Decenas de organizaciones sociales, vecinos, referentes de la zona y artistas se juntaron para reclamar formalmente por una necesidad que desde hace tiempo existe en La Teja: contar con un liceo público de bachillerato. Si bien recientemente se sumaron grupos de cuarto año a algunos liceos de ciclo básico, algunos de estos no estarán el año que viene. Por otra parte, los promotores de la iniciativa consideran que se necesita un liceo entero en el que también se pueda cursar quinto y sexto.
En diálogo con la diaria, Nathaniel Clavijo, profesor en el liceo 38 e integrante de la Institución Atlética La Cumparsita y también de la comisión vecinal que promueve la iniciativa, explicó que, si se concreta la propuesta, se rompería con una especie de “límite simbólico” en el barrio. Según analizó, en función de la oferta disponible, desde el sistema educativo se plantea que en La Teja alcanza con estudiar hasta tercero de liceo. Al respecto, agregó que los centros más cercanos a los que los estudiantes que terminan el ciclo básico deben pedir pase son el Bauzá, en el Prado, o el 61, en el Cerro.
Clavijo detalló que, si bien en la comisión están a favor de que los adolescentes conozcan otras zonas de Montevideo, consideran importante que tengan una propuesta para continuar con los estudios en la zona, lo que a muchos les hace más fácil la asistencia o les da un mayor sentido de pertenencia. En suma, sostuvo que contar con un liceo con bachillerato en el barrio facilitaría la continuidad educativa de los estudiantes que tienen situaciones familiares más complejas y que, por ejemplo, deben conseguir un trabajo remunerado o realizar tareas de cuidados en el hogar.
Por su parte, señaló que un nuevo liceo de bachillerato no sólo beneficiaría a los liceales de La Teja, sino también a los de zonas cercanas como Tres Ombúes o Cadorna. Además, señaló que también sería una opción para adolescentes de barrios un poco más alejados, como Santa Catalina, que tienen al Cerro como única opción cercana, o para quienes viven en el eje de Camino Cibils, ya que hasta Paso de la Arena no hay opciones de educación media superior. En esa línea, el docente señaló que el nuevo liceo también serviría para que los centros educativos de bachillerato de la zona puedan tener menos matrícula y, en ese sentido, contar con grupos de menor tamaño que permitan un mejor vínculo entre estudiantes y docentes.
En el barrio
Más allá de las oportunidades educativas que daría a los adolescentes que viven cerca, Clavijo mencionó que la instalación de un liceo de bachillerato en La Teja significaría varias mejoras para el barrio. Por ejemplo, habló de que “la cultura crezca” en la zona y que también haya una “revitalización” en el lugar. Dijo que el mismo movimiento que se genera con la instalación de un nuevo centro educativo repercute favorablemente desde el punto de vista comercial en los negocios del barrio y, además, señaló que la construcción de un edificio como el que sería necesario podría ser una oportunidad de reconvertir alguno de los viejos galpones o fábricas cerradas.
Precisamente, planteó acerca de la construcción de un edificio que es necesario tomar como base la atención de 330 estudiantes, si se tiene en cuenta sólo el liceo 38, que este año tiene 220 estudiantes en tercero y 125 en los grupos de cuarto que funcionan en el centro, a los que se suman los estudiantes de otros tres liceos de ciclo básico que hay en el barrio. Por eso, las organizaciones piden la construcción de un liceo con unos 20 salones, con laboratorios y una sala de dibujo, que es considerado “lo mínimo para un liceo de bachillerato”, señaló Clavijo.
Además, solicitan que el centro educativo tenga un gimnasio cerrado, ya que ninguno de los liceos del barrio cuenta con uno, por lo que los estudiantes deben hacer Educación Física “a la intemperie, sea invierno o verano”, sostuvo el docente. Otra de las solicitudes es que el futuro liceo se ubique cerca de la avenida Carlos María Ramírez, ya que es la que cuenta con más opciones de locomoción para estudiantes y profesores.
Para que la iniciativa tenga más peso, desde La Cumparsita se propusieron convocar a una coordinación barrial que integran los sindicatos y varios comercios de la zona, y también clubes barriales como Progreso o Arbolito. En ese espacio se definió iniciar una campaña de recolección de firmas, que ya cuenta con 4.500 adhesiones, según contó Clavijo. El docente aseguró que, dada la necesidad de un liceo de segundo ciclo en el lugar, “la gente te firma sí o sí” y “sin vueltas”.
Este sábado La Cumparsita organiza un festival para recaudar fondos para la olla popular que gestiona desde hace tres años y, al mismo tiempo, la actividad oficiará de cierre de la campaña de firmas. Según contó Clavijo, esperan llegar a 5.000 adhesiones y el miércoles 15 las entregarán en el Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública. Si bien ya saben que el actual gobierno no podrá financiar la iniciativa, esperan que sea incorporada en el presupuesto para el próximo.