Convocados por la Unesco, los ministros de Educación de América Latina y el Caribe se reunieron el 26 y 27 de mayo en Buenos Aires, Argentina, para evaluar sus sistemas educativos. En una declaración en conjunto, los respectivos secretarios de Estado asumieron el compromiso de “recuperar y transformar” sus sistemas para “superar la mayor crisis educativa que ha vivido la región desde que se tiene registro”, a raíz de la pandemia por covid-19.
En particular, reafirmaron el pacto de “reducir la desigualdad social y educativa”, puesto que la educación es un derecho humano, según la declaración universal de la ONU. “Es un bien público social para todas y todos los ciudadanos de nuestros pueblos”, apuntaron en la misiva, y aseguraron que pondrán “toda” su “voluntad” para trabajar por la “calidad y pertinencia” de la educación, desde la primera infancia hasta la educación superior y de adultos, y por la “expansión de la cobertura en todos los niveles educativos”.
“Trabajaremos también por el compromiso de enriquecer los contenidos educativos y las prácticas de los sistemas educativos para el desarrollo de conocimientos, valores y habilidades, necesarios para enfrentar los desafíos de nuestro mundo cambiante, con un enfoque de derechos y con miras al desarrollo sostenible y la cultura de paz”, agregaron.
Para los jerarcas, “no se puede volver a la situación anterior a la pandemia”, por lo que es necesaria una “transformación profunda” que atienda factores estructurales y sistémicos provenientes de la “gran deuda e injusticia educativa que arrastra la región”. Para ello, propusieron impulsar acciones regionales que garanticen el acceso educativo y que doten a los estudiantes de lo “necesario” para “afrontar los desafíos globales que amenazan la sustentabilidad del planeta”.
Asimismo, reconocieron a las y los trabajadores de la educación, a sus organizaciones, a las y los estudiantes y a la comunidad educativa organizada como “agentes clave” para “protagonizar la recuperación y transformación educativa”, como también asumieron la importancia de “garantizar su participación efectiva”.
En tanto, durante el encuentro, en el que participó el ministro uruguayo, Pablo da Silveira, se aprobó una propuesta de fortalecimiento del mecanismo de coordinación educativa regional, que fue incorporada a la hoja de ruta para la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4-Educación 2030 para el período 2022-2025.
En uno de los puntos de la declaración se apunta que la educación es una herramienta para “combatir la desigualdad y construir sociedades justas”, como también “equitativas y pacíficas”. “Los centros educativos y la comunidad tienen roles esenciales en la transformación educativa, la prevención de la violencia y la cohesión social”, destacaron, y resaltaron que las aulas desempeñan un “papel integral” en la promoción de los derechos y en el “desarrollo integral” de los seres humanos. “El bienestar, la nutrición y el estado de salud físico y socioemocional de las y los estudiantes son condiciones esenciales para el desarrollo, el aprendizaje y el crecimiento necesarios para integrarse como miembros activos de la sociedad”, indicaron.
Por otra parte, declararon que se comprometen a dar la garantía del derecho a la educación de las personas en situación de movilidad. “Mantendremos la solidaridad y nuestros esfuerzos nacionales, que se han caracterizado por brindar respuestas educativas ante los movimientos intrarregionales de la última década. Nos comprometemos a seguir avanzando en las acciones colectivas e intergubernamentales como el Grupo de Trabajo Educación y Movilidad Humana (para la coordinación e intercambio de experiencias) y el Marco Regional de Monitoreo sobre Estudiantes en Situación de Movilidad”, detallaron.
Muchas de las conclusiones de este encuentro serán consideradas en la precumbre sobre la Transformación de la Educación, que se realizará en París, Francia, el 28 y 29 de junio, en la previa al encuentro oficial que fue convocado para setiembre de este año por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.