A fines del año pasado, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) denunció en la Justicia penal al decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE), Pablo Martinis, por supuestas irregularidades en los Premios Nacionales a las Letras. El principal problema detectado por la cartera encabezada por Pablo da Silveira fue que Martinis firmó una resolución de la FHCE en la que se proponía la designación de integrantes de los tribunales del concurso y, al mismo tiempo, presentó una obra para ser evaluada.

El libro ¿Se acabó el recreo? El proyecto educativo conservador, del que el decano fue compilador, llegó a ser declarado ganador en su categoría, la de Ensayos de Ciencias de la Educación (modalidad obra inédita). No obstante, la declaración jurada que Martinis firmó al presentar el libro al concurso, en la que dijo no tener inhibiciones, fue el argumento al que apeló el ministerio para no otorgar el premio, más allá de que, además de por una docente de la FHCE, el tribunal también estaba integrado por un jurado designado por el MEC y otro por la Academia Nacional de Letras.

La denuncia presentada, que en su momento tomó por sorpresa a autoridades de la Universidad de la República, finalmente fue archivada por la fiscalía de flagrancia que investigó el caso. Si bien esto ocurrió el 1º de julio de este año, será en las próximas horas Martinis que divulgará una carta pública en la que se expresa sobre lo sucedido, luego de que se abstuviera de hacer comentarios públicos durante los últimos nueve meses, de forma de no obstruir el proceso de investigación, según afirma en la nota, a la que accedió la diaria.

El decano cuenta en la misiva que fue citado a declarar en calidad de imputado en abril de este año y expuso en detalle las acciones que llevó adelante durante todo el proceso de designación de tribunales y presentación de la obra de la que es coautor. Además, da cuenta de cómo vivió la denuncia pública desde el 4 de enero, cuando informó de ella el semanario Búsqueda.

Martinis recuerda que “la noticia rápidamente se filtró a diversos medios de prensa, a tal punto que el 4 de enero de 2024 la novedad figuraba en prácticamente todos los medios escritos, radiales y televisivos, de alcance nacional”, así como en medios del interior, como La Prensa de Salto y Cerro Largo Portal.

“El encare que el tema tuvo en la mayoría de los medios pasó por dar cuenta de la denuncia del MEC, haciéndose eco de las dudas que sobre la honorabilidad de mis procederes emanaba de la acción ministerial. Citando la denuncia del MEC, se señalaba que habría cometido ‘varias irregularidades’, llegándose en algún caso a afirmar que yo mismo había designado al tribunal que otorgó el premio no homologado por el ministro. Desde los medios la noticia rápidamente pasó a las redes sociales. Allí pude confirmar personalmente cómo las mismas se conforman en espacios de odio y burda descalificación”, afirma el jerarca.

Si bien agradece distintas manifestaciones de apoyo que afirmaban que se estaba ante un acto de censura, lamenta que no hayan recibido el mismo espacio mediático y en redes sociales que el destinado a la denuncia del MEC. “En aquellos días comprendí en carne propia el alcance que tienen las campañas de descalificación y el uso del odio como instrumento político”, agrega.

Martinis vinculó el accionar del MEC con concepciones “conservadoras”

Por su parte, Martinis dijo haber vivido con “asombro” que en un informe de Canal 5 sobre el tema se haya publicado la declaración jurada que había presentado, en la que podía verse su dirección personal. “La filtración de la declaración jurada desde el MEC hacia la televisión pública y la publicación en esta de datos personales sensibles creo que me eximen de mayores comentarios sobre la intencionalidad de todo el procedimiento desatado el 29 de diciembre de 2023”, completa.

Según cuenta en la carta, la resolución de la fiscal que archivó el caso da cuenta de que “del actuar del imputado no puede relevar la existencia de un actuar doloso, y asimismo por carencia de lesividad de la conducta”. A tres meses de dicha resolución, el decano cuestiona que “quienes hayan sido que rápidamente filtraron la novedad de la denuncia en enero de 2024 no han tenido el mismo celo para hacerle saber a la opinión pública el archivo de la misma”.

Como comentarios finales, en la nota Martinis sostiene que siempre estuvo convencido de “la rectitud” de su accionar, ya que no intervino en la selección de miembros de tribunales de los Premios Nacionales a las Letras ni tampoco “en el proceso de gestión de los mismos, ya que esta responsabilidad es exclusiva del MEC”. Por su parte, lamentó “profundamente” el accionar de las autoridades de la cartera, “promotoras de una denuncia penal sin sentido”, y también “la rápida filtración de la noticia en los primeros días del año”.

En tanto, el decano reafirma “el valor académico del libro ¿Se terminó el recreo? El proyecto educativo conservador y se enorgullece de que haya sido elegido ganador por unanimidad del jurado, más allá de que luego Da Silveira no homologara la decisión. Según afirma, dicha decisión quedará “como una anécdota más”, “dentro de las muchas que su gestión ha generado”.

“Reafirmo mi compromiso con la educación pública, con la libre expresión del pensamiento y con una democracia en la que el disenso pueda ser tramitado con consideración y respeto y en la que los servidores públicos sean quienes den el primer ejemplo”, concluye el decano.

Por otra parte, asegura que “una característica principal de las expresiones conservadoras en auge actualmente en la política a nivel global es su recurrencia al uso de fake news, a la construcción de quienes piensan distinto como enemigos y a la judicialización de la diferencia política”. En ese marco, considera que los efectos “de las operaciones que se lanzan” muchas veces “trascienden los desmentidos o las demostraciones de falsedad”. Por tanto, considera la nota “como un esfuerzo de ir contracorriente y como una apelación a recuperar aquel liberalismo según el cual se puede estar completamente en desacuerdo con un otro, pero hay que estar dispuesto a dar la vida por defender su derecho a expresarse”.