Además del documento preliminar con la propuesta de los nuevos bachilleratos, en las últimas semanas el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) también aprobó cambios en el bachillerato nocturno. Esta modalidad funciona para estudiantes con extraedad y condicionamientos laborales que en la mayoría de los casos se desvincularon del sistema educativo hace años, con base en una propuesta pensada por docentes especialmente para esas realidades: el Plan 1994 Martha Averbug.
Si bien la resolución del Codicen tiene fecha del 19 de julio, desde 2020 se están procesando cambios que preocupan a los profesores que son parte de esa propuesta. Natalia Quintana, Inés Ferreira y Álvaro Pérez son profesores sindicalizados que trabajan en esta modalidad desde hace años, y manifestaron a la diaria que observan que las autoridades de la educación buscan terminar con las tradicionales modalidades de cursada para facilitar el egreso de los estudiantes. En particular, entienden que los cambios procesados en esta área no ponen el foco en que los estudiantes logren aprendizajes de calidad.
Semanas atrás, la sala docente del nocturno del Liceo 26 denunció que en 2022 la Dirección General de Educación Secundaria (DGES) definió la eliminación de los grupos anuales del plan y creó solamente grupos semestrales, algo que ocurrió “sin una argumentación pedagógica” y sin consultar a los docentes. Según el comunicado, esto generó que muchos estudiantes no pudieran seguir adelante con la cursada y, al mismo tiempo, la “superpoblación” de los cursos semestrales.
En suma, los profesores del Liceo 26 señalaron que la DGES definió que los grupos se creen “a demanda”, lo que implica que, cuando se genera una inscripción, no se le puede confirmar al estudiante que podrá cursar y, por el contrario, se le comunica que la creación de los grupos quedará sujeta a la cantidad de inscriptos.
Al respecto, Ferreira contó que por ello las tres orientaciones de sexto año que ofrece ese liceo –Arquitectura, Ingeniería y Economía– tienen la currícula incompleta, por lo que los estudiantes no pueden terminar sus cursos en un semestre, sino que les llevará dos o tres. Según explicó, eso también ocurre en otros nocturnos y es especialmente problemático en estudiantes que, precisamente, se acercan a los liceos nocturnos con la intención de culminar la educación media.
Una “mutilación” del plan
El 3 de agosto, pocos días antes de que comenzara el segundo semestre, los profesores de los nocturnos se enteraron de la resolución de la DGES que puso en funcionamiento las nuevas normas de evaluación para el plan. En ese documento se consolida la eliminación de los cursos anuales y se cambian algunas disposiciones para los cursos semestrales y en la modalidad libre-asistido.
Concretamente, los cursos semestrales, que antes tenían dos “pruebas sumativas” presenciales y dos parciales, ahora sólo tendrán los parciales. Además, el reglamento anterior establecía una evaluación diferenciada para primer año de bachillerato, pero ahora se equipara a la de los demás años. Por su parte, se deja abierta la posibilidad de que algunas de las pruebas parciales sean de carácter oral, cuando en el reglamento anterior podían ser únicamente escritas.
En relación con los exámenes, el nuevo reglamento baja la nota de promoción de 6 a 5 y elimina las consideraciones sobre el proceso del estudiante para lograr incidir en una aprobación. El plan 94 también tiene la posibilidad de dar un “examen eximido”, en el que se abordan los contenidos de la segunda parte del curso, a partir de determinados requisitos; el nuevo reglamento establece menos requisitos para lograr esa posibilidad.
Parte de los cambios más importantes se dan en la modalidad libre-asistido, originalmente pensada para estudiantes que tuvieran condicionamientos personales adicionales, ya que consistía en la generación de al menos seis encuentros presenciales. Además, en 2018 se reglamentó la posibilidad de que se introduzca la virtualidad, que al año siguiente comenzó a funcionar en algunos liceos. No obstante, la resolución de la DGES del 3 de agosto apunta que con la llegada de la pandemia de covid-19 cada vez más liceos solicitaron contar con esa propuesta, algo que se mantuvo en encuestas y encuentros realizados con los equipos directivos.
A partir de allí, Secundaria generó cambios que plantean que ahora los encuentros presenciales con los estudiantes sólo deben ser tres, y otros tres pueden ser virtuales. Si bien se mantienen los docentes tutores y se crea un referente de la modalidad, elegido por la dirección liceal, los profesores señalaron que buena parte de los estudiantes que concurren a los liceos nocturnos no cuentan con herramientas de conexión adecuadas en sus hogares.
Además, dijeron que para lograr aprendizajes se requiere de un trabajo y un seguimiento que sólo se logra con la asiduidad de los cursos presenciales. En ese sentido, la ANEP también está implementando pruebas de acreditación –hasta ahora, para el ciclo básico de la educación media– dirigidas a adultos. Al respecto, Ferreira dijo que llegan a los bachilleratos estudiantes que salvan estas pruebas y que, en general, no están en condiciones de seguir con los cursos, ya que requieren de instancias de nivelación, porque, por ejemplo, muchas veces no comprenden los textos de estudio.
Otra de las críticas que realizan es que la apuesta por los cursos semestrales conspira contra lograr estabilidad en los cuerpos docentes. Según dijo Ferreira, los profesores suelen organizar sus horarios e ingresos con base en cursos anuales, por lo que no resulta atractivo una elección por sólo un semestre. Además, apuntó que los cursos se ponen para elección de horas cuando se logra llegar a la cantidad de inscriptos necesaria, lo que hace que profesores que hace años trabajan en los nocturnos muchas veces prefieran tomar otros cursos antes. Según señaló Pérez, ello implica un “recorte presupuestal” para la modalidad, que se suma a la supresión de los cursos anuales, que eran cerca de la mitad de los que se ofrecían en los nocturnos.
De acuerdo con Quintana, estos cambios suponen una “mutilación” del plan 1994, que ha sido objeto del seguimiento de la Asamblea Técnico Docente (ATD) de Secundaria, que contribuyó a realizar distintos ajustes. Sin embargo, un integrante de ese órgano señaló que en su última reunión nacional se pronunció en un sentido contrario a lo resuelto por Secundaria: se reclamó contar con más liceos nocturnos, y no únicamente con turnos nocturnos, además de pedir más recursos de apoyo para los docentes. Sobre la modalidad libre-asistido, la ATD remarcó que se trata de una modalidad excepcional y que no debe buscar extenderse a todo el sistema, que debería seguir priorizando la presencialidad.
la diaria consultó sobre este tema a la directora de la DGES, Jenifer Cherro, en una actividad de ANEP realizada el 10 de agosto –una semana después de firmar la resolución con las nuevas reglas– y dijo que no tenía conocimiento de que se estuvieran procesando cambios en los liceos nocturnos. Con la resolución a la vista, esta semana se la volvió a consultarla sobre el tema y no se obtuvo respuesta.