En el marco del conflicto generado con el gremio estudiantil por el salón gremial, cuando la Dirección General de Educación Secundaria (DGES) definió sumariar y separar del cargo al director del IAVA, ningún docente que cumpliera con los requisitos para asumir el cargo estuvo dispuesto a hacerlo. Ello hizo que la DGES designara a una dupla de inspectoras para hacer las veces de equipo de gestión, en conjunto con dos subdirectoras. Las designadas fueron las inspectoras de institutos y liceos Isabel Taylor y Paola Delgado, inspectora de asignatura, concretamente de Italiano.

Según fundamenta la resolución que las nombró, firmada por la titular de la DGES, Jenifer Cherro, ambas inspectoras tenían experiencia en la dirección de centros educativos y, además, Delgado había conformado el equipo de dirección en el IAVA. Lejos de recomponer el clima educativo en el centro, la tensión fue en aumento y llegó al punto de que se rompiera todo tipo de diálogo con el núcleo sindical de docentes, el gremio estudiantil y la asociación de padres del liceo, que afirman que las inspectoras son “interventoras”.

Con el director reintegrado a sus labores pero trabajando en una oficina administrativa por disposición de la DGES, la incertidumbre sobre lo que pasará el año que viene en el IAVA es grande. A ello se suma que Delgado ganó el cargo de inspección técnica en la DGES, lo que disparó el cuestionamiento de actores vinculados a la comunidad educativa del liceo y de la anterior administración de gobierno, que entienden que el camino que la llevó a ese cargo, de carácter técnico, no fue el más convencional.

Otro perfil

En Secundaria, la inspección técnica tiene un perfil distinto al de Primaria, donde el cargo representa la máxima jerarquía inspectiva en el organismo. En la DGES ese cargo es el de la inspectora general, actualmente a cargo de Marta Kandratavicius. Además, en esta gestión se crearon dos subinspecciones jefas, para las que se designó directamente a Laura Battagliese y a Maris Montes, ambas cercanas a Cherro. Montes, además, recientemente fue designada como subdirectora de la DGES, tras la renuncia de Oscar Yáñez.

Según define la web de Secundaria, la inspección técnica “es la responsable de proyectar y proponer modificaciones y/o derogaciones de reglamentaciones de carácter técnico-pedagógico”, para lo que muchas veces debe coordinar con la Dirección de Planeamiento y Evaluación Educativa del organismo. Además, “se encarga de evacuar las consultas efectuadas en temas atinentes al funcionamiento del servicio y la interpretación de normas jurídicas” y tiene a su cargo “la investigación sobre reválidas, planes de estudio, navegabilidad entre planes, convalidación, diversidad de situaciones planteadas en los exámenes y planes de estudios realizados en el extranjero”.

Según explicó a la diaria Celsa Puente, exdirectora general y exinspectora de Secundaria, por ese perfil el cargo siempre solía ser ocupado por inspectores de institutos y liceos, que suelen encargarse de temas similares en los centros que tienen bajo supervisión. En cambio, los inspectores de asignaturas se encargan principalmente de dar apoyo pedagógico a los profesionales de las distintas materias. Por su parte, la exjerarca aseguró que para la inspección técnica siempre tuvieron prioridad los inspectores efectivos que tuvieran grado 3.

Precisamente, Delgado no cumple con ninguna de esas condiciones, ya que se desempeña como inspectora de asignatura de manera interina y tiene un grado 1. A Puente le llamaron la atención las bases del llamado a la inspección técnica, por las que quedó habilitado a presentarse cualquier inspector con al menos un año de antigüedad en el cargo.

Según Reyna Torres, quien se desempeñó como inspectora técnica en la pasada administración, ese aspecto de las bases viola el Estatuto del Funcionario Docente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Torres citó el artículo 24.3 del estatuto, que establece que “para concursar por un cargo de superior jerarquía al que se posee en efectividad, será preceptivo haber desempeñado éste por un período continuo o discontinuo no inferior a tres años realmente cumplidos”.

En suma, el anexo tercero de la norma plantea que para ocupar un determinado cargo es necesario haber tenido el grado anterior inmediato. En el caso de Delgado, pasó directamente del grado 1 al grado 4 de la inspección técnica, sin haber pasado por el grado 3. Si bien ambas disposiciones se refieren a la ocupación de cargos efectivos y el que ganó Delgado es una suplencia de carácter interina, Torres asegura que debe actuarse “por analogía” a lo que establece la norma para los efectivos. Según recordó, en la anterior administración se hizo un llamado para su suplencia, que ganó Montes, quien desempeñó el cargo cuando Torres se jubiló.

la diaria intentó consultar a Cherro sobre la realización del llamado, pero no obtuvo respuesta. No obstante, fuentes de Secundaria manifestaron que el motivo por el que se hizo un llamado al que pudieran presentarse inspectores grado 1 es la escasez de inspectores grado 3 en el organigrama de la DGES.

Competencias

Otro de los requisitos para ocupar el cargo es haber realizado el curso de inspectores, algo que Delgado no hizo, según planteó Torres. A su vez, sostuvo que, por su experiencia como inspectora de Italiano, es claro que no adquirió las competencias para el desempeño del nuevo cargo. A modo de ejemplo, dijo que Delgado “no sabe” de reválidas nacionales e internacionales, ni de la educación de uruguayos en el exterior, de lo que deberá encargarse.

Las bases del llamado que ganó Delgado planteaban la presentación de un trabajo escrito sobre el perfil y las funciones del cargo, además de proponer puntos para la mejora de su desempeño. Esa instancia tenía un puntaje máximo de 200 puntos y era necesario obtener al menos 120 puntos –el 60%– para pasar a la entrevista. Según el tribunal, integrado por Montes, Battagliese y por la inspectora Elsa Sosa, Delgado fue la única aspirante en llegar a 120 puntos; por el camino quedaron en su mayoría inspectoras de institutos y liceos, algunas con varios años de trayectoria. A Puente le resultó llamativo que Delgado haya sido la única en pasar a la entrevista, en la que también alcanzó el puntaje para ser la única en la lista de prelación para ocupar el cargo.

De la misma manera, la exdirectora general consideró “por lo menos raro” que en 2021 la DGES haya llamado a un cargo de inspección en Italiano, asignatura que está presente en muy pocos grupos de liceos nocturnos, cuando otras materias tienen mayores necesidades de apoyo. Hasta el nombramiento de Delgado, en marzo de 2022, Italiano no tenía una inspección sino que dependía de la sección Lengua, que supervisaba a los docentes de la asignatura en acuerdo con la coordinadora de los Centros de Lenguas Extranjeras de la ANEP.

Puente afirma que esta forma de nombrar a una inspectora técnica “es excepcional” y al menos desde 2014 “no venía ocurriendo así”. La exjerarca lo relacionó con “la barrida” que a su entender realizaron las actuales autoridades de la DGES en las inspecciones, para nombrar gente de su afinidad en los principales cargos técnicos. Según observa Puente, “hay como una voluntad de dar una apariencia legal a ocupar los cargos con quienes son de confianza de la directora general”. “Como que ella hace una selección y va buscando el camino que intenta parecerse a lo legal para poner esa gente en esos lugares”, concluyó.

Experiencia electoral

En las últimas elecciones de consejeros docentes en el Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, Paola Delgado integró la Lista 4, que en su momento fundó el expresidente del organismo Robert Silva como alternativa a las listas de los sindicatos de la educación. Por su parte, en esa misma elección, Battagliese integró la Lista 3, vinculada al Partido Nacional, bajo el mismo lema de la Lista 4, que finalmente no obtuvo ninguno de los cargos de consejero en disputa. La Lista 3 también fue integrada por Kandratavicius en la elección de representantes al Codicen que tuvo lugar en 2010.