Luego de que las actuales autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) aprobaran algunos cambios a la Transformación Curricular Integral implementada en el gobierno pasado, y de que poco después realizaran ajustes a la grilla de materias y orientaciones de Secundaria, profesores de Matemática manifestaron preocupación por algunas de las modificaciones que plantean para la educación media.
Ahora, también lo hicieron casi 500 profesores y profesoras de Idioma Español, concretamente sobre la asignatura Lengua Española de noveno grado de Secundaria. Recientemente, elevaron a la Dirección General de Educación Secundaria (DGES) una carta abierta en la que expresan su “profunda preocupación ante la reciente definición de la malla curricular para el próximo año lectivo”. En concreto, rechazaron que la carga horaria de la asignatura en noveno grado se haya reducido: pasa de cuatro a tres horas por semana.
“Esta decisión representa un retroceso significativo en la formación lingüística de los adolescentes y contradice los fundamentos pedagógicos del propio sistema educativo uruguayo”, aseguraron.
Por otro lado, esgrimieron que la preocupación “no es nueva”, ya que en la última Asamblea Técnico Docente (ATD) “se debatió la necesidad de extender la enseñanza de la lengua hasta sexto año, en coherencia con el papel central que cumple el dominio del idioma materno en los procesos de pensamiento, comunicación y aprendizaje”.
A pesar de ello, los y las docentes firmantes entienden que los cambios que propone la ANEP van “en sentido contrario, reduciendo horas justamente en el último año de la educación media básica, cuando los estudiantes deberían consolidar las competencias de comprensión, producción y reflexión que les permitan continuar su formación con autonomía”.
Una “decisión difícil de comprender”
La reducción de las horas de Lengua Española en Secundaria sucede especialmente en noveno grado. Según señalaron los y las profesoras en la carta, se reduce en noveno grado, pero aumenta una hora en octavo grado, lo que hace que la carga total de horas de la asignatura se mantenga.
Sin embargo, aseguraron que “el problema no radica en una hora menos, sino en la falta de coherencia pedagógica de esa redistribución”: “En noveno, los estudiantes se encuentran en pleno desarrollo del pensamiento formal, etapa en la que adquieren mayor capacidad para analizar, argumentar y reflexionar sobre el lenguaje”, esbozaron y agregaron: “Quitarle espacio en el momento en que los adolescentes deberían alcanzar un uso más consciente y abstracto del idioma resulta una decisión difícil de comprender”.
Por otro lado, destacaron que en UTU la asignatura no se interrumpe, sino que está presente en toda la trayectoria por la educación media. Asimismo, dijeron que si bien valoran la enseñanza de lenguas extranjeras, comprendida como “una oportunidad de ampliar horizontes culturales y cognitivos”, sostienen que “ese avance debe ir acompañado del fortalecimiento de la lengua nacional”. “No se trata de elegir entre una y otra, sino de asegurar que la formación lingüística de los estudiantes se sostenga sobre bases sólidas en su propio idioma”, apuntaron.
Justamente, para los y las docentes, que la ANEP decida “mover una hora de noveno a octavo no es un simple ajuste técnico: es alterar la lógica del proceso formativo”. Por todos estos motivos, los profesores firmantes de Lengua Española piden que los cambios en la curricula sean revisados “a la brevedad”.