En materia educativa, Portugal es un reconocido caso de éxito a nivel mundial, ya que en poco tiempo logró mejorar los desempeños de los estudiantes en las pruebas PISA. En ese marco, este jueves la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), con sus autoridades, recibió en el auditorio del Banco de Desarrollo de América Latina a Nuno Crato, profesor, matemático y estadístico portugués, exministro de Educación y Ciencias de ese país.
Bajo el título “La transformación educativa: lecciones de Portugal y otros países”, el docente realizó una conferencia en la que puso sobre la mesa tres ideas a discutir: la experiencia de PISA y TIMSS [Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias, según su sigla en inglés], datos de algunos países y recomendaciones de la psicología cognitiva moderna. Es que para Crato, hay dos grandes “revoluciones científicas”: las pruebas PISA, principalmente por los datos que arroja, y la psicología cognitiva, por el entendimiento de la mente.
En su visita por el país, Crato se reunirá con las inspecciones de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria y las de la Dirección General de Educación Secundaria y la Dirección General de Educación Técnico Profesional-UTU, para trabajar sobre los aprendizajes en cada uno de los niveles.
En tanto, Crato manifestó que hay cinco ejes que explican los resultados educativos de Portugal y que, la base central de todo, es el currículo. Específicamente, que haya un currículo “exigente, centrado en los temas esenciales, con objetivos estructurados, progresivos y detallados”. Y que el conocimiento sea la base.
En segundo lugar, la existencia de evaluaciones frecuentes. Según contó, en Portugal las hay cada vez que los estudiantes cambian de ciclo. Además, la “comparación de evaluaciones internas y externas” al sistema educativo. En este marco, dijo que la evaluación es vista como “incentivo”.
Luego, Crato narró que es necesario un “programa para combatir el fracaso”, con “intervención oportuna, horario especial y agrupaciones temporales”. En ese contexto, la idea es “ambicionar que todos pueden llegar a un nivel razonable”.
En cuarto lugar, el matemático destacó la “autonomía escolar”, siempre y cuando esté ligada a la evaluación. También habló de “préstamos a escuelas para apoyar a estudiantes con dificultades” e “incentivos basados en el progreso”. Para Crato, la “evaluación de resultados” es igual a “libertad de procedimiento”.
Por último, esbozó que los “caminos alternativos”, que hayan “dos caminos vocacionales” y “colaboración empresarial desde el principio”, ayudan a “que todos progresen”. A pesar de la afirmación de todos estos tópicos, el matemático subrayó que “nada es sencillo en la educación” y reiteró que “el principio de todo es el currículo”.
En gran parte de los países “los métodos de enseñanza son aún del siglo XVIII”
Fernanda Alanís, integrante del equipo de trabajo del consejero docente del Consejo Directivo Central (Codicen) Julián Mazzoni, preguntó a Crato por qué la enseñanza por competencias “se ha vuelto tan popular en distintos países, yendo y viniendo alternativamente”.
En respuesta a ello, el matemático dijo que “es un tema muy complejo, porque en algunos países significa una cosa y en otros, otra”. En ese marco, se preguntó: “¿Deberíamos cambiar los contenidos para competencias, aplicaciones?”. Y respondió: “creo que no, que debemos hacer las dos cosas, que son necesarias, porque necesitamos muchísimo modernizar la enseñanza”.
Al respecto, aseguró que en gran parte de los países “los métodos de enseñanza son aún del siglo XVIII” y que, por tanto, “todos los países tienen que modernizar la educación”. En este marco, Crato manifestó que existe una “dicotomía”: “¿La estructura del currículo tienen que ser las aplicaciones o los conocimientos?”.
Y señaló: “Creo que si son las aplicaciones, el currículo se transforma en episódico, y si son los contenidos, tiene una estructura las materias”. “La gran dificultad”, dijo que está, por tanto, “en al mismo tiempo que desarrollamos los contenidos, introducir las cosas que todos reconocemos que son importantes: el pensamiento crítico, la capacidad de comunicación y de expresión”.