Este miércoles en la sala de actos de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) se presentaron los datos sistematizados por el Monitor de Educación Media Técnico Profesional, que muestran el estado de situación de los estudiantes y sus procesos de aprendizaje en UTU.

Elaborado mediante el trabajo conjunto entre el Departamento de Estadística de la Dirección Técnica de Gestión Académica (Planeamiento Educativo) de la Dirección General de Educación Técnico Profesional (DGETP) y la División de Investigación, Evaluación y Estadística del Consejo Directivo Central de la ANEP, los resultados fueron vistos con buenos –aunque insatisfechos– ojos por el director general de la UTU, Juan Pereyra.

“Estamos realmente contentos, no satisfechos”, apuntó Pereyra, luego de presentados los resultados. Según el jerarca, están contentos porque “hemos evolucionado relativamente bien en los niveles de aprobación, en los que hubo aumento a pesar de la pandemia; en los niveles de desvinculación, en los que hubo importantes descensos; y la tasa de egreso también aumentó”.

Sin embargo, aseguró que no están satisfechos porque “cuando analizamos los números no son los mejores, los que realmente se requieren, y de ahí la importancia de encarar una transformación curricular necesaria, profunda y realizada entre todos”. En resumen, dijo, lo que se ha hecho estos años desde el organismo “ha estado muy bien, porque a pesar de todas las contras que hemos tenido, hemos mejorado”.

Por otro lado, el director general destacó uno de los resultados: el porcentaje de estudiantes de los dos quintiles de menores ingresos representa 55% de la matrícula de la Educación Media Básica (EMB) y 34% en la Educación Media Superior (EMS). En ese marco, destacó “la estrategia” de la institución como necesaria para su población: atender con “calidad” y “jerarquía” a “esa población que es la que más necesita”, sobre todo si se consideran “las diferencias con otros subsistemas”.

En ese sentido, resaltó que “se ha visto en todos los estudios que la población más carenciada es la que tiene peores resultados”, por lo que, al observar el porcentaje de estudiantes de la institución que pertenecen a los quintiles uno y dos, considera que los resultados son buenos.

La matrícula

Los principales resultados abordan la matrícula, las escuelas y reparticiones, y la aprobación, desvinculación y egreso de los estudiantes. Sobre la matrícula, una de las primeras conclusiones arrojadas es que la cantidad de estudiantes ha aumentado considerablemente. El monitor estudia lo que ocurre en los cursos de EMB y EMS, que representan 83,1% de la matrícula total de la DGETP. Así es que, entre 2008 y 2023 la matrícula de ciclo básico pasó de recibir 17.676 estudiantes a 31.820, lo que significa un aumento de 14.144 estudiantes, mientras que en bachillerato pasó de 29.363 a 51.027 estudiantes.

Con foco particularmente en 2023, en educación técnica se anotaron 100.895 estudiantes, y de ellos 99.745 fueron en las ofertas públicas de la DGETP. Dentro de la UTU, la división del estudiantado es la siguiente: 31.820 (31,9%) se matricularon en EMB, 51.027 (51,2%) en EMS, 14.819 (14,9%) en educación terciaria y 2.079 (2,1%) en capacitaciones y formación profesional.

Por otro lado, en la presentación del monitor se destacó que la matrícula de EMB pasó de ser 12% del total de la cantidad de estudiantes de EMB en el país en 2008, a ser el 22,6% del total este año. A pesar del crecimiento que reportaron desde 2008 a 2023, a partir de 2020 se registró un decrecimiento de la matrícula de ciclo básico: de 38.630 estudiantes en 2019 pasaron a ser 31.820 en 2023. Según aseguraron, el descenso se puede vincular con factores demográficos, pero también con lo sucedido a nivel país, ya que desde 2018 ha ido descendiendo la matrícula en toda la EMB.

Una de las desagregaciones elaboradas es por el tipo de curso: el Ciclo Básico Tecnológico representa 75,5% de la matrícula de 2023, mientras que la Formación Profesional Básica es el 24,5%, que se redujo luego de una “reorientación” del curso para los estudiantes en condición de extraedad.

En la EMS, el incremento de estudiantes desde 2008 hasta 2023 fue de 21.664 y la matrícula pasó de 23,7% del total de la EMS del país a 31,1%. También hubo un decrecimiento de la matrícula general, que se relaciona con la tendencia general de la EMS, y de 52.729 estudiantes en 2020 pasó a 51.027 en 2023. En esta área, la mayor parte de las inscripciones, el 67,4%, corresponde a Educación Media Tecnológica.

Crecimiento generalizado

Aseguraron que entre 2008 y 2023 hubo “un incremento importante tanto de la cantidad de escuelas como de reparticiones, en ambos niveles”. Así es que, en la actualidad, la DGETP tiene 189 escuelas técnicas y 274 reparticiones.

El aumento de los porcentajes de aprobación fue uno de los resultados destacados por Pereyra. En 2022 se registró un punto porcentual más de aprobación con respecto al año anterior en la EMB: ascendió al 77,5%. Sin embargo, en la EMS la aprobación descendió levemente con respecto a 2021, aunque aumentó en relación con 2020: en 2022 fue del 69,8%, medio punto porcentual menos que en 2021 y 3,4% más que en 2020. De acuerdo al monitor, “desde 2017 se consolida un incremento sostenido de la aprobación de este nivel”.

La desvinculación estudiantil interanual fue otro de los puntos monitoreados: en la EMB bajó de 19,1% en 2021 a 11% en 2022, y de acuerdo a lo esbozado en el resumen ejecutivo del monitor, “la desvinculación retoma así su tendencia descendente, siendo el valor más bajo de la serie”. En cuanto a la desvinculación interanual en EMS, en 2022 fue de 28,2% y eso significó un descenso de 7,9 puntos porcentuales en comparación con el año anterior.

Los porcentajes de egreso también crecieron: en 2022 egresaron 6.056 estudiantes de ciclo básico y 5.570 de bachillerato. En el primer caso, aumentó 8,4 puntos porcentuales con respecto a 2021 y el egreso fue de 63,7%, mientras que en el segundo caso creció 5,7 puntos y el egreso fue de 58,1% en 2022.