho número implica que, después de tres años de crecimiento, en 2021 hubo 2.810 estudiantes menos que en 2020 y, según se plantea, esto se explica por factores demográficos.

En una presentación de los datos realizada el jueves, Tania Biramontes, del Departamento de Evaluación y Estadística de ANEP, explicó que esa tendencia se debe principalmente a la caída registrada en la matrícula de la educación inicial, que a su vez se relaciona directamente con la disminución de nacimientos que se da desde 2015 en Uruguay.

Sobre la matrícula de educación inicial, Biramontes explicó que después de varios años de aumento por el incremento de la cobertura en esa población, en las franjas de tres y cuatro años se registró una caída, causada porque hay menos niños de esa edad en el país. Por su parte, la matrícula en la franja de cinco años se mantuvo estable en 2021. La técnica explicó que la matrícula en primaria tuvo un aumento de 500 niños respecto de 2020, por lo que tiende a una estabilización. Según detalló, esa tendencia coincide con la estabilización de los nacimientos en Uruguay entre 2005 y 2015, ya que esos niños componen actualmente la población escolar. En ese sentido, la especialista adelantó que, a raíz de la posterior caída en nacimientos, se espera que la cantidad de niños en educación primaria también se reduzca en los próximos años.

Además, Biramontes señaló que desde hace algunos años se da un “leve traspaso” de matrícula de la educación privada a la pública, ya que esta última representó 83,3% de la matrícula total en 2021, cuando en 2018 había sido de 82,5%.

Tamaño de grupos y repetición

Biramontes compartió datos sobre el tamaño de los grupos en este tramo de la educación, que en promedio se están achicando desde 2003, primer año en que se comenzaron a tomar datos en el marco del monitor de educación inicial y primaria. En ese año, el tamaño promedio de grupos de escuelas urbanas era de 27,3 alumnos, mientras que en 2021 se situó en 22,8. Si bien entre 2006 y 2014 hubo un proceso de reducción del tamaño de los grupos, a partir de 2015 comenzó una etapa de estabilización. En 2017 y 2018 se llegó al tamaño de grupo promedio más chico, con 21,9 estudiantes, cifra que ascendió a 22,2 en 2019 y a 22,7 en 2020.

Por su parte, después de un aumento entre 2016 y 2019, el año pasado la educación inicial alcanzó el mínimo histórico de tamaño promedio de grupo, con 23,5 niños en cada aula. Otro de los indicadores publicados es la cantidad de grupos con más de 30 estudiantes, que eran 3.565 en 2006, año en el que había 220 grupos de 41 o más niños en escuelas comunes urbanas. Después de muchos años de baja de ese indicador, que alcanzó su mínimo en 2017, con 317 grupos numerosos, en 2020 había subido a 488, pero el año pasado bajó a 392. En educación inicial, este indicador también se redujo, ya que la cantidad de grupos con más de 30 estudiantes pasó de 591 en 2020 a 422 en 2021.

Según los datos del monitor, la repetición bajó levemente en 2021, ya que se colocó en 4,4%, tres puntos porcentuales menos que en 2020. De todas formas, ese indicador todavía se ubica por encima de los valores prepandemia: en 2019 había alcanzado su mínimo histórico de 3,5%. Se debe tomar en cuenta que la repetición presenta distintos comportamientos según el grado, el nivel socioeconómico, el género y la zona geográfica.

Al respecto, Biramontes mostró que, como ha ocurrido históricamente, la repetición es mayor en primer grado, donde fue de 10,9% en 2021, cuatro puntos porcentuales menos que el año anterior. Los números de los últimos años marcan que en la medida en que aumenta el grado la repetición disminuye, ya que registra su valor más bajo en sexto de escuela, con 0,7% en 2021.

Tendencias que preocupan

Si bien en 2020 la repetición aumentó en todos los grados, el año pasado bajó en todos estos menos en segundo de escuela. Al respecto, Biramontes planteó que quienes cursaron segundo el año pasado habían estado en primer año en 2020, cuando se pasó abruptamente al trabajo virtual, lo que puede haber tenido un impacto negativo en 2021. Además, mostró que el porcentaje de niños que repiten en Montevideo es casi el doble del que lo hacen en el interior, mientras que este fenómeno también está más presente en varones que en niñas, aunque con una disminución de esta brecha en el último año.

Por su parte, la técnica señaló que el año pasado la repetición bajó en todos los quintiles de ingresos, excepto en el quintil más pobre, en el que nuevamente aumentó, ya que pasó de 5,6% en 2019 a 7,4% en 2021. A este respecto, Biramontes planteó que el trabajo en la virtualidad puede haber incidido negativamente en esa población, que por distintos motivos presentó mayor dificultad para seguir las clases y todavía no pudo recuperarse de la pérdida. Según dijo, “la brecha de repetición” entre el quintil de menores ingresos y el más alto aumentó en 2020 y nuevamente lo hizo el año pasado. Esta brecha era de 3,7% en 2019, subió a 4% en 2020 y trepó a 5,3% el año pasado.

Los datos de asistencia también presentan diferencias según el nivel de ingreso de las familias. Los números totales marcan que la pandemia implicó una drástica caída del promedio de asistencia a centros escolares: pasó de 160,4 días en 2019 a 63 días en 2020. Si bien el año pasado hubo una recuperación al respecto, los 114,3 días en promedio de asistencia todavía estuvieron lejos de los números prepandemia. Sin embargo, Biramontes explicó que el promedio de asistencia fue más bajo en las escuelas Aprender y, por ejemplo, para el quintil más bajo de ingresos fue de 106,1 días.

Si se tiene en cuenta la tasa de asistencia, que mide el porcentaje de asistencias en función de los días en los que fue posible ir a la escuela, también se registra una caída en relación con 2019, año en que fue de 86,2%. En 2020 ese porcentaje bajó a 75,9% y, a pesar de que aumentaron las posibilidades de presencialidad, volvió a caer en 2021, ya que se ubicó en 72,6%. Al respecto, Biramontes señaló que puede plantearse como hipótesis que la situación sanitaria en Uruguay fue peor en 2021 en relación con el año anterior. En ese sentido, dijo que la asistencia se puede haber reducido por lo dispuesto en los protocolos sanitarios, que marcaban el aislamiento de un grupo entero cuando se registrara algún caso positivo de covid-19. De vuelta, la tasa de asistencia fue más baja en las familias de menores ingresos.

Explicaciones

Consultada por la prensa luego de la presentación, la subdirectora de Educación Inicial y Primaria, Olga de las Heras, señaló que la repetición “va acompañada de las características socioculturales de la familia” y que las brechas “son históricas”. Si bien dijo que la pandemia contribuyó a que las brechas se incrementaran, sostuvo que las diferencias en la repetición son más significativas según el grado.

De las Heras habló de algunas estrategias que se tomaron para atender a los sectores más vulnerables, en particular en las escuelas de la categoría Aprender. Según sostuvo, se dio “mayor apoyo” a los maestros, a los niños y a sus familias, de forma de reforzar los aprendizajes. Además, dijo que se buscó mejorar los bajos números de asistencia y, al respecto, destacó la figura “muy importante” de los maestros comunitarios en estos contextos. Al respecto, la Federación Uruguaya de Magisterio ha denunciado que las actuales autoridades bajaron la cantidad de meses de trabajo de esta figura en los territorios y ven con preocupación un rediseño del programa que prepara Primaria.

En la presentación de los datos, el consejero de la ANEP Juan Gabito se mostró preocupado por el empeoramiento de los indicadores en los quintiles más pobres, pero se preguntó cuánto peor hubieran sido los números si no se hubieran puesto en práctica los distintos dispositivos que implementó la Dirección General de Educación Inicial y Primaria.